Vie 09.01.2015
rosario

CULTURA / ESPECTáCULOS › TEATRO. LUIS RUBIO ESTRENA HOY SU OBRA FALSO VIVO

Un clásico y otras novedades

De la mano del ineludible Eber Ludueña, el actor rosarino vuelve a escena con un espectáculo en el que incluye dos monólogos en tono de stand up y presenta en sociedad a Catalino Canaletti, periodista de policiales dedicado al espectáculo.

› Por Edgardo Pérez Castillo

Aunque lentamente, la cartelera de verano en Rosario empieza a abandonar la quietud de antaño. En ese marco, y por segundo año consecutivo, el Teatro La Comedia recibirá a Luis Rubio, el actor rosarino que encontró aquí una buena posibilidad de equilibrar descanso y trabajo, y que esta noche a las 21.30 inaugurará el año en la sala de Mitre y cortada Ricardone.

Después de una primer experiencia realizada durante los sábados de enero de 2014 (cuando sobre ese mismo escenario presentó Pei per viú), Rubio regresará a la ciudad con Falso vivo, un espectáculo que incluye al ineludible Eber Ludueña (que se prestará a ser entrevistado por el público) y que suma además algunas novedades. "Siempre me cerró esta posibilidad de actuar en verano en Rosario, porque suelo estar en Funes con mi familia --explica el actor en diálogo con Rosario/12--. Pocas veces hice temporada en la costa, y una sola vez en Carlos Paz, porque llego muy cansado, la familia reclama y la temporada implicaría no irse de vacaciones, renunciar a un montón de cosas. Pero acá encontraba como el punto medio, porque la familia está acá y significa apostar a construir un poco ésto que descentraliza las temporadas famosas de Mar del Plata o Carlos Paz".

En ese sentido, para Rubio la experiencia en esos núcleos vacacionales no han sido de lo más placenteras: "En el 2012 fui a Carlos Paz con Fantino y da miedo, porque están todos los elencos grandes, conocidos, apalancados por los grandes programas televisivos. Están los tanques de teatro, como Carmen Barbieri, Cerutti, Flavio Mendoza, Flor de la V. A uno puede o no gustarle, pero están muy instalados en la gente. Después aparecen todos los que están sin laburo en la tele... se juntan tres y hacen un show. Mete miedo, todo está muy mezclado. Yo siempre he hecho una apuesta con el teatro más personal, más individual, escribiendo mis monólogos, laburando con otros autores. Los espectáculos que hago acá los hago en invierno en el Paseo de la Plaza en Buenos Aires, con un formato más de café concert, entonces lo transito bastante, lo acomodo, corrijo cosas. Y sí, esto es una apuesta para que en el futuro en Rosario haya una temporada. No hace falta que sea Las Vegas, pero sí que haya movimiento, que haya trabajo porque también hay elencos locales que se suman. Se abren caminos".

Para este año, la apuesta de Rubio (coautor del guión de la obra junto a Gustavo Dejtiar y Licha Riera) incluirá dos monólogos propios --"Que tiene que ver con mostrar un poco algo que uno ha aprendido a hacer en este tiempo"--, la presencia de su personaje Evaristo Hurtado --"Vamos a ver si puede entrevistar en vivo a algún deportista de la ciudad"--, la aparición de Ova Comaneci (el hermano frustrado de Nadia) y el debut de Catalino Canaletti, sobre el que apunta: "Es un personaje que nunca hice en ningún lado, un periodista de policiales (que están tan de moda) pero que cubre espectáculos".

Con una activa participación en Sin codificar, de la mano de Ludueña, Rubio sostiene el contacto con un medio televisivo en el que, sin embargo, no encuentra espacio para la experimentación. "En el teatro aprovecho para poner en juego un montón de otras cosas, otras ideas --reconoce--. La tele ha perdido ese carácter de banco de pruebas. En una época canales como América abrían las puertas a proyectos como El rayo, CQC, Cha cha cha, se probaban formatos. Y después fue el cable, pero ahora está todo prendido fuego. En el aire con el rating minuto a minuto, y en el cable está todo vendido, segmentado a intereses más comerciales. No hay mucha apuesta. Que sí se encuentra en internet".

Precisamente desde la web, y con motivo del Mundial de Brasil, Rubio apostó a una miniserie de ficción (El puntapié final) con Eber como protagonista. En esa misma plataforma se alojan las cinco temporadas de

El show de Ramiro Agujis. "Empecé a probar cosas en la web y está bueno. Después en el teatro me pongo a hacer las cosas que más me divierten, me da esa libertad de no trabajar tanto a pedido", reconoce.

- ¿Crees que la televisión puede recuperar el espacio para la experimentación?

- No, cada vez hay menos margen. Creo que hoy no se podría hacer un programa como Mar de fondo (NdR: el ciclo que Alejandro Fantino condujo por TyCSports, desde fines de los 90, y que lanzó a la fama a Eber Ludueña). De hecho cuando el programa funcionaba en el cable y fue al aire hubo otras presiones, otros tiempos, no podés boludear. Y hay formatos que necesitan del relajo. Dolina hace un programa donde hay delirio, ese delirio dolinesco de ir para cualquier lado. Imaginate si un productor está midiendo minuto a minuto y te dice que dejes de hacer algo para hablar de Nazarena Vélez o de no sé quién. Ahí lo matás a Dolina, que es quien es porque divaga por donde quiere y habla de lo que le gusta. Hoy no hay lugar para éso. Antes para llegar a un lugar había que hacer algo bien, ahora no es necesario.

- ¿En esta lógica de la televisión puede caérsele también al público o tiene que ver únicamente con la oferta?

- Es muy complejo, es para analizarlo con un sociólogo o antropólogo. Pero es como decir que porque la soja da guita entonces hay que sembrar sólo soja, entonces matamos los campos y no producimos otra cosa. En televisión ha habido casos de productos muy exitosos como Los simuladores que han tenido un laburo atrás, un guión, una idea muy buena, y que también funcionó. Vos también vas haciendo el gusto de la gente. Si tirás solamente basura porque funciona es pan para hoy y hambre para mañana. El tipo que está en una gerencia de programación, que no es un productor televisivo, supuestamente tiene otra cabeza, otra formación, otra sensibilidad, y debería encontrar un equilibrio del negocio. Y salvo honrosas excepciones, me parece muy triste lo que se ve en televisión, donde todo vale lo mismo.

- Mencionabas a Los simuladores. ¿Hay un camino posible para transitar dentro de la ficción?

- Depende. Creo que también está medio endiosado o sobrevalorada la ficción. Porque hay ficciones que se reducen a que Mariano Martínez se saque la remera. Y podrá hacer mucho gimnasio, pero no me parece que haya ahí un contenido. Como también hay algunas cosas que están buenas. Años atrás por ahí uno veía un programa de humor y criticaba. En Peor es nada por ahí te parecía que había cierta obsesión con los temas sexuales, pero hoy Guinzburg es Groucho Marx. Con la televisión que tenemos hoy ves a Carlitos Balá y, comparado con el humor que hay hoy, es Los tres chiflados.

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