CULTURA / ESPECTáCULOS
La segunda edición del ciclo organizado por la Universidad del
Litoral en la ciudad de Santa Fe, cierra hoy con gran respaldo
de un público ávido por (re)conocer propuestas independientes.
› Por Julio Cejas
Desde Santa Fe
Hoy finaliza en la ciudad de Santa Fe el II Argentino de Teatro organizado por la Universidad Nacional del Litoral, ratificando lo acertado de una propuesta que sigue convocando el apoyo del público. La última jornada del Argentino comienza a las 18 en la sala La Juana con la obra El reñidero de Sergio de Cecco a cargo de la Comedia Universitaria de Teatro ( UNL) bajo la dirección de Raúl Kreig. A las 20 en el Teatro de la Abadía sube a escena Mujeres Oscuras del grupo rosarino Punto O Teatro con las actuaciones de Laura Copello, Vilma Echeverría, Paula García Jurado y Gustavo Guirado, todos bajo la dirección de Ricardo Arias.
Para cerrar, a las 22 en la Casa de España se presentará Los cuadros de Marija basada en un texto de Lydia Scheuermann Hodak con dirección de la cordobesa Cheté Cavagliatto. La estrategia de los organizadores se basa en tratar de llenar las salas a partir de recuperar lo más genuino de un teatro que apuesta a la experimentación sin dejar de lado el aprovechamiento de la riqueza de la literatura dramática.
A diferencia de los grandes empresarios teatrales que se jactan de que ciertas propuestas comerciales siguen ratificando la vigencia de este arte, se puede pensar tentar al público desde otro lugar. Lo que demuestra este Argentino de Teatro es que hay un sector del público que está ávido de disfrutar de buenas propuestas independientemente de que estas vengan precedidas por las estrellas y los premios oficiales.
Puede rastrearse en la programación un intento por acercar un teatro que conmueva fundamentalmente por la inteligencia de su propuesta y por la preocupación de no dejar afuera al principal destinatario de esta fiesta.
Este cuidado por el espectador comienza desde el precio mismo de la entrada que significa un abaratamiento del costo real de estas producciones que deberían aspirar a los mismos números que manejan algunos espectáculos consagrados. Temas de imprescindible vigencia como los que aporta la dramaturgia del director porteño Daniel Veronese a través de sus tres obras La forma que se despliega, Un hombre que se ahoga y Mujeres soñaron caballos.
El desafío que muy pocas veces logra el teatro de romper los encasillamientos y posicionarse como "apto para todo público" en la profunda y tierna Cosas de payasos de Claudio Martínez Bel con dirección de Eduardo Gondell. La invitación a reflexionar acerca de los increíbles parecidos entre los hombres y sus mascotas en Perras, una creación colectiva con dirección de Enrique Federman; los conflictos que se cruzan en No me dejes así, otra creación del Equipo Perras de Buenos Aires también dirigido por Federman.
Esas historias de amores desencontrados, ese patetismo de las relaciones humanas que se dan cita en la fiesta que se celebra en una terraza en la perturbadora Afuera del joven director porteño Gustavo Tarrío. La locura premonitoria que ata el pasado atravesado por el fantasma de la inmigración conjurada en un viejo panteón que sobrevive a la inundación en Cuando los cerdos arrasan del grupo Desesperados albaneses de la ciudad de Parána, dirigido por Gabriel Cosoy.
La soledad de ese contrabajista de una Orquesta Sinfónica estatal que vive asfixiado por su mediocridad y la imposibilidad de alcanzar un reconocimiento, ese bello texto de Patrick Süskind que no siempre suena armonioso en la interpretación del actor cordobés Ricardo Bertone. La terrible historia de una pareja que se encuentra en un sórdido restaurante chino para plantear su separación, tema elegido por José María Muscari en Shangay para divertir y emocionar con una estética propia de uno de los más talentosos transgresores de la escena porteña de los últimos años.
Ese recordado homenaje de el actor santafesino Francisco Coccuza a uno de los textos emblemáticos del teatro argentino, Stéfano de Armando Discépolo; una obra estrenada hace veinte años que obtuvo el reconocimiento nacional e internacional y que retorna ahora en una acabada síntesis dirigida por el propio actor.
El retorno de la siempre vigente escritura dramática de Roberto Arlt en la versión de Saverio el cruel dirigida por el reconocido rafaelino Marcelo Allasino, invitado especialmente para darle su particular enfoque al elenco de la Comedia Universitaria de Teatro, dependiente de la Universidad Nacional del Litoral.
La presencia constante de los orígenes del teatro en esas reinterpretaciones que creadores contemporáneos hacen de las clásicas tragedias griegas. Esa particular mirada que el autor argentino Sergio de Cecco destila en El reñidero acerca del mito de Electra y Orestes, recreado también por la Comedia Universitaria de Teatro bajo la dirección del creativo Raúl Kreig, uno de los actores más reconocidos de Santa Fe.
Esa otra mirada que el director rosarino Gustavo Guirado aporta a partir de su particular lectura de la clásica Medea, en el minucioso trabajo del Grupo Punto O Teatro y esa impresionante actuación de la actriz Vilma Echeverría.
Siempre desde Rosario y con el sello de Punto O Teatro , esa otra mirada también acerca del tema de la mujer que plantea el director Ricardo Arias en Mujeres oscuras, un ritual construido a partir de fragmentos de mujeres de todos los tiempos. La discriminación y los efectos las últimas guerras a partir del lascerante relato de Lydia Scheuermann Hodak Los cuadros de Marija, en la dirección de la prestigiosa directora cordobesa Cheté Cavagliatto.
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