Hoy, en uno de los salones de la Usina de las Artes, en el barrio de La Boca, lugar en el que transcurre esta historia, tendrá lugar la presentación de aquel film de Daniel Tinayre, el último de una extensa filmografía, que marcó toda una época. Y es que ahora, tras un proceso de remasterización, y en versión completa, en pocos días más, "La Mary" vuelve a la pantalla, en numerosas ciudades de nuestro país.

Al evento asistirán no sólo su principal actriz, Susana Giménez, sino los hijos de su compañero de reparto, Carlos Monzón; pareja, igualmente, en aquellos años, de la modelo y actriz. Se espera la presencia de Mirtha Legrand, además de otros realizadores, actores, periodistas. Ya se comenta que estarán presentes autoridades del gobierno de la ciudad de Buenos Aires; como asimismo, del orden nacional.

Estrenada en Buenos Aires el 8 de agosto de 1974, "La Mary" pasó a legitimar y entronizar a sus dos principales intérpretes en un espacio reservado a las divas, a los mitos. De los avisos publicitarios, una sensual y joven modelo llamada Susana Giménez pasaba a actuar en otro de los melodramas de Tinayre, uno de los realizadores de aquellos años 40﷓60 que, junto a Torre Nilsson y Christensen, supieron ahondar en la condición humana, en las grandes pasiones, en los enfrentamientos familiares, en los temas tabués. Y Daniel Tinayre, quien había nacido en París en septiembre de 1914, de padre diplomático, a la hora de llevar adelante la filmación de "La Mary" ya contaba con toda una obra que había comenzado cuarenta años atrás.

Desde el estreno de "Mateo", en 1937, a partir de la obra homónima de Armando Santos Discépolo, igualmente guionista de este film, con el gran protagónico de Luis Arata, el joven realizador que había cursado sus estudios de Arquitectura en su ciudad natal, ya había pasado a ser el gran invitado de los estudios Lumiton.

El punto de partida de "La Mary" nos lleva a una iniciativa de Susana Giménez. Después de haberse acercado a este breve novela de Emilio Perina, no tenida en cuenta por la crítica, comienza a sentir el deseo de componer a la protagonista de esta historia, que se mueve en un escenario suburbano y que marcada por el dolor, los celos y un fuerte deseo y gran sentimiento de rechazo, será empujada a la tragedia. Desde los días de su infancia, que van modelando su conducta, la historia de "La Mary" revive la de tantas heroínas incomprendidas, empujadas al silencio y a las sombras.

Entre la locura y la muerte, "La Mary" reanima la atmósfera opresiva, tensionante, de otros films del mismo realizador; tales como, "La bestia humana", "Bajo un mismo rostro", "Extraña ternura", "El rufián" entre tantos otros. Artífice de puestas en escena de gran nivel artístico, con un trabajo d iluminación que lleva la firma de grandes directores de fotografía, la filmografía de Daniel Tinayre está siendo reconsiderada en la actualidad. Y en estos días está en rodaje una nueva versión de "La Patota", aquel film de 1960, en la que su esposa Mirtha Legrand lograba un protagónico a destacar, junto a José Cibrian, Ignacio Quirós, Luis Medina Castro, Alberto Argibay, Milagros de la Vega. La remake de este film que hizo época, está a cargo de Santiago Mitre, realizador de "El estudiante" y presenta numerosos cambios respecto del original; en lo que hace, particularmente a su localización, ahora en Misiones y en su tratamiento del tema de la violación. Forman parte del elenco Dolores Fonzi y Oscar Martínez.

Tras el estreno de aquella olvidable superproducción "Kuma Ching", estrenada en el 69, sobre libro de Dalmiro Saenz, con un elenco multiestelar y taquillero que reunió a Luis Sandrini, Lola Flores, Juan Verdaguer, María Aurelia Bisutti, Tincho Zabala, el siempre sorprendente Narciso Ibañez Menta, film que el propio director definió como su "película más aburrida", Daniel Tinayre entra en un vacío creativo. Y será a partir del pedido que le hace Susana Gimenez a la esposa de Tinayre, Mirtha Legrand, (se habían casado en mayo del 46), sobre la novela que recién terminaba de releer, que el director vuelve a experimentar el deseo de volver al ruedo; planteándosele ahora un nuevo desafío en ese año, 1974, en el que la industria cinematográfica ya estaba empezando a ser controlada y en el que la sombra de la censura comenzaba a desplegarse de manera sigilosa.

