Hasta el 8 de agosto, de lunes a viernes de 10 a 19, con entrada gratuita, puede visitarse la exposición colectiva de pinturas, dibujos, objetos y libros ¡Qué personajes!, en la Sala de las Miradas de Plataforma Lavarden (Mendoza y Sarmiento). La muestra despliega los singulares universos de tres dibujantes rosarinos que han trascendido las fronteras del país: María Luque, Max Cachimba y Decur (Guillermo Decurgez).

Un aire común de familia parece sobrevolar el planeta Cachimba y el planeta Decur, como si ambos pertenecieran a un mismo sistema solar cuyo astro fuese la tradición de las miniaturas persas o la imaginería gótica tardía de las minuciosas pesadillas flamencas de El Bosco: objetos inanimados se animan, mientras se diluyen las diferencias entre animales y personas, acompañadas en cada escena por seres fabulosos de los más diversos reinos. Pero si Max Cachimba profundiza cada vez más sus raíces prerrenacentistas, con referencias directas a La Divina Comedia de Dante Alighieri en un "Infierno" de negro sobre negro y rimas humorísticas deliberadamente pueriles, Decur se remite a la inocencia edénica de una doble edad de oro: la propia infancia, pero también el siglo XIX, con sus bargueños atiborrados de secretos y sus multitudes de lectoras de folletines esperando una nueva edición. Sin embargo, sus planteos compositivos no son ingenuos.

Puede verse en las vitrinas de la muestra, además de los libros ilustrados por Decur para Ediciones de la Flor y sus hermosos juguetes policromados, que tanto él como María Luque llevan adelante crónicas ilustradas y bitácoras iluminadas en cuadernos o pliegues de papel.

Allí narran las contingencias de sus vidas como artistas profesionales, en permanente diálogo con sus colegas del mundo. Luque también se inspira en fuentes estéticas que exceden la racionalidad del Renacimiento: el arte precolombino americano, con el que tuvo contacto en sus viajes por Latinoamérica. La narrativa comunitaria del hip hop alienta en sus relatos visuales, día a día, del funcionamiento de una escena creativa regional y global.

La excusa para reunir tanto talento junto bajo un montaje impecable fue el homenaje a la novela Alicia en el país de las Maravillas, de Lewis Carroll, que organismos de cultura desarrollaron durante el receso invernal.