Sáb 28.03.2015
rosario

CULTURA / ESPECTáCULOS › MUSICA. ENTREVISTA CON EL COMPOSITOR MISIONERO RAMóN "EL MENSú" AYALA

"Es un tiempo feliz, un tiempo total"

Autor de una obra popular que ganó reconocimiento en voces ajenas, en los últimos Ayala ha captado también la atención del público. Esta noche el músico presentará en Rosario El cosechero, donde revisita parte de su enorme repertorio.

› Por Edgardo Pérez Castillo

"Se ha creado un cierto interés por verme, por charlar, por estar juntos", reconoce Ramón Ayala con una simpleza que parecería soslayar su enorme obra folclórica. Es que, en cierto modo, el reconocimiento del público argentino tardó en llegarle al músico y compositor misionero que, a poco de cumplir sus 79 años, presentará en Rosario El cosechero, disco donde decidió reabordar algunas de sus creaciones, ésas que, en voces ajenas, se convirtieron en clásicos. Reconocido como Doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional de Misiones, creador del gualambao --con el que buscó brindarle un ritmo propio a su provincia natal--, Ayala actuará esta noche a las 21.30 en la terraza de Plataforma Lavardén (Mendoza 1085), donde promete un show cálido y sin precondicionamientos, según adelantó a Rosario/12: "En mis presentaciones contamos cuentos, invitamos a la gente a bailar el gualambao, nos reímos, cantamos. Me gusta mucho el humor, me entusiasmo y para mí no hay hora, no hay nada. Estamos con el público y es como estar en el bar". En su visita a Rosario, El Mensú sumará a los jóvenes y talentosos Juan Núñez en bandoneón, Marcos Núñez en guitarra, Facundo Guevara en percusión y Juan Pablo Navarro en contrabajo, quienes lo acompañaron en la relectura de algunas de sus creaciones más notables.

- ¿Qué significó para usted volver a grabar estas obras? Sobre todo después de que muchas de sus obras han sido muy reversionadas por un abanico de músicos que va desde Mercedes Sosa hasta artistas jóvenes que de hecho no provienen del ámbito folclórico.

- Claro... lo que ocurre es que nunca estuve muy conforme con mi voz, entonces no le daba mucha bolilla. Ahora, por medio de un poco de estudio, he descubierto que tengo una posibilidad vocal bastante amplia. Y entré a grabar y buscar cosas, y salía muy lindo. Entonces decidimos grabar este disco, que está bastante redondo. Igual ya podemos hacer cosas mejores que ésa.

- Pensando en eso que refiere acerca de su voz, situación que incluso ya ha comentado en otras ocasiones, es posible pensar en lo difícil que resulta encontrarse con la propia voz. O, incluso, conciliarse con la propia voz.

- Claro, cuando hay un estado de consciencia de cómo deben ser las cosas, y no son por imperio del desconocimiento, cuando está en ese estado de consciencia hay una búsqueda. Una búsqueda y una asignatura pendiente. Cuando llegás a esa altura te das cuenta que todo esto está cerca. Como tener respeto del público, que es muy importante. El público es un juez implacable.

- En ese sentido quizás su obra ha tenido un gran reconocimiento de los pares, mientras que el público conoció a su obra más por otros músicos que por usted mismo.

- Es verdad, sí. Si vos decís "El Mensú", la gente piensa en Mercedes Sosa, en Guarany. O "El cosechero", por Mercedes, por Liliana Herrero. Sin embargo ahora no, ya llega el tiempo en que piensan en el autor.

- Muchos jóvenes lo descubrieron también a través del documental dirigido por el fotógrafo Marcos López.

- Claro, eso es muy importante. Marcos es un hombre muy astuto, de muy buen gusto, entonces de pronto ha descubierto que había un personaje casi desconocido, pero con sus obras populares, y que había que sacarlo a la luz. Se jugó. Y la película está linda, está bien reconocida.

- ¿Cómo vivió ese proyecto? Porque un documental implica muchas horas de rodaje, mucho desgaste, también para los protagonistas.

- Yo me siento muy recuperado. Yo tendía a esto y no lo lograba en la forma en que yo quería. Ahora está el tiempo y el logro. Por ese motivo es un tiempo feliz, un tiempo total.

- Usted se ha definido como creador del gualambao. ¿Siente que ya es reconocido como género?

- Sí, el gualambao ya ha entrado en la gran avenida. Especialmente en la juventud, en los creadores jóvenes que de pronto se encuentran con un ritmo que es único en Latinoamérica, por sus características formales. Por ejemplo, todos los ritmos en Latinoamérica son 6x8, el malambo, la chacarera, la cueca, la zamba, el chamamé. O 2x4, como el tango, el rasguido doble, el son cubano, la música que viene del afro. Todas esas músicas tienen casi una unión, un timbre básico. El gualambao no, es un 12x8. Estamos denominando un ritmo que no existe en Latinoamérica, no hay ritmos que conozca, o que tengan popularidad, que sean 12x8. El gualambao sí, obligatoriamente, porque es un ritmo de amplio espectro que tiene una sinuosidad en la danza.

- ¿Cómo fue llegando al desarrollo del gualambao?

- Es un poco una búsqueda por lograr lo esencial, la esencia de las cosas. Y fui llegando al gualambao sin mucho esfuerzo. Y aquí estamos, gualambeando permanentemente.

- En algún momento se ha definido también como un músico del Mercosur. Desde esa condición, ¿cómo siente este período histórico en donde se da una sintonía política y de conciencia social a nivel continental?

- Siento que es un tiempo venturoso. Aunque mucha gente no llegue a darse cuenta creo que hay un tiempo proclive a la unión latinoamericana. Porque todo el mundo está unido, pero nosotros estamos totalmente desunidos. Está e Reino Unido de Inglaterra, ¿por qué?, porque eran todos unos desperdigados que de pronto han logrado unirse y formar una potencia tan grande que ha atrapado al mundo. Tenemos a Estados Unidos de Norteamérica, ¿ves? ¿Y los estados unidos de Sudamérica cuáles son? Ninguno, porque hemos estado desunidos. Pero con un Hugo Chávez, un Evo Morales, o en el tiempo mismo de Perón donde hubo un atisbo de esto, se dio una especie de unión. Dicen que la unión hace la fuerza, por éso las potencias grandes han tratado siempre de desunir a los pollitos que han querido ser gallitos, para poder taparnos uno a uno. Como cuando hubo algún país como Paraguay que creció lo suficiente como para sentirse evolucionado, vino la saña de la pérfida Inglaterra que ha tejido sus redes subcutáneas, endovenosas e intramusculares para meterse en el corazón de algún bandido latinoamericano con alma de presidente para unirse en contra de ese acontecimiento, entonces Brasil, Uruguay y Argentina fuimos a atentar contra Paraguay, a derrocar un país que era peligroso por su potencialidad y por ser la oveja negra que no se sometía al rebaño de los anuentes, como ocurría en ese tiempo. Tengo un trabajo bastante grande, Las historias de la abuela o la Guerra grande, que es un libro sobre toda la guerra de la Triple Alianza basada en un gigantesco poema que trata de meterse por el ojo de la cerradura. Es una epopeya increíble.

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