En una única transmisión en marzo, la señal Europa Europa nos ofrece una de las obras fílmicas más críticas que se haya realizado sobre los años previos que abren paso, dificultosamente, al llamado período del Risorgimento, Nosotros Creíamos, de Mario Martone, presentada en el Festival de Venecia del 2010, nunca estrenada en los países de habla hispana.

Es posible que ya estén presentes en algunos lectores, momentos del capolavoro de Luchino Visconti, El Gatopardo, film de principios de los años sesenta, basado en una polémica novela del Conde Giuseppe Tommaso de Lampedusa, a la que su eximio realizador le imprime una reconocible mirada crítica que se mueve entre la evocación y el desconcierto.

En la madrugada del martes 24, a la 1.30, podremos admirar, Nosotros Creíamos, film de Martone que ha sido reconocido en varios festivales internacionales y que sólo este canal ha seleccionado para su difusión. Su director --aplaudido cuando el estreno en Venecia y el año pasado igualmente reconocido y destacado en el mismo evento por su excepcional film Il giovane favoloso--, reunió para la redacción del guión de Nosotros creíamos (Noi credevamo), a numerosos historiadores y tuvo sus referentes en piezas literarias dadas a conocer en el arco de tiempo que parte de 1828 y que cierra en el año 1862, y en el meditado estudio de las obras pictóricas de la época.

Merecedora de siete David de Donatello, incluyendo "mejor film", Nosotros creíamos fue pensada originalmente para la R.A.I., pero luego de algunas consideraciones se estrenó originalmente en salas de cine, pasando a ser uno de los grandes films del año. Con una duración que alcanza las tres horas y media, el film de Mario Martone ( Nápoles, 1959), está organizado en cuatro capítulos, desde la mirada de tres jóvenes meridionales, herederos del ideario de la Revolución Francesa, que en esa segunda década del siglo XIX comienzan a alistarse en grupos clandestinos, en contra de la opresión y persecución borbónica.

En algún momento del film, frente a un hecho límite, uno de ellos señala: "Nosotros, dulce palabra, nosotros creíamos". Y este intenso y apasionante relato sobre esa fuerza que llevó a la cristalización de un nuevo tiempo no se levanta desde una mirada lineal y reduccionista. Por el contrario el film aborda las contradicciones dentro de los mismos grupos de estas sociedades secretas, como asimismo la exclusión a la que quedaron expuestos gran parte de los habitantes del sur ante los nuevos pactos.