Había que pensar mientras se estaba escribiendo el guión, ahora con la colaboración del hermano de Mirtha, José Martínez Suárez, en el protagónico masculino. Los productores Cervantes Luro y Héctor Cavallero (entonces pareja de Susana Giménez) deseaban que fuera Terence Hill, el actor de la serie Trinity. El dinero exigido por él puso fin a esta exigencia de cartel.

Fue entonces cuando el mismo Tinayre pensó en el nombre de Carlos Monzón. Para esta historia de un amor de barrio, de encendido erotismo, la figura de este admirado boxeador resaltaba con mayor realismo la violencia, el estallido de las pasiones que el film demandaba. En esos días, Monzón había declinado actuar en un film del siempre recordado Pier Paolo Pasolini, rechazando esa propuesta desde una actitud homofóbica.

El boxeador debió ser doblado en los parlamentos, ya que sus dificultades eran muy notorias. Y a su rostro y a su figura le prestó su voz el actor Luis Medina Castro, quien ya había filmado bajo la dirección de Tinayre. Junto a la consagrada modelo y el galardonado boxeador encontramos en el reparto a actores de gran talla, de gran profesionalismo tanto en el teatro como en el cine y la televisión. Y entre ellos, figuran los nombres de Alberto Argibay, Teresa Blasco, María Rosa Gallo, Antonio Grimau, Olga Zubarry, Jorge Rivera López, Guillermo Battaglia, Susy Kent, Juana Hidalgo, Ubaldo Martínez, entre tantos otros.

El cine de Daniel Tinayre siempre se ha destacado por la gran ambigüedad de sus personajes, por sus climas opresivos, por esa manera de crear atmósferas. En su modo de orillar los terrenos sinuosos, sus obras transitan por el cine negro, el melodrama, los grandes desencadenamientos pasionales. En "La Mary", cuya dirección fotográfica está a cargo de un maestro de la luz, Miguel Rodríguez, el crescendo dramático se va creando a partir de "sombras y nieblas, trenes y ascensores, ángulos caprichosos de cámara". Desde los días de la infancia de la protagonista, los distintos hechos van redescubriendo una vivencial imagen de la vida en los barrios, los episodios cotidianos, las presiones religiosas, las festividades, los bailes en los clubs, el cine cerca de la plaza. Y ese deseado encuentro amoroso que tomará un curso inesperado.

En los días del estreno del film, tanto el director como su equipo recibieron amenazas por parte de las tres A, a raíz de las escenas eróticas. Igualmente el film se siguió proyectando y pocas semanas después bajó bruscamente de cartel. Simultáneamente, las disquerías habían puesto a la venta el long play de la banda sonora, compuesto por el tan reconocido Luis María Serra y el tema principal, que se transmitía en todas las radios, estaba interpretado por Marikena Monti, actriz y cantante, figura admirada en los cafés﷓ concert.

Tinayre, reconocido internacionalmente, desde mucho antes del rodaje, ya tenía ofertas de compra por parte de productores franceses e italianos. Y el estreno del film se dio en un año en el que el cine argentino presentó, en la primera mitad del año, obras de gran nivel, tales como "Quebracho" de Ricardo Wulicher, "Boquitas pintadas" de Leopoldo Torre Nilsson, "La Tregua" de Sergio Renán, "La Patagonia rebelde" de Héctor Olivera, entre otras.

Ya a partir de la segunda mitad del año, con la presencia de Miguel Paulino Tato al frente del "Ente de Calificación Cinematográfica" los nuevos proyectos comenzaron a sufrir la operación de "censura previa del guión". Y día a día, la precarización de conceptos, se hizo más notoria en nuestro cine. Igualmente, la redacción de las llamadas listas negras se convirtió en una constante amenaza.

A veinte años del fallecimiento de Daniel Tinayre y a cuarenta años del estreno de este film, "La Mary", tenemos ahora la oportunidad de comenzar a revalorizar su obra. Y entre sus films más olvidados, recordemos aquel de 1959, basado en la pieza teatral homónima de Antonio Buero Vallejo, "En la ardiente oscuridad", que transcurre en un Instituto para Ciegos. Por su labor en este film, Mirtha Legrand recibió el premio a la "mejor actriz del año" y el director de fotografía, Alberto Etchebehere, mereció su distinción. Junto a la esposa del director, encontramos a Lautaro Murúa, Duilio Marzio, María Vaner, Ignacio Quirós, Osvaldo Terranova, Nora Massi, Enrique Kossi, entre otros.