CULTURA / ESPECTáCULOS › PARTICIPAN GOLDIN, ABONIZIO, FANDERMOLE, POPONO, ENTRE OTROS
Con la participación de músicos invitados, esta noche en el anfiteatro se brindará un tributo a una banda mítica del rock rosarino.
› Por Edgardo Pérez Castillo
Si bien el concierto que esta noche se llevará a cabo en el Anfiteatro Humberto de Nito marcará el cierre del ciclo Artistas a Cielo Abierto y, a su vez, inaugurará la programación del programa Marzo es el Rocanrrol, es su carácter emotivo lo que lo hace resaltar entre las ofertas culturales de este sábado. Es que en este "Desde el cielo" no sólo se estará brindando la posibilidad de enfrentarse a una de las bandas míticas del rock rosarino, sino que además se homenajeará a uno de sus fundadores, Jorge Antún, quien a fines del 2005 murió luego de una prolongada enfermedad, pero que dejó su huella para que hoy Pablo el Enterrador siga siendo una realidad. Como un tributo hacia el "Turco" y su música, la actual formación del grupo formará parte de un espectáculo del que participarán además Rubén Goldín (miembro fundador del proyecto), Adrián Abonizio, Jorge Fandermole, Diego "Popono" Romero (Los Vándalos), Pablo Padín (Dios Salve a la Reina), Pablo Palumbo, Willy Echarte (Vudú) y otra de las agrupaciones locales que han dedicado su obra a lo sinfónico, La Barca.
Voz líder del grupo desde fines de 1978, hoy José María Blanc es una de las caras visibles de un proyecto al que seguía con devoción durante buena parte de esos agitados años 70. "Me acuerdo que justo los había visto en el recital que hicieron en el Fundación Astengo el 28 de agosto de 1978, y al mes me enteré de que estaban buscando músicos porque Lalo y Rubén habían partido a Buenos Aires, entonces me presenté en la casa de Jorge Antún. Así que fue medio raro, porque los tenía medio como ídolos y al mes estaba tocando con ellos. Decidieron seguir con la banda y ahí fue cuando me prendí en el nuevo proyecto, lo que fue el primer disco hasta ahora", narró el cantante a Rosario/12.
Blanc tenía por entonces 17 años, y a casi tres décadas sigue sosteniendo una postura de defensa al rock sinfónico, ese mismo que Pablo el Enterrador comenzó a construir a fuerza de largas jornadas de navegación musical, según recordó Goldín en diálogo con este medio: "Aquella era una época en la que no teníamos las obligaciones familiares que tenemos ahora, con hijos, trabajo, todo eso, entonces nos quedábamos mucho tiempo investigando, ensayando y componiendo los temas. Nos quedábamos hasta las 3 de la mañana tomando mate y charlando, o tocando, eran momentos de mucha investigación y crecimiento. En esa época no había mucha información, como hoy en día con internet donde se ha globalizado toda la información, entonces escuchábamos un disco de Jethro Tull en un winco, ¡y no entendíamos qué pasaba! Nosotros tuvimos esa influencia, a Jethro Tull, o cuando yo me fui ellos empezaron a escuchar Génesis. Yo tenía un gusto distinto, más rockero, pero Jorge y Koki (Carlos Bardolini, otro de los fundadores junto a Carlos Savia) tenían un gusto más clásico, más barroco, y esa mezcla dio lo que hicimos en esa época, en la que tocábamos con los instrumentos que teníamos, hasta que fueron apareciendo los instrumentos eléctricos".
Con una primer edición discográfica lanzada con el nombre homónimo en épocas de la recuperación democrática, y un segundo disco lanzado en 1998 llamado Sentido de lucha, el grupo se encontraba en proceso de trabajo para su tercer placa cuando la enfermedad agotó las fuerzas de Antún. El homenaje, entonces, comenzó a tomar forma. "Estoy agradecido a todos los que apoyaron esto, a la Secretaría de Cultura municipal, a Alejandro Tejeda, a Daniel Canabal, que pusieron todo para que este recital se pueda hacer realidad, porque hacía como nueve meses que veníamos buscando la posibilidad de hacerle un homenaje a Jorge", explicó Blanc, quien logró la adhesión de muchos compañeros de ruta, que se sumaron al concierto más allá de los esfuerzos requeridos.
Hoy radicado en Buenos Aires, Goldín fue uno de ellos: "No sé si me prendí tanto por la música, que me encanta, sino porque me supera el hecho de que al Turco Antún lo conocí cuando tenía 17 años, nos juntamos, empezamos a tocar y formamos el primer Pablo el Enterrador. Debutamos en el año 73 en la Escuela Santa Unión y después pasaron muchas cosas desde esa época hasta ahora. Cada vez que venía a Rosario los iba a visitar a los pibes, siempre seguimos siendo amigos, entonces este concierto transciende el hecho musical en sí. Es grosso tocar sobre lo que él dejó grabado, entonces él va a estar presente, la idea es fuerte. El jueves Chiqui González decía en la presentación de prensa que van a tocar los que están y también los que no están presentes".
"Quizás no es el estilo que más escucho, pero me fascinó la idea de que me inviten a venir a tocar. Es más, tuve que hamacarme para en el último mes poder venir todas las semanas a ensayar y aprenderme el trabajo de las dos guitarras y las dos voces. Porque no es fácil, no son cancioncitas de Ricky Martin, es música muy elaborada, con tramas musicales, melodías, contramelodías, ritmos distintos. Hay una cuestión mucho más elaborada, la dirección va cambiando, vienen tocando en cuatro cuartos y pasan a un 7/8, entonces te sorprende continuamente", amplió Goldín.
Apelando a reversiones y brindando algunos adelantos de lo que será el nuevo material --que llevará por título Trifónico, y se editaría en el transcurso de este año--, Pablo el Enterrador volverá esta noche a escena. Programado para las 21, el concierto se desarrollará con entrada libre y gratuita.
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