"Ya fui sola, ya fui pecadora y ahora soy otra... La vida misma te va cambiando!", ríe Ana Prada, y sintetiza así el periplo por la trilogía de discos con los que se instaló definitivamente como una de las voces autorales más importantes de esta parte del continente. Programado para agosto del 2013, y postergado como consecuencia de la tragedia de calle Salta, mañana (a las 21.30 en La Comedia) se concretará finalmente el show de presentación de esa tercera entrega, Soy otra, material que, según asegura la delicada artista uruguaya, marca el fin de un camino.

"En la canción 'Otra pecadora sola' nombro cosas que tienen que ver conmigo, con mi proceso de vida, como despedirme de esta trilogía --reconoce a Rosario/12--. No tengo la menor idea de lo que vendrá después. Tengo ganas, desde hace tiempo, de hacer un disco más bailable, tomando quizás ritmos de mi tierra. Tengo hecha una canción para un disco homenaje a Larbanois & Carrero, un dúo folclórico uruguayo. Con Javier Cardelino, mi batero uruguayo, estuvimos haciendo una versión bastante bailable de una chamarrita. Me encantó esa onda, buscar canciones de mi tierra, o litoraleñas que tengan que ver con el folclore que a mí más me gusta y arreglarlas de alguna manera más bailable".

- El folclore uruguayo, la música litoraleña, de alguna manera tienen presencia en tus canciones. Siempre estuvo ese aire.

- Totalmente. Mi raíz musical tiene mucho que ver con mis paisajes de infancia, mis paisajes sonoros. Siempre ha habido en casa una guitarra, mi padre fue un cantor popular muy importante, no desde lo profesional sino desde lo doméstico, pero muy bueno. Estaba esa presencia continua de música, de mucha música folclórica, también argentina con zamba, chacarera, gato... Porque la música de los pueblos no tiene frontera, y no lo digo yo sino todo el mundo. Yo por ejemplo me siento muy hermanada a la gente del interior de la Argentina, y también tenemos mucho parecido con la gente del sur de Brasil. Como que éso no se puede delimitar exactamente. Quizás sí cuando hablamos de la canción rioplatense urbana, donde las diferencias pueden ser más palpables, con el surgimiento del candombe en Uruguay, la milonga y el tango, que son compartidos entre los dos países, pero que en cada uno tienen su color. Y no sé si éso tiene tanto que ver con mi música, no me siento tan urbana.

- De todos modos, estos tres discos te posicionaron como una cantautora, algo que siempre remite a cierta urbanidad.

- Claro, y para nada podría autodefinirme como folclorista, sería una falta de respeto a los que trabajan el género con seriedad desde ese lugar. Además, la mitad de mi vida la viví en el campo y la otra mitad en la ciudad, entonces tengo también esas influencias. Un poco lo que sale de éso es la canción, y a partir de la canción se da la necesidad de vestirla de tal o cual manera. En mi caso quizás no está tan presente la cuestión urbana rioplatense, creo que sí tiene que ver más con el litoral. Incluso he tenido mucha influencia desde chica de la Trova Rosarina. Y no lo digo ahora porque esté hablando con Rosario: lo he dicho siempre.