CULTURA / ESPECTáCULOS › FIESTA Y RECITAL DE SCRAPS EN EL GRAN ATLAS POR LOS 25 AñOS DE LA BANDA
Vanyo, voz cantante de la banda, adelantó que "la idea es hacer un repaso de la historia de la banda; vamos a tocar los clásicos" en el show de mañana. Además, presentan su nuevo material, Disco rayado grabado hace cinco años.
› Por Beatriz Vignoli
Mañana desde las 22:00, en el Complejo Cultural Gran Atlas (Mitre 645, Rosario), la banda rosarina Scraps festeja sus 25 años con una fiesta y un recital. A las 23 abre el espectáculo el primer grupo de la noche, Club social y destructivo; le sigue Pure Fyah, y luego de la medianoche subirá al escenario la formación actual de Scraps: Sabri La Rousse en teclados, el Turu Flowers en batería, Seba Porta en trombón, Vanyo en guitarra y voz, Fernando Vercelli en voz, Ale Zapata en trompeta, Leo Tala en saxo tenor y Gus Cabreriso en el bajo.
Formado en 1990 (y con un debut en Ibarlucea en el otoño de 1991 tras seis intensos meses de ensayos con un método de creación colectiva), Scraps hace una música que tiene al ska como elemento predominante, en la veta de grupos ingleses del sello Two tone, "con guiños" a géneros como el funk, el reggae, el rocksteady y el tango, "e investigaciones musicales propias con voluntad experimental, que siempre buscaron ampliar los límites del género", según su página web.
Vercelli, uno de los dos miembros iniciales que se mantienen en la formación actual, anticipó ayer a Rosario/12 que habrá un presentador: Orlando Floreal de la Mata. Este anacrónico locutor de radio, hincha de San Lorenzo de Almagro, es un desquiciado ser de impronta tanguera, bigotito y gafas, cuya voz aparece en grabaciones de otro grupo: la Rosario Smowing. Orlando Floreal de la Mata es solo uno más de los personajes ficticios del universo mítico inventado por Scraps, agrupación surgida en Rosario en diciembre de 1990. Otro es Paco Pascualus: "un alter ego de la identidad de la banda", como lo define otro de los fundadores que aún resisten: el guitarrista, Vanyo.
"La ceremonia en vivo de los Scraps es una de las pocas fiestas auténticas que se pueden vivir en Rosario. Uno de sus mayores logros es adaptar el estilo foráneo del Two-Tone, nacido para cantar en inglés, a un universo inconfundiblemente local y propio", escribió la crítica musical Carolina Taffoni en un pasaje que Vanyo citó de memoria ayer, en una entrevista telefónica que fue como una breve muestra del método compositivo desbordante de creatividad de los Scraps. "La idea es hacer un repaso de los 25 años de la historia de la banda; vamos a tocar los clásicos. Estamos presentando Disco rayado, grabado hace 5 años, anticipó. Nuestro primer ensayo fue a fines del año 1990. Eduardo Vignoli fue la primera sección de vientos de Scraps. Los bronces de Avarovia (el primer álbum, editado en 1997, una producción independiente en cassette que agotó varias ediciones) son todos de él y de Roberto Cagnone; le decíamos Cañones", recuerda, evocando al trompetista fallecido a mediados de la década pasada.
--Como Isidoro Cañones...
--Y porque encima tocaba el "caño".
--¿El estilo de Scraps se basa en la segunda ola del ska?
--Sí. El primer disco de Los Fabulosos Cadillacs, Bares y fondas (1986), es el disco que nos voló los pelos a todos y nos encantó el sonido, aunque ellos no están conformes con ese álbum. Fue producido por (Daniel) Melingo y tiene una "mugre" interesante. Ellos y Madness, esos son nuestros héroes. Madness sigue la tradición de The Kinks; ese hilo del brit pop nos interesa -dice Vanyo y descerraja al teléfono una lista de bandas que la cronista no alcanza a anotar.
--Nos importa la actitud, la estética, el ritmo -agrega.
--¿Lo esencial del ska es el ritmo?
--La célula constitutiva es el backbeat, el contratiempo. También el bajo. La primera ola jamaiquina, a comienzos de los años 60 (coincidiendo con la independencia de Jamaica del imperio británico), fueron los Rude Boy, que trataban de tocar jazz y rhythm and blues, pero incorporaron el elemento jamaiquino, el mento, ritmo típico de Jamaica. La historia del arte está hecha de estos felices accidentes.
--¿De algún modo Scraps también incorpora un estilo local?
--Sí, en canciones como Nieve en el bulevar contamos las vivencias de Rosario. Aunque con algunos estribillos en inglés, la decisión fue desde siempre escribir en castellano. Hay una impronta tanguera en cada uno de nosotros, debajo de la superficie. Ahora aflora un poco más, en temas como Trago de veneno. Hay una mitología en Avarovia; es el "universo inconfundiblemente local y propio" de cuando éramos más jóvenes y andábamos por la ciudad, por el barrio. "El kiosco del miserable" eran las puertas del infierno; el bar de Petete era el purgatorio.
--¿Y el paraíso? ¿No había?
--Dios tenía una pizzería y era un árbitro retirado. Nunca arbitró partidos importantes; una figura patética. De todo eso salió La noche del hombre invisible, en ensayos largos para canciones de dos o tres minutos que apilaban ideas a mansalva -rememora el guitarrista.
La noche del hombre invisible es el primer LP de Scraps. Fue presentado en diciembre de 2000 y reúne los que la banda actual considera sus clásicos en vivo, como H9, Diste lo que diste, Berrinche ska y Sicilia. En febrero de 2002 la banda participó del primer Festival Cosquín Rock. Luego vino una seguidilla de fechas en boliches que incluyó su participación como invitados al 1º Festival Nacional de Reggae, en Cemento, Buenos Aires. El comienzo de la gloria coincidió con el caos del país. Por entonces se fueron de la banda varios músicos, entre ellos Kamikaze, quien fallecería varios años después.
--Con la crisis se fueron los bronces a España -cuenta Vanyo, y no está hablando de bronces en sentido figurado: los tres integrantes de la sección de vientos emigraron y un intento de funcionar como quinteto sólo sumó cansancio. --Estábamos desgastados -confiesa.
La última aparición pública de la banda en ese primer período fue en un vibrante show de 2003 que Scraps compartió con Karamelo Santo y Los Vándalos en el Anfiteatro municipal. -Nos abrimos en 2004 --recuerda Vanyo. --En 2008 nos encontramos de nuevo y nos rearmamos.
Hubo seis años sin fechas hasta su show del Club Italiano, en el invierno de 2009. Nadie los había destronado de su puesto indiscutible de reyes del ska local. Tocaron temas nuevos, pero el álbum se hizo esperar. Disco rayado, su tercera producción, se grabó hace cinco años, tenía edición anunciada para 2012 y se presenta mañana.
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