Una decena de pinturas y una acuarela por Carlos Luis Serrano se reúnen en una muestra homenaje que puede visitarse en forma libre y gratuita hasta el 23 de julio (de lunes a viernes de 9 a 16.30) en el Espacio de Arte de San Cristóbal Seguros (Italia 646, planta baja). Con obras fechadas en las décadas de 1970 y 1990, la antología revela uno de los múltiples aspectos de este polifacético artista y reconocido dramaturgo: su talento para el dibujo y la pintura, que se manifiesta en la expresividad de sus rostros y figuras y en la cómica vivacidad de sus escenas costumbristas urbanas, de composición impecable. Una noche bacana de antes de la dictadura tiene su contraparte en las figuras solitarias de intensa mirada de años sucesivos: vedettes en decadencia, arlequines, écuyeres; el trazo certero posee un don para captar la personalidad singular de cada mujer de fantasía, con una predilección por los ángeles caídos.

Carlos Luis Serrano nació en Cuba, en 1928. Hijo de un diplomático español, a los 7 años llegó a Rosario y se nacionalizó argentino sin renunciar a su ciudadanía española. En los años `50 creó el Centro Dramático del Litoral y luego el Teatro Escuela Los Comediantes. En los años 60, en los tiempos de la televisión en vivo, fue director artístico de los primeros programas locales producidos por Canal 3. Obtuvo un premio Argentores por Varieté Blue. También escribió Raquel Liberman: una historia de Pichincha, basada en el caso real de Raquel Liberman (1900, Berdichev, Imperio Ruso; 1935, Buenos Aires), una víctima de la trata de personas que logró denunciar a sus proxenetas y deshacer la red Zwi Migdal. Serrano fue además autor de Diana Durbin se equivoca, estrenada por Teatro Uno con dirección de Carlos Pajón (una inspiración para el nombre del personaje puede haber sido la fugaz estrella Deanne Durban). Las tres obras fueron exitosas y sus textos, reunidos en una publicación de Fundación Ross en 1992.

Algunas pinturas de Serrano semejan estudios de expresión, vestuario y lenguaje corporal para sus obras de teatro. Un dibujo a pluma y acuarela, con muchos personajes diversos en una situación, parece plantear un croquis para una escena culminante de comedia.

Un óleo de su serie de Patios de Tango, pintado por Serrano para la familia Alvarez Gardiol, fue donado por ellos a la pinacoteca de San Cristóbal Seguros para su conservación y difusión.