CULTURA / ESPECTáCULOS
Las artistas santafesinas Rosalía Maguid y Elisa Strada fueron seleccionadas para participar de la futura edición de dicha bienal con foto-instalaciones y foto-intervenciones. El evento tendrá lugar desde el 27 de marzo al 27 de abril de 2006.
› Por Claudia Laudanno
La próxima edición de la Bienal de La Habana se convoca en torno al lema de las "Dinámicas de la Cultura Urbana". El mencionado tópico será el paraguas conceptual aglutinante y, al mismo tiempo, el eje curatorial de todas las exposiciones, proyectos site-specific, interferencias e intervenciones urbanas, distribuidos en distintas sedes de la capital cubana. Junto a las santafesinas Rosalía Maguid y Elisa Strada representarán a nuestro país, artistas del calibre de Pablo Siquier, Guillermo Kuitca y Anahí Cáceres, entre un total de 8 expositores argentinos.
El director de la IX Bienal de La Habana, Rubén del Valle Lantaron, destaca que la convocatoria artística "aspira a involucrar a instituciones culturales, docentes científicas y sociales con el propósito de adecuar su estructura a las exigencias que la vida contemporánea y las modificaciones en el pensamiento y en la propia naturaleza del arte demandan de este rango de eventos, de modo tal que redunde en beneficio real para el acontecer social y cultural de la ciudad que le sirve de escenario".
Paralelamente, a las exposiciones y proyectos especiales, el perfil de la bienal contempla para esta ocasión otros núcleos estéticos fuertemente significativos, como la realización de talleres en escenarios públicos, o la intervención en espacios privados del habitat, jugando con la idea de continuidad de experiencias similares precedentes. Dentro de la nómina de talleres posibles figuran: taller de mobiliario urbano, festividad popular, diseño de indumentaria, confección de juguetes, intervenciones en espacios abiertos como parques, plazas, vidrieras, proyectos de inserción social, etc.
-¿Por qué se ha elegido el rótulo "Dinámicas de la Cultura Urbana"?
-Fundamentalmente debido al hecho que -según el criterio de los co-curadores cubanos- estamos asistiendo a un irrefrenable proceso de industrialización y post-industrialización en el cual las ciudades se han transformado en lugares superpoblados. Por tal motivo estas "hormigueantes urbes" han devenido el lugar o topos donde día a día acontecen fenómenos sociales de alta complejidad que sobrepasan el mero hecho del crecimiento poblacional incontrolable. Otro rasgo distintivo, sobre todo de las ciudades latinoamericanas, es que se han construido o sedimentado por capas, donde la hibridación y la heterogeneidad son las marcas fundacionales de sus actuales fisonomías cosmopolitas. Tales son los casos de grandes megalópolis como México D.F, San Pablo, Buenos Aires, Caracas y Santiago de Chile, por citar algunos ejemplos.
El imaginario visual urbano parece ser bastante parecido entre una ciudad de un país desarrollado y otra de un país subdesarrollado, afirman los organizadores de bienal cubana, subrayando que "en ambas modalidades se pueden detectar conflictos similares, imágenes semejantes y formas de vida en las que lamentablemente imperan la violencia, la falta de comunicación afectiva, la polución, la contaminación y el caos".
La crítica viene dirigida, sobre todo, a los centros de poder que trazaron modelos de proyectos de progreso urbanos, que terminaron siendo dislocados y desproporcionados, fuera de toda escala humana y humanista. Por tal motivo, las ciudades son también el "caldo de cultivo" donde se codifican y enuncian mensajes de talante hegemónico, con una saturación de propaganda y exceso de información. Y las imágenes que van poblando estas urbes son generalmente ambiguas, banales, des-subjetivantes y de innegable frivolidad, dado que se encuentran estrechamente vinculadas al mundo del espectáculo y del merchandising.
Yendo a las producciones especificas de las santafesinas Maguid y Strada, que son de neto corte "post-fotográfico" vale acotar que desde hace ya largo tiempo, ambas vienen investigando sobre las "marcas" o huellas de las ciudades, sean ellas antiguas, fantasmas modernas o posmodernas. En el caso de Maguid, desde 2000 en adelante, ha venido trabajando la temática de las urbes y mini-urbes en las que se instaló la inmigración hebrea en Argentina, generando un voluminoso cuerpo de "road-fotos", impresas a gran escala y sobre inusitados soportes: bagun, metal, colorluxe. La foto-instalación que Maguid exhibirá en este noveno encuentro en La Habana cubrirá una pared de 15 metros aproximadamente y posee dimensiones variables. La misma pertenece a una nueva serie, denominada: "Barrio Chino". Allí la artista realizó una minuciosa labor de registro documental de diferentes zonas del barrio chino de Buenos Aires: comercios de ropa, comida asiática, centros políticos, ciber-cafés, locutorios, supermercados, fruterías, almacenes, talleres mecánicos, centros de meditación y yoga, etc.
Para Elisa Strada la visión del shock, al estilo de las "iluminaciones profanas", propuestas magistralmente, por el filósofo alemán, Walter Benjamin, cobran vida en un nuevo ciclo de trabajos en campo expandido que son auténticos murales fotográficos con impresiones en vinilo, montadas sobre plexiglás y luego, adosadas a paneles de finas chapas metálicas intervenidas con designs expansivos de retículas, efectuadas en colores primarios. Estas obras se basan en un paneo en movimiento convulsivo, de los interiores o exteriores de los garajes de la Capital Federal. Son como graficaciones o mapeos de la inasible y vertiginosa fluctuación de la mirada posada en estos espacios de transito, verdaderos no-lugares, que Strada capta re-semantizando el legado del optical art, con ciertos "toques" psicodélicos. De estos recientes trabajos de la joven artista santafesina, ex becaria del Programa UBA-Rojas-Kuitca, sobresale la serie abierta denominada: "Stored".
Las poéticas de Maguid y Strada, con sus consabidas diferenciaciones y modulaciones de lenguajes de expresión y de enunciación, dan cuenta, a todas luces, del fenómeno que se viene produciendo, en cuanto a la desintegración de los conceptos estereotipados sobre la ciudad moderna, en pos de la ciudad tardomoderna. En ella predominan la desestructuración de los espacios, la atomización y la fragmentación de la trama urbana. Allí, justamente tiene cabida una polarización extrema de la cartografía móvil de la urbe. Todo esto conduce a la idea de mutación territorial, donde se fortalece una nueva cadena de signos visuales e indexicales muy potentes para el ojo del habitante, tanto de la micro-ciudad como de la macro-ciudad.
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