CULTURA / ESPECTáCULOS › PLASTICA. EL PROYECTO INTEMPERIE IMPULSA UN INTERCAMBIO PARA REPENSAR EL TERRITORIO
Este domingo, el colectivo artístico, que tiene a Gustavo Frittegotto como referente, abrió la convocatoria a aquellos interesados en compartir sus fotografías de pueblos, ciudades y campos, descubriendo así puntos de unión en el paisaje.
› Por Edgardo Pérez Castillo
Desde una concepción que entiende a la fotografía como un medio desde el cual profundizar una visión cosmológica sobre el paisaje, como un camino hacia la posibilidad de apropiarse del territorio, desde Proyecto intemperie lanzaron una convocatoria abierta que busca extender el intercambio de imágenes como un "diálogo silencioso". La experiencia --a la que es posible sumarse, o bien apreciar, a través del facebook de Proyecto intemperie--, es un nuevo paso dentro de un camino iniciado en 2010, cuando la llegada del verano interrumpió el taller a cargo de Gustavo Frittegotto, principal impulsor de PI. Así comenzaron a sostener "un diálogo silencioso que se mantuvo en el tiempo, en un círculo cerrado, por mail". Cada domingo, los miembros de ese círculo enviaban sus imágenes, allí donde el fin de la semana los encontrara: Casilda, Rosario, Australia, la Patagonia, en paisajes naturales o desde el interior del hogar.
El siguiente paso fue iniciar un diálogo con un grupo de fotógrafos del norte de Italia y otro con los alumnos del taller de Gustavo Tarchini, en Santiago del Estero. Hasta que este domingo llegó el momento de abrir la experiencia, según detalla Frittegotto: "Este año surgió la idea de empezar con la convocatoria abierta, que es como tirar una botella al mar, porque no sabés quién te enviará. El domingo recibí una foto de alguien de Santo Domingo (República Dominicana), a quien no conozco. Eso nos gusta mucho, es una forma de mantener un diálogo a través de la imagen, sin conocer a la persona. En un país donde nunca nos pudimos apropiar del territorio, esto es una forma de apropiarse. A mí no me interesa hablar con la persona, sino que sea la imagen la que te está tirando su universo".
Según explica el docente, la propuesta tiene como fin hacerse extensiva a todo aquel que desee participar. "Tenemos un perfil muy bajo, con fotos no pretenciosas, no hay nada de todo éso", apunta Frittegotto, que aclara: "La gente nos escribe y vemos mucho las problemáticas o rollos que existen, porque nos lo plantea antes de enviarnos las imágenes creyendo que no son artísticas. Pero no nos interesa éso, estamos corridos de lugar. No nos interesan los museos, los centros culturales. Proyecto intemperie pasa por otro lado. De hecho estamos exponiendo en escuelas abandonadas, hacemos exposiciones es en lugares que nosotros creemos que son fantásticos, cuando en realidad por una lógica de entendimiento las cosas se hacen en lugares que nosotros consideramos no están buenos".
En ese sentido, desde el grupo impulsan propuestas que conectan con esta mirada: "En Proyecto intemperie hay un proyecto que está haciendo Jesús Antuña, un miembro nuestro, que está haciendo una serie que se llama Luciérnaga, que puede encontrarse en el Facebook. El toma un texto de un francés que revierte todo este pensamiento en la cual dice que en las luces de la luciérnaga, entre la penumbra, uno puede encontrar la cosa más profunda de lo existencial, en contra de la barbarie de la ciudad, donde toda la luz es artificial, donde todo está bombardeado y no podés encontrar rastro de esta luz natural mínima. A partir de éso estamos haciendo proyecciones de fotógrafos internacionales en lugares abandonados, en una pista de baile de campo, en un pueblo de 50 habitantes en medio de la pampa húmeda, cerca de Cañada Rosquín. Buscamos lugares donde encontramos cosas fantásticas. Como en arquitectura, donde Gerardo Caballero dice que la mejor arquitectura que hay demostrada en el paisaje son los galpones de campo. Caballero es un tipo que da clases en Estados Unidos, y rota su cabeza. Nosotros también estamos buscando rotar la cabeza. Consideramos a las ciudades como lugares nocivos, violentos, y en estos lugares abandonados encontramos universos maravillosos".
En su diálogo constante, y ahora multiplicado con su convocatoria abierta, Proyecto intemperie va proponiéndose como un reservorio de esas miradas múltiples sobre el territorio. "Algo que hablábamos con Gerardo Caballero es que esto es un tejido que une un montón de disciplinas, no solamente artísticas, sino también otras como la arquitectura", distingue Frittegotto.
En esa línea, el fotógrafo y docente es consciente del espacio que desea ocupar. "Estamos corridos de lugar, por éso me volví a Casilda y tengo un estudio en la periferia de la ciudad. Porque acá pareciera que si no vivís en las cuatro plazas sos menos casildense. Y pasa también en Rosario, que no nos consideramos ni santafesinos ni llaneros. El día que nos consideremos llaneros el paisaje va a estar incorporado en nosotros, que es lo que pasa en Venezuela o Estados Unidos, esta visión más cosmológica. Pero es un camino muy largo. La fotografía entonces para mí no es el resultado final sino la posibilidad de empezar a comprender todo esto", analiza.
Y concluye: "Estamos en una tierra que parecería inerte, que no hubiera nada abajo. Es lo que estamos viviendo ahora con un nuevo gobierno, que parecería arranca todo desde cero. Cuando hablamos sobre esta cuestión territorial, tenemos en claro que, por ejemplo, por la televisión se habla del gaucho a caballo, cuando acá había gente caminando hace 8500 años. Por éso también en esto participa gente de arqueología y antropología, porque se trata de apropiarnos de un montón de disciplinas. Y también nos interesa enormemente la mirada de la persona común".
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