De sólida trayectoria internacional, el artista y arquitecto Horacio Zabala (Buenos Aires, 1943) es además uno de los más destacados teóricos del conceptualismo. Desde sus Anteproyectos en el CAYC (Centro de Arte y Comunicación) en 1973, ha realizado decenas de exposiciones de obras que exploran la ficción del contexto social con lenguajes visuales mínimos. En 1997 concluyó una obra interactiva para redes electrónicas (http://sgg.ch/zabala), producida y difundida por el Centre pour L'Image Contemporaine de Ginebra (Suiza). En 1998 publicó su libro El arte o el mundo por segunda vez, editado por la Universidad Nacional de Rosario. En esta ciudad ha dictado varias clínicas de obra en el espacio La Caverna. En 2003 donó una obra suya al Museo Municipal de Bellas Artes "Juan B. Castagnino" (Bv. Oroño y Av. Pellegrini), en cuya sala central de la planta baja puede verse hasta el 6 de junio una pequeña exposición de la que es curador, titulada 4000 cm2.

"Reiteración y repetición podrían hoy configurar una poética de nuestro tiempo", escribe Rosa María Ravera en su reseña de El arte o el mundo por segunda vez. Signada por la diferencia y superior a la mera repetición, "la reiteración transgrede, cambia, inventa", comenta Ravera. De eso se trata precisamente la obra de Zabala en la colección Castagnino, que también puede verse ya que forma parte de la muestra estable del patrimonio del Museo. Las ficciones de Borges (1999) alinea en un estante de vidrio y acero, como libros en una biblioteca, 17 envases de aceite de oliva marca Borges. Lo esencial aquí es lo no dicho: la decodificación del sentido depende de la información que maneje el espectador, y cabe suponer que la obra consiste precisamente en ese procedimiento mental, que es su recepción activa.

Del mismo año son sus "Diarios de viaje", que formaron parte de la muestra colectiva Ansia y devoción. La caja juega aquí un rol fundamental. La caja es también el elemento que se repite en 4000 cm2, muestra de la que participaron, convocados por Zabala, otros 24 artistas. Luis Felipe Noé, León Ferrari, Teresa Pereda, Roberto Elía, Claudia Contreras, Graciela Ciampini, Eduardo Stupía, Juliana Iriart, Marcela Astorga, Mara Facchin, Cristina Piffer, Gustavo Romano, Valeria Gopar, Jane Brodie, Fernando Lancelotti, Oscar Carballo, Mónica Millán, Horacio Abram Luján, Nora Dobarro, Daniel Joglar, Juan Carlos Romero, Xil Buffone y Marcelo Boullosa respondieron a una invitación de Zabala: realizar una obra en una caja de cartón de ese tamaño. La solución más coherente con la propuesta fue la de Teresa Pereda, que la llenó con 4 cajas de "1000 cm2 de aire y tierra".

Se destaca también la de Horacio Abram Luján, consistente un documento ante escribano público donde se consigna el valor de la obra, cómo se lo incrementará en relación con la circulación de la obra y otras previsiones. 23 de las 24 cajas son idénticas y fueron provistas por el curador. Daniel Joglar la reemplazó por una caja diferente y Graciela Ciampini intervino la suya forrándola con hojas de una guía telefónica. Marcelo Boullosa, coherente con sus pinturas de los años 90 centradas en los códigos de barras, le insertó un visor por donde puede mirarse una pizarra multicolor de precios. Las demás requieren una mirada más atenta de la que el espectador común suele estar dispuesto a prodigar, y el que se las haya amontonado sobre un pedestal contra una pared no ayuda a descifrarlas.

También hasta el 6 de junio, ocupando toda la planta alta del Museo, se expone la muestra "Un mundo de tentaciones", una selección de obras de la colección Castagnino/ Macro realizada con la curaduría del crítico Rafael Cippolini. Sin indicar datos de cada obra en particular, Cippolini las agrupó en siete secciones: "Climas", "La geometría nos usa", "Minuciosas expansiones", "Puro accidente sin sustancia", "Faunas", "Ella(s)" y "Zôon Politikón". El resultado es tan heteróclito como inquietante.