CARTELERA › SIETE DIAS EN LA CIUDAD
La grilla de los partidos comienza a acomodarse y ya no falta tanto para empezar a perfilar las candidaturas para el año próximo. Sin los grandes electores presentes en la disputa electoral santafesina, el escenario político se abre para los potenciales aspirantes de las principales fuerzas en Santa Fe.
› Por Leo Ricciardino
Lo dijo con toda claridad esta semana el senador nacional Rubén Giustiniani: "No hay candidato natural del socialismo". Imposible una mejor síntesis, porque si no hay candidato natural quiere decir que el mismo Giustiniani no abandona la competencia por la gobernación con Miguel Lifschitz y Antonio Bonfatti, por ahora los tres postulados por el partido. Después se verá cómo se resuelven las cosas con los socios radicales del Frente Progresista que han alzado su cotización accionaria merced a la levantada nacional de toda la UCR.
Este escenario pondrá en juego a un socialismo movilizado y con necesidad de resolver cuestiones internas de interés. Giustiniani lanzó además una declaración que le cabe también ajustadamente al peronismo santafesino: "Sin Binner en carrera en la provincia, hay que medir a todos los que tengan aspiraciones". Cambiando el apellido Binner por el de Reutemann, el PJ se enfrenta a la misma disyuntiva y por eso ya se han lanzado firmemente Omar Perotti y Ricardo Spinozzi. Pero todos saben que Agustín Rossi, Jorge Obeid, Rafael Bielsa, Daniel Germano y algún otro más que se anote también querrán ser de la partida. Por qué yo no, sería el slogan interno adecuado para las principales fuerzas políticas de la provincia.
Distinto es para el radicalismo santafesino que no tiene otra chance que la del intendente de la ciudad capital Mario Barletta. Allí, la apuesta es por colocar al candidato de la UCR por encima de uno del socialismo en el marco del Frente Progresista. Por eso es clave lo que decida el socialismo, ya que en el marco de una disputa interna tan anunciada es claro que si un candidato surge del consenso partidario, será un candidato fortalecido y para encabezar la fórmula del FP de cara a los comicios provinciales de 2011.
Dentro del peronismo provincial el único difícil de encasillar es el intendente Perotti. No es reutemista, no es obeidista ni tampoco es un kirchnerista de pura cepa. Una situación que tal como están las cosas puede resultarle beneficiosa para el rafaelino que aspira a cosechar de todos los sectores. No será lo mismo para el presidente del partido justicialista en Santa Fe. Ricardo Spinozzi ha atado demasiado su suerte a los arbitrios cada vez más incomprensibles del senador nacional, ya sea por temor o por falta de posibilidades. Lo mismo se podrá decir de Daniel Germano que en un momento soñó una alianza entre el ex piloto de fórmula uno y Mauricio Macri, uno su jefe y el otro que estuvo a punto de serlo y a quienes respeta por igual.
Bielsa también tiene su pretensión de panperonismo santafesino pero después de su sonora presentación en el Teatro El Círculo de Rosario, ya no volvió a la ciudad ni a la provincia con otras actividades. Obeid pretende ser prenda de unidad para el PJ de cara al 2011 pero sabe que no termina de convertirse en una amalgama de intereses. Y Rossi tiene su juego recortado por el lado del gobierno nacional al que, sin embargo, le va mucho mejor en una provincia "enemiga" como esta. Ya nadie sería capaz de arrojarle un huevo al diputado nacional como sucedió en algunas localidades en pleno conflicto con el campo. Ese fue el escenario de las legislativas de 2008. Lo que viene es el 2011 y lo que está en juego no son sólo bancas en el Congreso, sino el sillón principal de la Casa Rosada, desde donde se maneja la economía. Y el manejo de la economía está demostrando que sigue el crecimiento a tasas chinas y que la actividad económica no para, aunque presione sobre la inflación. Y ese es un dato clave para los electores en las presidenciales. "Si esto sigue así unos meses más, no hay forma de que pierdan ninguno de los partidos que están gobernando la Nación, Santa Fe y Rosario", le dijo entusiasmado a este periodista un consultor que trabaja todos los días con sondeos. Habrá que verlo.
Finalmente y volviendo al socialismo, si la puja se resuelve entre Giustiniani y Lifschitz para la candidatura a gobernador, Binner se queda sin colocar a su hombre. En consecuencia, no es descabellado pensar en que sería el turno de Antonio Bonfatti para la intendencia de Rosario, tal como lo pensó alguna vez el actual gobernador allá por el 2003, pero no pudo ser.
El cronograma electoral que viene será ajustado y éste será un verano más que caliente para los candidatos con aspiraciones. Quedan pocos meses para la etapa de definiciones.
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