Un libro de mensajes de texto en el celular es una buena idea. Puesta en práctica por Virginia Negri, viene de otra idea: la de coleccionar mensajes de texto y hacer obra con ellos. La forma es la del poemario, sobre una serie de textos que suma a su obra conceptual, plástica, poética y performática; pero si hubiera que hallar una forma literaria de leerlo, la mejor es imaginarse una novela (una novela con mucha noche y amigos: la novela de una empecinada juventud bohemia aferrándose de la joda y de un humor oscuro para sostener un íntimo glamour) y después imaginar que de esa novela solamente se han escrito los diálogos. Y que acá están, sin firmas: los mejores y los no tanto. Cada uno conforma un ready made, una perla negra robada al descontrol.

Otro libro reúne fotos de textos grafiteados en gran escala, que fueron copiados de la carpeta de no enviados del propio teléfono: esa es otra buena idea. Una vez más, el libro es de Virginia Negri, artista del exhibir o publicar bajo firma (para mal de ninguno y para bien de todos) lo que estaba destinado a la intimidad efímera, como los mensajes de texto, o lo que se inscribe en el espacio público pero justamente por eso conviene mantener bajo el anonimato: el graffiti.

Negri en cambio se fotografía in fraganti junto a sus graffiti. Si estos traman el discurso amoroso (como en su reciente intervención Puede fallar, pintada en los patios y baños del edificio de oficinas del Centro de Expresiones Contemporáneas), los mensajes de texto enviados entre amigos o amantes urden la trama que los soporta. Algo del cariz culposo que aún cargan el afecto y la sensualidad en nuestra cultura se juega en este rizoma de complicidades y marcas, que lo asumen y liberan: el libro de mensajes acumula y potencia la huella de un vago ritual erótico presidido por "la Virgen de los Negros", como tradujo con eficaz intuición de los antiguos cultos paganos a la Diosa algún trasnochado o trasnochada que sabía su número de teléfono.

Los dos libros son en realidad un solo libro, un "volumen doble" publicado por Yo soy Gilda Editora, de Lila Siegrist y Georgina Ricci. El de graffiti basados en mensajes de texto nunca enviados se llama Nunca enviados. El de mensajes de texto nunca copiados a graffiti toma su título de un verso citado del primer libro de poemas de Virginia Negri, Desnudo total y escándalo (2012, Rosario, Iván Rosado, Colección Brillo de Poesía Joven): "Adentro mío una constelación infinita". Así, el libro de mensajes de texto se titula Constelación infinita. Es uno de esos títulos perfectos que saben nombrar el proceso del que trata la obra; proceso que adquiere un valor conceptual propio, independiente del tal vez algo caótico resultado. Habrá que ver si esto es fusionar arte y vida o hacer arte a costa de la vida a lo Dorian Gray. La abundancia de fragmentos fascina, pero la obsesión de los personajes con el arte y consigo mismos por momentos aburre, incluso a ellos mismos: "En el diario salió tu graffiti... ¿lo viste?"; "Aprovecharé mi fama y cobraré más caros los petes en el baño"; "Estuve en 'la' fiesta del arte contemporáneo. Me fui".

Volumen doble se presenta el próximo miércoles 8 de abril a las 19.30, con entrada libre y gratuita, en el CEC (Avenida Belgrano 400, Rosario). Participarán Roberto Echen, Julia Enriquez, Alejandra Benz, Agustín González y la autora.