Dom 03.04.2016
rosario

CULTURA / ESPECTáCULOS › FILOSOFíA E HISTORIA EN UNA CHARLA DE DARíO SZTAJNSZRAJBER Y FELIPE PIGNA.

Las ideas que dieron vuelta el mundo

De amplia trayectoria tanto académica como en los medios, el filósofo y el historiador plantean un diálogo sobre cinco pensadores que marcaron épocas. Cómo entender en contexto a Platón, San Agustín, Descartes, Nietzsche y Foucault.

› Por Sonia Tessa

Filosofía e historia pueden ser apasionantes si se encuentra a las personas correctas para inspirar la búsqueda de las ideas y procesos que trajeron a la humanidad hasta el punto en que se encuentra. Cada uno en lo suyo, Darío Sztajnszrajber y Felipe Pigna resultan personas inspiradoras, de esas que llevan al gran público pensamientos complejos. El jueves 7 de abril, a las 20.30, en el Teatro El Círculo, el filósofo y el historiador darán la charla "Historia y política: cinco pensadores en su tiempo". "Está concebido como un diálogo, un encuentro entre Felipe y yo, donde el eje son estos cinco pensadores, que elegimos porque son representativos de épocas muy diferentes, queremos abordar la mayor cantidad de épocas históricas. Lo que hago yo es explicar las ideas, los cinco tips fundamentales para entender por qué es importante conocer a Platón y su maestro Sócrates; a San Agustín, René Descartes, Friedrich Nietzsche y a Michel Foucautl, sus cinco ideas más grosas, por qué son los cinco pensadores más representativos de una época, por qué se han hecho famosos, por qué todo el mundo los conoce, y los cita, y habla de ellos", relata Darío a Rosario/12. En tanto, Pigna da el marco histórico que hizo posible el desarrollo de esas ideas.

El recorrido comienza con la Antigua Grecia y la Grecia clásica para dar el marco a la filosofía de Platón y a su maestro Sócrates. El cristianismo y la Edad Media se verán a través del pensamiento de San Agustín, como expresión del encuentro entre Atenas y Jerusalén. Se adelantarán al tiempo de la modernidad y sus profundos cambios en todos los órdenes con René Descartes. Sztajnszrajber y Pigna analizan el siglo XIX a partir de un filósofo disruptivo como Federico Nietzsche, para finalizar con los convulsionados 60 y 70 y el pensamiento de Michel Foucault.

"Uno siempre dice amor platónico, y no sabe qué hay de platónico en eso. Tampoco mucha gente se ha preguntado qué significa la frase de Nietzsche 'Dios ha muerto': no es que murió Dios literalmente. O se puede creer que es una pelea de Nietzsche con la religión y es mucho más que eso. Para alguien que no sabe del tema, es una forma de iniciarse en este pensamiento. En paralelo, Felipe va a ir haciendo todo un contexto histórico, se va a meter con sus biografías, los va a ubicar en el tiempo", sigue adelantando el filósofo que es y ha sido docente en todos los niveles educativos, que es profesor de la UBA en Introducción al Conocimiento de la Sociedad y el Estado en la cátedra Mesyngier. Y que lleva la filosofía a la mesa de radioescuchas y televidentes con evidente afán de seducción. Así lo demuestra su programa de filosofía El innombrable, en Radio Madre, y también Mentira la Verdad, de Canal Encuentro.

Pigna es considerado el historiador más popular después de Félix Luna y puede considerarse emergente de una época en la que se problematizaron las versiones oficiales de los procesos históricos. Los cinco tomos de sus libros Los mitos de la historia argentina, tanto como Lo pasado pensado y hasta Mujeres tenían que ser, se plantean develar aquello que quedó oculto por las relaciones de poder en el entramado de la historia que quedó cristalizada como versión oficial de la historia.

Para Darío Sztajnszrajber, el objetivo de "Historia y política, cinco pensadores de su tiempo" es "claramente, inspirar o motivar a que después de escuchar quiénes eran y cuáles eran las principales ideas de los cinco pensadores, te seduzca alguno y quieras saber algo más, que sirva de disparador sobre todo para un público que no es especialista en el tema, y que sin embargo tiene como alguna resonancia o algún deseo con el tema de la filosafía y de la historia".

Y la misión se cumple: "Nuestra experiencia es esa, ya lo hicimos un par de veces. En general el público que viene tiene algún tipo de enganche con lo intelectual, pero no se dedica laboral o profesionalmente a eso. Tenemos muchos médicos, ingenieros, grupos de amigos que lo toman como una salida y en vez de ir al teatro, deciden compartir este espacio y después salir a conversar", describe sobre este ciclo que lo reúne con Pigna en un espacio de diálogo.

Si se le pregunta si la convocatoria de este tipo de propuesta tiene que ver con falencias de la escuela, Sztajnszrajber opina por la positiva. "Claramente no creo que tenga que ver con una falencia de la escuela, porque los dos somos docentes y lo que proponemos es una continuidad de lo que hacemos en el aula. Al revés, me parece que hay una reivindicación de la docencia y una celebración de la práctica docente hacia un público más amplio. Es la prueba de que la docencia excede la enseñanza normativa de los alumos y que si se produce transferencia, son temas que generan muchas ganas de ser recorridos, mucho deseo de poder seguir sabiendo más, me parece que si vos los temas los presentás de un modo entretenido, seductor, con un lenguaje llano, profundizando y problematizando todo, se genera mucha adhesión por parte de los que te vienen a escuchar. No es cierto que la gente sólo quiere abordar cuestiones banales, o rápidas, sino que claramente estos temas interesan", plantea el filósofo, quien sí apunta que "por ahí el problema no tiene que ver con la docencia sino con la escuela como institución, que en general suele reprimir ese deseo. Entonces es increíble que chicos que por ahí en la escuela no se enganchan con estos temas, después sí se enganchan en otros espacios".

Sztajnszrajber elude con elegancia cualquier referencia a las críticas sobre la tarea de divulgación que realizan tanto él como Pigna. "Creo que hay de todo en la academia, hay algunos colegas que por ahí no se enganchan con el género de la divulgación porque lo sienten como una competencia y me parece que hay muchos otros colegas a los que la divulgación les ha posibilitado repensar también su forma de hacer academia. Lo que creo es que no está bueno poner a competir ambos géneros sino entender que tienen objetivos muy distintos. Nadie por venir a nuestro encuentro se va a recibir de historiador. Lo que a nosotros nos gusta hacer, y entendemos que nos sale un poco bien, es tomar esos contenidos de la academia y promoverlos a un público más amplio que necesita otro lenguaje, otra forma pedagónica. El problema es cuando se genera una compulsa o competencia y el divulgador cree que es un investigador y el investigador cree que la divulgación banaliza el saber". Por el contrario, el filósofo cree "que se potencian positivamente. En estos últimos años hay un lugar que ocupa la academia, entre otras cosas porque ha podido difundirse mucho en los últimos tiempos".

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