CULTURA / ESPECTáCULOS › LITERATURA. ESTE SáBADO SE PRESENTA MARAñA DE NATALIA MASSEI
Publicado por Baltasara Editora, el nuevo libro de Massei se alimenta de un realismo neo chejoviano. Sus personajes intentan amar en medio de un capitalismo disolvente, ante la ausencia de una comunidad que cohesionaba la unión interpersonal.
› Por Beatriz Vignoli
Hace dos años, Natalia Massei (Rosario, 1979) participó en dos antologías de relatos: Nada que ver, editado en Córdoba, y Rosario: Ficciones para una nueva narrativa, el libro con el que Baltasara Editora inició su proyecto editorial. El año pasado, Massei (que colabora habitualmente con cuentos breves en la sección Contratapa de Rosario/12) envió once cuentos a un certamen local, el Primer Concurso de Narrativa Río Ancho Ediciones, donde ganó una mención y nada más. Pero esta historia tendrá un final feliz porque este sábado, a las 19.30, en Bienvenida Casandra (Sarmiento 1490, Rosario) se presentará el libro de cuentos mencionado, publicado por Baltasara Editora en su colección de Narrativa, con el título de Maraña y con prólogo de Marcelo Scalona, quien también será el principal orador del evento.
Maraña, el título, puede ser una metáfora de las laberínticas ciudades actuales (véase la foto de tapa por Andrés Macera, que reproduce una obra gráfica de Jeroen Hollander titulada Red imaginaria de transporte urbano) o de los afectos en esta misma época y las no menos enmarañadas redes que estos traman con sus lazos. O de ambas cosas, enredadas. En el realismo neo chejoviano de Massei, las topografías citadinas devienen topologías vinculares donde los toponímicos son los nombres del amado; y el topo que cava todos esos túneles permanece bien oculto en el inconsciente, pero su lirismo resuena en el silencio de cada epifanía. "Los edificios, la calle vacía. Estoy sentada sobre una maqueta opaca de mi vida", escribe.
Las marcas que suplantan a la comunidad ausente que antiguamente custodiaba, cohesionaba y daba sentido a las uniones entre personas (uniones tan frágiles y hasta letales hoy, precisamente a causa de aquella ausencia) se hacen literales en Maraña, como en el relato que cierra el libro con un experimento en metaficción y autoficción, y que lleva el hermoso título de "El cielo que estamos viendo es el pasado". O en "Tatuada", un cuento de implacable perfección donde un padre se vuelve testigo mudo de la biografía erótica de su hija. El triángulo edípico ocupa un espacio amplio en el libro, ya se trate del amor de una madre por su una hija narrado por la pareja de esta última ("Mamuschkas") o el don de madre a hijo que es interferido por la violencia de clase y de género en ese irónico documento social de actualidad que es "Una mamá linda y buena".
Los personajes de Massei intentan amar en medio de un capitalismo corrosivo, disolvente, cuyos únicos discursos son el número bancario y la publicidad ("Hundido") o la mercancía ("Variaciones mínimas"). La ciudad sin embargo los sostiene desde el azar surrealista de sus marcas. "Hace poco leí un graffiti impresionante: Antes de rendirnos fuimos eternos", escribe la autora como personaje de su obra en "El cielo que estamos viendo es el pasado".
Natalia Massei es profesora en francés y en español como lengua extranjera, egresada del I. E. S. Olga Cossettini. Actualmente cursa una maestría en Estudios culturales por la Universidad Nacional de Rosario. Se desempeña como docente en instituciones de educación media y superior, y coordina desde 2008 el taller de lectura y conversación Café literario en francés, destinado a estudiantes avanzados o que cuenten con competencias básicas en ese idioma. Pueden leerse algunos textos suyos en su weblog: http://natimassei.blogspot.com.ar.
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