CULTURA / ESPECTáCULOS › ENTREVISTA A JUANSE, DE LOS RATONES PARANOICOS
Una de las bandas emblemáticas del rock nacional, cumple 20 años y está de gira por el país. Mañana se presenta en Rosario. "Volvemos al juego y a disfrutar del show", dijo Juanse.
› Por Edgardo Pérez Castillo
"Debés haber escuchado esta frase", dice, y ríe, Juanse, histórico frontman de Los Ratones Paranoicos inmediatamente después de anunciar que el show que mañana a las 21.30 ofrecerán en el cubierto de Newell`s será el comienzo de una nueva gira nacional. Es que a lo largo de dos décadas, la banda cruzó el país en innumerables ocasiones y esta vez, la excusa es el lanzamiento del Cd y Dvd Inyectado de rock & roll, con el que celebran precisamente esos veinte años en los que elaboraron algunas canciones memorables de la historia del rock argentino.
Dos décadas en las que, además, se sobrepusieron a muchas de las opiniones críticas que hoy mismo celebran su conducta rocker, en medio de un mercado que ha hecho del rocanrrol un territorio de reviente vacío de contenidos. Y si bien el descontrol siempre estuvo vinculado con la mitología que se construyó alrededor del cuarteto que completan Roy Quiroga (batería), Sarcófago (guitarra) y el Zorrito Von Quintiero (bajo), la banda perduró más allá de los excesos. En diálogo con Rosario/12, Juanse se permitió recordar los tiempos pasados, rememoró sus enfrentamientos con la crítica y valorizó las épocas en las que cruzar la frontera de Capital no era cosa de todos los días: "En esa época creo que, puta, armar y proyectar, lograr entrar a todo el resto del país sí era importante. Igual no nos gusta mirar para atrás a nivel de hacer revisionismo. Nos gusta a nivel de saber que fuimos quemando muchas etapas. Evidentemente tenemos contenidos para mostrar por mucho tiempo, porque la energía que sentimos cuando estamos en el escenario sigue siendo la misma".
-¿Esa energía es la que mantiene a la banda? Porque al momento de iniciarse el motor pueden ser objetivos como el de sacar un primer disco, o llegar precisamente a otras ciudades del país...
-Nunca me encargué de entender el proceso, pero ahora que lo hablo con vos pienso que es todo muy extraño, porque uno empieza jugando. Al menos así empezamos nosotros, jugando a tocar, a grabar, jugando con la composición y un montón de cosas. Yo lo comparo con la "seriedad" con que se juega cuando vos sos muy pendejo, porque uno se divierte, ríe y no deja de estar jugando, pero le presta mucha atención a lo que es el juego, la distracción. Ese es un elemento clave para nosotros para después poder protegernos de la que nos espera cuando crecemos. La banda, en ese aspecto, ha seguido prácticamente como un manual toda la evolución de un ser, de un ente. Empezamos jugando y después eso se transformó en una cosa que nosotros nunca supimos entender, si bien la buscábamos, es innegable, la desconocíamos por completo. Eso de tener repercusión, acceder al privilegio que te da el destino, Dios, a poder mostrar lo que a uno le gusta hacer con la música. Pero claro, a pesar de que esta parte media del proceso nos interesó, de alguna manera el paso de los años nos dio a entender que los resultados materiales que te genera eso son absolutamente efímeros. Entonces volvemos al juego y a disfrutar del show, por tocar, no por nada en particular, no por poder. Sobre todo ahora que el poder está tan rodeado de mediocridad.
-Este volver al juego termina coincidiendo con el logro de grandes momentos para un grupo. Porque si bien Los Ratones Paranoicos nunca dejó de tener vigencia, hoy sostiene un nivel de respeto, mientras que muchos grupos, después de veinte años, no son más que recuerdos.
-Creo que eso en realidad es el espíritu que nosotros adoptamos a través de un estilo al que vienen anunciándole la muerte hace más de cincuenta años, pero que nunca muere. Creo que el blues hizo que el rock & roll, esa cosa tan elemental y básica aparentemente, cobre dimensión, se renueve. Porque nosotros hemos pasado momentos muy difíciles, ha sido nuestra única fuente de ingresos toda nuestra vida, entonces que te ataquen desde el periodismo o que te traten de minimizar, cuando sos pendejo te la tomás en serio. Ahora obviamente yo no te leo una crítica ni con un palo, pero ahora es porque uno ya está blindado de esa angustia que te genera. Porque vos tocás, convocás, pero hay un montón de gente que tal vez quiera entrar en contacto con la banda a través de una nota, o de alguna descripción musical, entonces a la edad que me tocó vivirlo a mí yo decía: "Esta gente está loca, ¿cuál es el problema?". El problema es histórico de Argentina, donde lo único que se podía escuchar era a los Beatles. Para conseguirte un disco de los Rollings tenías que ir a pleno centro. Sin negar que los Beatles son una de las bandas más grossas que jamás escuché, pero siempre hubo como una ideologización de la música: "Si escuchás esto la tenés clara". Era imposible, a nosotros nos han sacado de festivales por el nombre. De alguna manera hoy todo eso es parte del pasado pisado, y lo bueno es que las generaciones se fueron renovando sin comer vidrio. Y aceptando nuestras propias limitaciones, inclusive. Porque nosotros no nos creemos los Beatles, pero al menos presentimos que la gente entiende lo que queremos transmitir con nuestra música, y eso es lo que la hace universal.
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