Fanático desde su adolescencia del grupo Boca Livre, el gran músico entrerriano Carlos Aguirre pudo concretar un viejo anhelo cuando, en ocasión de su participación en el Festival de Jazz de Ouro Preto junto a Francesca Ancarola, entabló relación con los integrantes del influyente grupo brasilero. Fruto de aquel contacto, anoche en el auditorio Ate de Santa Fe se concretó el primero de los encuentros entre el pianista argentino y Zé Renato, cantante, guitarrista y compositor con el que mañana llegará a la ciudad para brindar un concierto en dúo en el Gran Salón de Plataforma Lavardén.

En concreto, la reunión entre ambos compositores tuvo un primer antecedente en Brasilia, del que también participó la cantante chilena, según recordó Aguirre a Rosario/12: "El año pasado por parte de una productora surge la convocatoria a Zé Renato, a Francesca y a mí para hacer una suerte de homenaje a Mercedes Sosa en Brasilia. Allá la quieren un montón, la conocen como a pocos músicos argentinos. Recién hace un tiempo se está dando una apertura a conocer cosas de acá, pero en un momento prácticamente lo único que llegaba era Mercedes Sosa y alguna cosita más. En ese homenaje nos reunimos e inmediatamente, más allá de que partimos del repertorio que es típicamente de la Negra, nos dio ganas de conocer los temas del otro, y en el mismo homenaje tocamos algunas canciones nuestras".

Por su parte, Renato brindó también su mirada respecto a aquella experiencia: "La música de Mercedes no la conocía tan profundamente, sólo por algunas grabaciones de Milton Nascimento, de la propia Mercedes. El año pasado cuando nos encontramos fue particularmente interesante cuando entendí la real historia de las canciones. Eso hizo que me aproximase más cuando pude saber exactamente sobre qué fueron esas canciones. Y ese encuentro hizo que me aproximase también a la obra de Carlos, y reforzó mi identificación y admiración musical y personal con él", relató.

En ese marco, en su paso por Rosario la dupla intercambiará obras y abordará también repertorios ajenos. "Cuando suceden esos encuentros uno muestra para el otro canciones con las que uno se imagina que el otro puede estar próximo en cuanto a la estética --explicó el pianista entrerriano--. Algunas obviamente pasan la aduana y otras no, pero fuimos adoptando las canciones del otro con bastante naturalidad. Uno se va entusiasmando con algunos temas más que con otros y ahí se va haciendo una selección natural de las cosas que realmente van a prosperar en ese proyecto en particular. Ahora incluso me estaba mostrando canciones antiguas portuguesas, estábamos armando también algo de éso que tiene que ver con su folclore".

La formación de dúo, en ese sentido, facilita ya no sólo el intercambio, sino que propicia además la espontaneidad. "Hay como un lineamiento de lo que queremos hacer, pero también vamos sobrevolando esos arreglos y a la vez dando espacio para la improvisación, o que aparezca alguna sorpresa en el medio del tema. Es muy abierto", anticipó Aguirre, mientras que su par brasilero concluyó: "Eso hace que las canciones se desenvuelvan de una forma más libre, tenemos la posibilidad de tocar con distintas dinámicas, algo que es fundamental en la música. La percepción, los climas, están incluidos cuando se hace música, y el dúo propicia mucho todo éso. Nos da la libertad de tocar y eso hace que la gente interprete las canciones de otra manera. El dúo también implica mucha concentración, implica desenvolverse con más sentimiento".