Aunque su obra está anclada en la cultura popular argentina, Ricardo Cohen, Rocambole, no reconoce una marca distintiva para su trabajo artístico. Después de nueve discos y más de veinte años de trayectoria, Claudio Quartero, miembro fundador de La saga de Sayweke, asume como un logro la imposibilidad de definir la música de su grupo con algunos pocos rótulos. Mañana, a las 21, ambos artistas compartirán el escenario del Teatro Vorterix (Salta 3519) en un encuentro interdisciplinario que funcionará como presentación del libro Rocambole. Arte, diseño y contracultura, y que permitirá reencontrarse con el polifacético trío que conforman Quartero en bajo y guitarra, Diego Munin en teclados y Leandro Sánchez en batería.

Ricardo "Mono" Cohen fue miembro fundador, y faro, de La Cofradía de la Flor Solar, núcleo desde donde surgiría Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota la banda que, luego, apostaría a la creatividad de Cohen para construir su imaginario visual. De allí la inmensa popularidad de una obra aún más extensa. Arte, diseño y contracultura, libro cuya edición financió a través del sistema crowdfounding, se ofrece como un generoso recorrido por ese repertorio artístico, incluyendo ilustraciones, pinturas, aerografías, bocetos, dibujos, fotografías, textos propios y ajenos, en una lista que reúne las firmas de Miguel Grinberg, Miguel Cantilo, Rep, Oscar Jalil, Skay Beilinson y la Negra Poli, madre de... Claudio Quartero.

"Imaginate que a Ricardo lo conozco desde muy joven, es estar con amigos, con familia", reconoce Quartero, que si bien asegura no tener en claro por qué carriles correrá el cruce de disciplinas, admite con tranquilidad: "No es tan habitual que se dé este cruce, pero está bueno porque la gente puede acercarse a otras expresiones".

En ese contexto, el bajista y compositor apunta a la última visita de su grupo a la ciudad como un ejemplo de los buenos resultados que pueden derivar de los cruces artísticos. "Estuvimos tocando junto a Jauría. Hacemos otra cosa completamente distinta pero sirvió para demostrar que la música es una. Muchos se asombraron, porque fueron a ver expresamente a un grupo de punk-pop, como son ellos, y se encontraron con nuestra propuesta, que es disímil".

Imposible de encasillar, en sus últimos tres discos La saga de Sayweke se volcó a un formato instrumental que les otorga una libertad distintiva, según concluye Quartero: "El sistema trata de etiquetar a las propuestas para que esté todo amontonado de un solo lado y así poder catalogarnos. Sin embargo esto es muy ecléctico, por momentos tiene mucha potencia y en otros pareciera que tocamos canciones de películas western. Somos un grupo que propone no estancarse, no buscamos estribillos o hits que perduren. Y si bien no somos una banda que está todo el tiempo improvisando, sí hacemos un trabajo antes de cada recital con la lupa puesta en los detalles, para que la canción lograda tenga su cenit en cada concierto".