"¿Quién querés ser cuando seas grande?". Bajo esta consigna hoy se inaugura en Rosario la segunda edición de El Congreso de los Chicos. Con el telón de fondo que ofrece el debate de la Ley Federal de Educación y con una modalidad de similares características a la del Congresito de la Lengua (evento que se realizó en paralelo al III Congreso Internacional de la Lengua Española), este nuevo encuentro --publicitado como el Congresito de la Educación--, espera, como aquél, reunir a la población infantil de la ciudad para que jueguen, pregunten y propongan ideas acerca de esta nueva coyuntura que se da en un ámbito en el que ellos son los principales protagonistas.

"El Congresito de la Lengua fue mágico y único, y no soy amiga de repetir eventos, sobre todo cuando tan exitosos --explica la secretaria de Cultura y Educación y artífice de la iniciativa, Chiqui González--. Lo que ocurre es que cuando se empieza a hablar de la Ley Federal de Educación --y protegiendo a los chicos de cualquier enfoque partidariario-- aparece lo que siempre dijo Francesco Tonucci --y que para mí es correctísimo-- y es que en base al artículo 11 de la Convención de los Derechos del Niño, el niño debe ser consultado sobre aquéllo que influye en su vida. Y porque creemos que la educación es una variable muy importante y muy influyente en la vida de un niño es que decidimos consultarlos, más que sobre la ley en sí, sobre cómo querrían ellos ser educados".

A partir de este concepto el encuentro se orquestará en función de cuatro ejes de discusión, siempre relacionados con el modo en que los chicos quieren ser educados: por los padres y la familia, por la escuela en todos sus niveles y otros servicios educativos, por los medios de comunicación, y finalmente, por las instituciones y el gobierno de las ciudades (ver aparte).

"La intención no es, de ninguna manera, la de someter a los chicos a un debate acerca de cuestiones financieras, curriculares o jurisprudenciales--apunta González--. No nos interesa que los chicos hablen de la ley, porque entendemos que ese es un tema que está lejos de sus intereses y sus expectativas, pero sí de la educación y la escuela: qué significa aprender, si le gusta la manera en que le enseñan, si entiende los lenguajes de la escuela, si se siente incluido, si disfruta de la convivencia escolar, etc. Pero también queremos que hablen de otras figuras que inciden en su educación: la familia, los medios de comunicación, el club, la ciudad en general..."

Del Congresito participarán todas las escuelas de nivel inicial, EGB en todos sus ciclos, jardines de infantes, clubes, bibliotecas y ONGs, que se hayan inscrito oportunamente, así como clubes, iglesias y demás instituciones públicas y privadas. También formarán parte del encuentro todos los chicos que hayan decidido participar de manera individual, siempre con la complicidad de un adulto que los acompañe.

"Creemos que era hora de hablar de la educación y de escuchar qué tienen los chicos para decir. De modo que intentando despojarnos de ese lenguaje pueril y condescendiente que solemos usar para dirigirnos a ellos, y con el que sólo obtenemos las respuestas que queremos escuchar, queremos que esta sea una auténtica oportunidad de oírlos", concluye Chiqui quien se apura a aclarar que "este encuentro no tiene ninguna intención de convertirse en periódico. El Congreso de la Lengua fue una oportunidad extraordinaria de participar, una oportunidad que vuelve a aparecer con esta coyuntura, pero que no creemos que vuelva a darse. De aquí en adelante habrá que pensar otras formas de darle la palabra a los chicos, y creo que esa será una responsabilidad de todos".