Acosados nuestros indios murieron al luchar (Animal) fue el título con el que, a principios de los 90, Andrés Giménez bautizó a su proyecto de power metal. Acompañado entonces por el bajista Marcelo Corvalán y Aníbal Alo (reemplazado luego en batería por Martín Carrizo y, más tarde, por Andrés Vilanova), el cantante y guitarrista le dio forma a un proyecto que renovó al rock pesado argentino, y que luego de sucesivas modificaciones, en 2006 entró en un prolongado receso. Hasta que una propuesta del baterista Marcelo Castro impulsó un regreso que reavivó pasiones no sólo entre el público (cuya demanda hizo que la banda haya confirmado más de medio centenar de shows hasta fin de año), sino además para el propio fundador, que en diálogo con Rosario/12 reconoció: "La verdad que estoy muy agradecido al llamado de Marcelo, muy agradecido a poder estar de nuevo con Animal, que es la banda de mi vida, la banda que armé desde mi sala de ensayo cuando no existía nada. Regresar a la raíz de mi vida para mí es espectacular".

Es que a partir del llamado de Castro, y tras el aval del bajista Cristian "Titi" Lapolla, Giménez vio la posibilidad ya no sólo de replicar la formación con la que registraron el demoledor Animal 6, sino además de darle vuelo a un revival que esta noche (a las 22) hará escala en el Teatro Vorterix Rosario (Salta 3519) para recorrer distintos momentos de la discografía de un grupo que combinó diversas corrientes del metal con líricas de corte latinoamericanista, convirtiéndose así en un proyecto referencial a nivel continental.

Un prestigio que se hizo evidente cuando, tras la confirmación de su regreso, el trío comenzó a sumar shows a una agenda que, de aquí a diciembre, ya alcanza las 60 presentaciones. Pero que no se agotará en ese itinerario, según adelantó Giménez: "Por ahora vamos a completar los shows que tenemos comprometidos para recorrer la historia de Animal, para después a fin de año entrar a grabar un próximo disco. Volvimos para quedarnos, no para hacer una gira. La idea era volver y hacernos cargo de que Animal volvía con toda".

Con un repertorio que se aproxima al centenar de canciones, los miembros de Animal recortaron dos tercios para terminar configurando una lista que, a lo largo de una treintena de temas, hace justicia con distintos períodos del grupo. "Fue difícil elegir, porque hay muchas canciones increíbles de Animal --reconoció el cantante--. Pero nos dejamos llevar por el corazón, por el alma. Creo que hay canciones que interpretaron muy bien la historia del grupo, y básicamente son las canciones que elegimos para este repertorio. Porque no solamente están las canciones conocidas, por decirlo de alguna manera, que fueron radiables, sino que hay muchas canciones históricas que están dentro del repertorio que nunca sonaron en la radio, pero sabíamos que son significativas para la gente".

- Considerando que después de la disolución de Animal le diste forma a D-Mente, con el que además grabaron un muy buen disco como Un León demente junto a León Gieco, y que también formaste parte de De la Tierra con músicos como Andreas Kisser de Sepultura, Alex González de Maná y Flavio Cianciarullo, ¿qué te genera tener nuevamente a Animal como proyecto?

- Soy muy feliz tocando música, haciendo esto que es un regalo que Dios me dio, que la vida me dio, que es subirme a un escenario, poder viajar haciendo lo que siempre amé. Tuve la posibilidad de tocar muchos años con D-mente, de hacer un gran disco con León. Y de tocar con De la Tierra, que es una banda que sigue, que el año que viene va a sacar nuevo disco. Pero cuando Marcelo me llamó y nos juntamos a hablar los tres con Titi me volvió ese hambre por Animal. Fue increíble lo que me pasó.