Los días lunes, la ya clásica e identificable sala de cine Madre Cabrini, ubicada en avenida Pellegrini 669, abre su función de las 18.30, a la manera de los antiguos matinés, con un western. Y en esta oportunidad, está programado el film de Monte Hellman de mediados de los años sesenta, Rumbo al infierno, cuyo título original es Theshooting.

En el marco de un cine de renovación de los géneros tradicionales, su realizador Monte Hellman, nacido en Nueva York, en el barrio de Brooklyn, a mediados de julio del 29, nos ofrece ahora una historia ambientada en Utah, en torno a dos hombres que deben acompañar a una mujer, anónima, a un lugar para ellos un tanto incierto. Crueldad y absurdo con un inesperado y paulatino viraje, es lo que nos ofrece esta pieza de "cine de autor", que ubica en un primer momento una travesía a través del desierto, que despertará en sus tres personajes conductas inesperadas.

Junto a esta mujer de identidad desconocida, rol que interpreta la actriz Millie Perkins, encontramos un cartel actoral encabezado por un ascendente Jack Nicholson, acompañado ahora por Warren Oates y Will Hutchins; íconos en esos años.

Y a las 20.15, nuevamente Woody Allen en la pantalla. Y ahora en otra de sus comedias hilarantes que transcurre en el mundo del espectáculo, entre bambalinas. Presentada en 1994, luego de Misterioso asesinato en Manhattan, Allen estrenaba esta alocada comedia con toques de vaudeville, ambientada en los años veinte. Nos referimos a Disparos sobre Broadway. En el centro de la escena, un joven escritor que desea poner en cartel su reciente obra teatral, El Dios de los padres, rol que interpreta John Cusack; tal vez, el alter ego del mismo director. Y para poder llevar adelante su proyecto acepta una financiación por parte de un temible gángster de entonces, lo que va a desencadenar una serie de hechos que despiertan en carcajadas.

Y si en la sociedad del lujo y de los pactos secretos, todo tiene un precio, la condición ahora es que en esta obra tendrá sí o sí que actuar la joven amante del mismo, rol que compone Jennifer Tilly, caracterizada por su torpeza y chillona voz. Paso siguiente, ingresarán por el lateral, una diva de aquellos años (una memorable labor por su afectación y excesos de Diane Wiest) y otros actores que modificarán el tablero inicial; particularmente, el guardaespaldas del gángster (Chazz Palmintieri), quien será toda una revelación. Junto a los ya nombrados, encontramos a Tracey Ullman, Joe Viterelli, Jack Warden, Mary Louise Parker y al actor de carácter, Jim Broadbent.

Orillando los frenéticos cien minutos, esta delirante pieza de Allen que se ubica en los "roaring twenties", nos deleita con una banda sonora que incluye entre otros temas, The Jungla Jamboree por Duke Ellington, Poor Butterfly por Red Nichols and The Five Pennies, Who por George Olsen; Make Believe, That certain feeling, You took advantage of me, por Dick Hyman, entre tantos otros.

Disparos sobre Broadway nos recibe con imágenes del Times Square, a partir de fotogramas de archivo de la época. Y este film, como tantos otros de su autoría, nos presenta a su personaje de David, el del escritor y dramaturgo, frente a sus propios dilemas morales. Comentó Allen que los puntos de apoyo de este film, en el orden de las comedias clásicas, nos remiten al cine de Ernst Lubitsch y Billy Wilder, grandes maestros del género.