En su función de hoy a las 20.15 hs., la siempre convocante sala Madre Cabrini nos invita a ver y admirar a uno de los grandes actores de los años de esplendor de las salas cinematográficas: Burt Lancaster.

A partir de una trayectoria que inicia a mediados de los años 40, este actor pasó a ser un ícono en el cine de aventuras. Desde sus primeros films, Lancaster comenzó a ofrecer costados y perfiles que lo permitían ver ya no sólo como galán, sino, además como a un personaje de nuestro tiempo dominado por las incertidumbres y el dolor.

A veinte años de su fallecimiento, la sala Madre Cabrini lo recuerda en uno de sus films menos publicitados, La celda olvidada, estrenado en 1962, con la dirección de John Frankheimer, acompañado por Karl Malden, Thelma Ritter, Nelville Brand, Edmond O'Brien, entre otros. Distribuido por Artistas Unidos, productora de la cual formaba parte el actor, La celda olvidada lleva por título original Bird Man of Alcatraz, nombre que remite a la novela original que lleva la firma de Thomas E. Gaddis. Y es en este film, guionado por el propio autor, por el que igualmente Burt Lancaster será también nominado, por interpretar a un hombre condenado por una acción delictiva a pasar sus días en una solitaria y alejada celda del penal de Alcatraz.

Su angustia y su rutina pasan a modificarse cuando él, Robert Stroud, entra en contacto con un gorrión que sobrevuela su celda. La inesperada visita traza un vínculo afectivo entre él y la alada criatura. Ese acercamiento lo motivará a estudiar el mundo de los pájaros, sus reacciones, sus formas de relacionarse con el hombre. De esta manera, en pocos años, el personaje pasa a ser un referente en el campo de los pájaros y comienza a intercambiar desde allí, de manera epistolar, desde su celda, información con especialistas en la materia. Junto al actor, encontramos a Thelma Ritter en el rol de su madre, una actriz de carácter del cine de aquellos años, actriz de reparto de tantos dramas y comedias de entonces.