Velia Digilio aprovecha al máximo el material más valioso de esta época: el tiempo. "Tenía que mantener el silencio para que mi pequeña hija pudiese descansar; tuve la idea y la necesidad de tomar lápices y papeles", cuenta la dibujante e ilustradora, alumna de Julián Usandizaga y egresada de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Rosario. El resultado de esta experiencia artística de sigilo y vigilia creativa son nueve dibujos fantásticos a lápiz color, recientes, reunidos en Mientras Zoe duerme, la muestra individual que puede verse hasta el 4 de mayo en el hall de ingreso a la Escuela Municipal Manuel Musto.

Con un trazo fino que va llenando superficies sin plazo de entrega, Digilio une en oníricas escenas surrealistas lo cotidiano y lo maravilloso, lo animado y lo inanimado, la propia niñez y la de su hija, como si ella misma fuera la que sueña; toda una iconología de la reverie materna, de hecho, se despliega como retablo narrativo que va generando un universo donde cada objeto parece cobrar vida, donde el presente se da la mano con el pasado y el futuro de dos generaciones. "Me vi rodeada de juguetes y muñecos --escribe la artista--. Parecían mirarme, reposando en cada rincón de mi casa. Las miradas de esos rostros de peluches inmóviles, los breves recuerdos de acontecimientos sucedidos y de juegos previos a la dormida, todo se iba entrelazando en cada línea". La saga podría ser perfectamente un libro para chicos y grandes; el desafío sería ponerle palabras a estas imágenes llenas de poesía.

Digilio (Rosario, 1977) ilustró el libro Los Quesos Agujereados y Otros Textos (Homo Sapiens, 2012). Enseña en la Escuela Musto desde 2012 y en la UNR desde 2013. Trabajó en el Jardín de los Niños de 2003 a 2014. Expone desde 1997.