CULTURA / ESPECTáCULOS › PLASTICA. EXPOSICIóN DE SILVIA CHIRIFE EN LA ESCUELA MUSTO
Docente de la institución durante 20 años, la artista rosarina expone 54 trabajos en una muestra que rescata épocas poco revisadas de la pintura en Rosario: los años en torno al retorno de la democracia y los tempranos '90.
› Por Beatriz Vignoli
La sala Boglione de la Escuela Municipal de Artes Plásticas Manuel Musto (Sánchez de Bustamante 129, planta alta) inauguró el viernes su temporada 2015 con una exposición de 54 pinturas de Silvia Chirife, quien fue una de sus docentes durante 20 años. La artista y el curador de la muestra, Guillermo Fantoni, darán una charla abierta al público el jueves 14 de mayo a las 18. La muestra, que podrá visitarse hasta el 20 de mayo los días de semana de 8 a 12 y de 15 a 21, rescata épocas poco revisadas de la pintura en Rosario: los años en torno al retorno de la democracia en los '80, y los tempranos '90.
Rosario/12 estuvo presente en el montaje de las cuatro pinturas en acrílico sobre tela y las 50 pinturas en acrílico sobre papel que fueron previamente enmarcadas en chasis provistos en forma temporaria por la Escuela Musto. Tienen una belleza concisa, como natural, y son del tiempo del "retorno de la pintura", cuando el sentido estético impregnaba todo y la mirada reinaba; aquí además los artistas estaban emergiendo desde el refugio en los talleres privados y los exilios internos hacia la construcción colectiva de nuevos espacios públicos.
Esa época fue la que atravesó Chirife junto a sus otros protagonistas mientras pintaba estas obras semi abstractas que ella considera "bocetos", y que salvo excepciones permanecieron inéditas hasta el viernes. La más temprana es de sus tiempos de estudiante en la Escuela de Bellas Artes de la Facultad de Humanidades y Artes, donde actualmente es profesora titular en Pintura II y Proyectos II.
"Me recibí en el 81", cuenta Chirife. En quinto año de "la Facul" tuvo de maestro al poeta Hugo Padeletti (quien fue docente en Bellas Artes hasta su jubilación en 1983). "El hablaba poco y con muy pocas palabras me pudo comprender. Trabajamos a partir de unas fotos antiguas. Esta es mi abuela", dice señalando un grafismo que con singular economía de medios expresa todo un rostro de frente y perfil.
Otro par de retratos más figurativos, con su padre como modelo, revelan una clara influencia de Henri Matisse, quien se cuenta entre sus "amores" junto con Mark Rothko y Francis Bacon. De Rothko tomó la composición y de Bacon los colores, cuenta la artista mientras la cronista la escucha sin dejar de mirar una ventana. Una en particular.
La memoria de Chirife la lleva de regreso al taller "Francis Bacon" que tuvo con Verónica Prieto hasta 1984, cuando fue convocada para enseñar en la Musto como parte del equipo de gente joven que armó su flamante director en democracia, Osvaldo Boglione. También a caballo entre la última dictadura y la renaciente democracia, ella fue parte de las reuniones (tempestuosas por momentos) tendientes a formar un gremio de artistas plásticos, de donde surgieron dos agrupaciones: APROA y la APA (Artistas Plásticos Agremiados). La APA publicó una serie de carpetas, titulada Al margen, que reunía una obra de cada integrante. Eran mayoritariamente grabados pero Silvia aportó pinturas (una pieza original por cada carpeta), de las que pueden verse doce.
También por entonces expuso en la galería Miró, que dirigían Guillermo Fantoni y Adriana Armando en la galería Santa Fe. Hay de esa muestra cuatro pinturas, cuya composición antropomorfa abstracta tiene algo en común con la ventana de hierro y vidrio que preside la sala.
Esa ventana estaba en la sala de la planta baja donde Chirife daba sus clases y donde antiguamente tuvo su taller Manuel Musto, quien en su testamento donó su casa a la Municipalidad para crear la que desde 1945 es la escuela que lleva su nombre. Una de las obras que Musto donó al Museo Castagnino, Rincón del taller (1927), representa ese espacio, inundado de la luz solar que por entonces provenía del patio; Chirife cita ese interior de Musto en una pintura inédita y en otra que mostró en la Escuela para el aniversario del nacimiento y la muerte del artista (con cuatro días de diferencia, en septiembre).
Cuenta Chirife que una reproducción de esa pintura de Musto colgaba frente a la cama del Sanatorio Parque donde ella despertó de la anestesia luego de una operación, a comienzos de los 90; de esa azarosa puesta en abismo da testimonio otra pintura. Por entonces la Escuela, con un proyecto arquitectónico que fue la tesis de Mabel Rodríguez, construyó la planta alta que incorpora aquella ventana.
Daniel Andrino, actual director de la Musto, cuenta con orgullo que la Escuela este año cumple setenta. Andrino impulsó la puesta en valor de estos "bocetos" junto a Fantoni, quien seleccionó los que dialogan con el Modernismo: no sólo en los guiños compositivos a Rothko y cromáticos a Bacon, sino en aquella ética de constante experimentación que postergaba al infinito la "obra" terminada.
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