Aunque podría pensarse como un autoboicot, la fórmula de No Te Va Gustar se ha evidenciado exitosa. Porque mientras muchas bandas apuntan a una desequilibrada combinación genérica como anzuelo con el que conquistar a productores de moda --léase el homogeneizador Gustavo Santaolalla--, los uruguayos viraron el rumbo de un disco a otro. Y si bien es cierto que luego de esa interesante fusión entre rock y ritmos rioplatenses de Este fuerte viento que sopla el grupo se embarcó en la hoy transitada senda de las canciones con Aunque cueste ver el sol, es justo también reconocerles una capacidad de reorientación artística que se presupone tan honesta como poco especulativa.

Y si de quiebres de cintura se trata, el futuro encontrará a la banda --Emiliano Brancciari en guitarra y voz, Mateo Moreno en bajo y coros, Pablo Abdala en batería, Gonzalo Castex en percusión, Martín Gil en trompeta y coros, Denis Ramos en trombón, Mauricio Ortiz en saxo tenor y Marcel Curuchet en teclados-- explorando otras rítmicas, en una nueva asociación con Tito Fargo, quien por segunda vez ha asumido la producción de un disco del grupo. De hecho, parte de esa nueva senda podrá ser recorrida esta noche, cuando desde las 22 la agrupación se presente en Willie Dixon, el local rockero de Suipacha y Güemes.

Porque aunque en líneas generales el show encontrará algunos puntos de contacto con el que realizaran en El Sótano durante su segunda y última visita a la ciudad --"Rosario es uno de los lugares donde más nos gusta ir, como La Plata. Son las ciudades que más parecidas nos parecen a Montevideo. Además en Rosario ya la última vez fue mucha más gente que en el anterior, y ahora parece que también. Eso nos pone muy contentos, y la expectativa que tenemos es grande", remarcó Brancciari--, esta vez se incluirán algunas de las resultantes del trabajo combinado entre el grupo y Fargo, una asociación que el cantante del grupo resaltara como exitosa durante su entrevista con Rosario/12: "Estuvo buenísimo porque ya empezamos el trabajo con una confianza que viene del disco anterior. Ya nos entendíamos a la perfección, entonces se trabajó mucho más fácil. El es como parte del grupo, y está bueno porque ya nos conoce y nosotros lo conocemos a él. Confiar en el productor es algo que se gana con el tiempo, y nosotros arrancamos a trabajar este nuevo disco confiando en Tito".

En ese contexto, la primer reunión entre los uruguayos y el músico argentino tuvo como resultante Este fuerte viento que sopla, un disco que, a diferencia de sus dos antecesores, resulta más intimista, y que a pesar de dejar entrever cierta sensación de positivismo, en sus canciones resulta claramente introspectivo. Y si algunos imaginaban un retorno a la línea lírica de sus dos obras anteriores, el cantante redobla la apuesta al momento de adelantar las cualidades narrativas del nuevo material. "Es más oscuro todavía", precisó, mientras que en relación a los lineamientos musicales apuntó: "Incursionamos en un montón de cosas que no habíamos hecho antes, como el ska, el hip hop. Es un disco que tiene mucho rock, y que también tiene canciones. Tiene de todo, pero no hay muchos ritmos latinos. Hay también muchos elementos de la música electrónica, está bastante variado, pero no tiene nada que ver con el anterior".

A partir de esa gama genérica, ya se presume que esta nueva obra volverá a desviar el rumbo para el grupo. En ese sentido, a lo largo de sus producciones No Te Va Gustar le escapó a los encasillamientos. "Es lo que nos sale en el momento. Durante los dos años que hay entre disco y disco nosotros vamos cambiando, y eso queda plasmado. Es lo que somos en ese momento. Lo más fácil es repetir la fórmula, pero no seríamos auténticos. Preferimos ver qué nos sale, y por eso nos salen los discos que nosotros tenemos. Si nos salieran parecidos entonces algo estaría mal", reconoció Brancciari, responsable de buena parte de las composiciones de un grupo que, sin temor de las variantes, se solidifica disco a disco.