Si bien el peligro de venta se remonta hasta mediados del 2002, la noticia se hizo pública a fines del año pasado. Desde entonces, el cine El Cairo pareció iluminarse para la sociedad en general, y no sólo para aquellos que durante años le dieron vida asistiendo a esas funciones casi íntimas, pero siempre cargadas de una mística que hoy se ve amenazada. De hecho, la vieja sala de calle Santa Fe al 1100 es el único vestigio de una época de oro para los amantes del cine, ésos mismos que aun encuentran en El Cairo un responso entre la frenética comodidad de los complejos multisala. Afortunadamente, ese espacio destacado como un "último bastión" para el cine de la ciudad tiene chances de sobrevivir, a partir de la movilización de aquellos que se resisten a la resignación de la modernidad. En ese contexto, el próximo 16 de febrero se llevará a cabo una reunión en la que se analizarán los posibles pasos a seguir de cara a su salvataje.

Cuando luego de la crisis de diciembre de 2001 la Sociedad Exhibidora Rosarina decidió poner fin al Monumental y El Cairo, la creación de la Compañía Monumental garantizó la supervivencia de ambos espacios, llegando incluso a ampliar la cantidad de salas en la esquina de San Martín y San Luis. Sin embargo, la venta del edificio de calle Santa Fe siguió latente, hasta hacerse pública algunos meses atrás. Daniel Greco, gerente de la Compañía Monumental, explicó a Rosario/12 que, a diferencia de la situación vivida años atrás, en esta ocasión una posible compra del inmueble es impensada: "Como cinéfilo y como periodista vinculado con el cine tengo que reconocer que El Cairo dejó de existir como sala comercial, y si esto no pasa a manos del Gobierno, ya sea provincial o municipal, o si no pasa a manos de empresarios, es difícil que se sostenga".

Con una tasación que supera el medio millón de dólares, el edificio seguirá siendo utilizado como sala hasta que no se defina su venta, aunque una vez determinada la misma el futuro de El Cairo es incierto, lo que impide a su vez posibles inversiones que permitan modernizar su estructura técnica. "Como Compañía Monumental a nosotros se nos crea un problema, porque no podemos hacer una inversión en la sala si no sabemos cuánto vamos a durar. Hay que arreglar butacas, deberíamos cambiar la pantalla, poner un sonido nuevo. Fito (Páez) estaba muy loco con estrenar su película en El Cairo, y lo habíamos hablado, pero al no saber cuánto vamos a durar se nos van cerrando las puertas para hacer mejoras técnicas. Y no creo que ningún empresario quiera invertir en algo que no se sabe hasta cuándo te lo van a alquilar", apuntó Grecco.

Asimismo, las características propias de la sala (ésa misma que se ha consolidado como un único espacio en el cual acercarse al cine arte, alejándose de los cánones comerciales y logrando así un público claramente definido) la alejan del gusto masificado, con una lógica consecuencia en el aspecto comercial. Aunque ello no sería un escollo en la posible supervivencia del viejo cine, según distinguió Grecco: "Los números no son halagüeños, porque durante todo el año El Cairo dio una pérdida que va entre 1500 y tres mil pesos mensuales, costo que se banca con el Monumental. Como no es una cifra descabellada a nosotros nos sirve como una sala complementaria, y hasta por el orgullo de decir que tenemos El Cairo abierto. La Compañía lo tiene a pérdida, pero lo tenemos abierto, entonces si aparece una película de cine arte nos viene bien tenerlo. Pero supongamos que un privado compra la sala y nos la alquila por tres mil pesos. Si sumamos eso a la pérdida tenemos que decir que no podemos alquilarlo, entonces es un viaje sin retorno. A menos que lo compre el Estado y nos den la posibilidad de mantenerlo y de tener la sala abierta. Yo hasta manejaría ad honorem la programación, y le veo futuro al tema si esto lo manejan la Provincia o la Municipalidad. Entonces podríamos armar algo como lo que se hizo con Madres con ruedas de Mario Piazza, se podría proyectar material de producción local. El Cairo sería una buena propuesta, con una inversión que la convierta en una sala alternativa para la ciudad, pero no en un sentido comercial, sino cultural".

Por esa misma línea se manejan las intenciones del Ari, que a partir de una propuesta del concejal Carlos Comi convocó a la reunión del próximo 16 de febrero, abriendo asimismo una casilla de correo ([email protected]) desde la que suman adhesiones para buscar soluciones que eviten el cierre. "Queremos reunir a distintas partes, a lo público y lo privado, y buscar ahí sí algún plan que permitiera salvar a El Cairo, ya sea por un fideicomiso o bien alguna forma de conseguir el dinero necesario para poder evitar la venta del inmueble", explicó Comi a este medio, y resaltó: "Las posibilidades son varias, nosotros hemos pensado en un centro cultural. Pero vamos a invitar a la Provincia, la Municipalidad, a empresarios, a los distintos actores que nos parezca que les puede interesar el tema para ver qué surge. No es poco el dinero, entonces pensamos en una solución mixta. Y somos optimistas".