CARTELERA › MIGUEL LIFSCHITZ CUMPLE HOY TRES AÑOS COMO INTENDENTE
El intendente admitió que posiblemente su partido le pida que vaya por la reelección, y asegura que le resulta "difícil encontrar un área en la que hayamos fracasado". El buen momento de Rosario y una preocupación: El déficit habitacional.
› Por Guillermo Zysman
Miguel Lifschitz cumple hoy tres años como intendente de Rosario. "La verdad, se me pasaron volando", confiesa. Aunque es historia reciente, le parece lejano aquel diciembre del 2003 cuando asumió tras superar por escasos 5.000 votos al justicialismo. Cuando era casi un desconocido y la mitad de los rosarinos no sabía pronunciar su apellido. "En estos tres años logramos un fuerte reconocimiento en todos los sectores de la ciudad", se enorgullece durante el extenso diálogo que mantuvo con Rosario/12 donde repasó los aciertos y materias pendientes de su gobierno. "Esta gestión es una continuidad del gobierno de Binner pero tiene su impronta", reconoce. Hombre orgánico del socialismo se cuida de no dar definiciones tajantes sobre su futuro político pero admite: "Una alternativa muy probable es que busque un segundo mandato". Rescata como principal logro de estos años "haber recuperado la autoestima y el orgullo de los rosarinos en su ciudad. Hoy Rosario no tiene techo", se entusiasma. En la columna del haber incluye la relación con la provincia: "La relación personal con el gobernador es buena pero a nivel institucional no estoy conforme. Por desconfianza o por resistencia no hemos encontrado en las segundas líneas del gobierno provincial la cooperación y las respuestas que Rosario merece por su protagonismo", se queja. De inmediato ensaya una hipótesis sociológica: "No depende tanto de las personas sino del perfil de las estructuras burocráticas. Incluso si fuese Binner gobernador no será fácil revertir esta situación". En ese marco lamenta no haber conseguido la autonomía para la ciudad. "Sería muy distinto", asegura.
-¿Qué balance de estos tres años de gobierno?
-Realmente se me han pasado volando, si bien queda un año por delante, va a ser un año muy influido por el proceso electoral tanto a nivel provincial, nacional y municipal. Además tenemos las elecciones internas. Por eso pienso que no va a ser un año normal. De todas formas, tenemos muchos proyectos, muchos emprendimientos para concretar en el 2007. Por lo demás, hago un balance favorable, positivo tanto de la ciudad como de la gestión. Han sido tres buenos años para Rosario, no exento por supuesto de problemas y dificultades, pero en general años positivos si uno lo mira desde el punto de vista de los indicadores económicos, sociales y urbanísticos. Estoy plenamente conforme, por supuesto siempre uno quisiera haber concretado más cosas. Pero en estos años logramos concretar la mayoría de los objetivos que nos planteamos al asumir. Esta es una gestión que de alguna manera es una continuidad del gobierno de Binner, pero ha tenido su propia impronta.
-¿Qué impronta le imprimió usted a la intendencia?
-En esta etapa, tal vez porque había muchas otras cosas resueltas, pudimos abocarnos más a la promoción de la actividad económica, el apoyo a las Pymes, la promoción del turismo, posicionamos a Rosario a nivel nacional e internacional y avanzamos en obras de infraestructura en los barrios a través del presupuesto participativo. Continuamos con la recuperación de la ribera norte y de la costa central.
-¿Ya tiene decidido si buscará un segundo mandato?
-No es una decisión personal, la vamos a tomar en conjunto, analizando las distintas posibilidades y escenarios. De todas formas, si bien soy parte de un proyecto político, una alternativa muy posible es la posibilidad de pelear por un segundo mandato.
-Está más cerca del sí.
-En ningún momento plantee la posibilidad de no aceptar una segunda candidatura a intendente si el partido pensaba que yo era la mejor alternativa.
-¿Lo entusiasma la reelección o siente que ya dio todo?
-Ser intendente de una ciudad como Rosario es un desafío todos los días, más teniendo en cuenta que hoy hay un reconocimiento importante hacia nuestra gestión. Hemos logrado una inserción en todos los sectores de la sociedad rosarina. Me siento muy valorado, respetado más allá de las demandas y los reclamos, tanto de los empresarios, los trabajadores y los sectores más humildes.
-Como no lo confirma, pregunto por la negativa: ¿No me equivoco si digo que Lifschitz está muy cerca de ir por la reelección?.
-No está mal.
-A nivel nacional, si hoy fuesen las elecciones ¿a quién votaría?
-Al candidato que defina el PS. El escenario no está definido, sería apresurado dar una definición tajante. La posición nacional de un partido como el nuestro no puede estar separada de nuestra trayectoria y nuestro perfil en Santa Fe donde formamos un Frente de centroizquierda, progresista. Hay que ver las estructuras políticas que sustentan las candidaturas.
-Desde que asumió uno de sus objetivos fue "abrir" el socialismo, darle a la gestión de gobierno una visión más amplia. El jueves el PS selló una coalición programática en el Concejo con el ARI y con Boasso. ¿Qué valoración hace?
-Es un paso adelante, sintoniza con la estructura y la coalición electoral que estamos conformando a nivel provincial. Tampoco descuidamos la relación de convivencia con el justicialismo, con quienes más allá de las figuras y de las circunstancias hubo diálogo para en los temas difíciles conseguir apoyo.
-¿Cómo ha sido su relación con el gobernador Obeid y con la provincia en estos tres años?
-En lo personal hubo buena relación, cordial de respeto mutuo. Toda vez que necesitamos apoyo, el gobernador nos respondió. Pero no estoy satisfecho, se podría haber hecho mucho más. Lamentablemente, no siempre en las segundas líneas del gobierno provincial encontramos la misma voluntad de cooperación. Rosario y la provincia de Santa Fe, independientemente del color político de sus gobernantes merecen repensar, rediseñar el esquema institucional de vinculación. Por esa razón fuimos firmes impulsores de la reforma constitucional y fundamentalmente de la autonomía.
-¿Cree que la provincia debe avanzar en la descentralización administrativa?
-Sin ninguna duda, es necesario descentralizar muchas facultades, muchas competencias, apoyarse mucho más en los intendentes y especialmente en Rosario por su dimensión y protagonismo.
-¿A qué atribuye esta falta de cooperación de parte de la provincia?
-A cierta desconfianza, temores, resistencia no tanto de las personas sino de la estructura burocrática del Estado. Cada vez que surge un reclamo o una demanda se plantean estos temas en términos de competencia y no es positivo para nadie.
-¿Qué proyectos le interesa concretar en su último año de gestión?
-Mi idea es poder avanzar en tres temas fundamentales. Pretendo darle alguna perspectiva a las miles de familias de Rosario que necesitan un hábitat mejor, no solamente las que viven en los asentamientos irregulares. Si bien no es un déficit del municipio es un tema con alto impacto urbano. Con el programa Rosario Hábitat en la primera etapa que estamos por terminar daremos cobertura a 7000 familias, quedan otras 20 mil por ser atendidas. Si algo puso en evidencia la tormenta fue la demanda habitacional. El otro tema es completar proyectos emblemáticos: la inauguración del Heca II y terminar el programa de descentralización con la habilitación del Distrito Sudoeste. El tercer aspecto es poder dar un paso más en la calidad de los servicios que dependen directa o indirectamente del Estado municipal: iluminación, limpieza, transporte, taxis.
-¿Cuál cree ha sido su principal déficit en estos tres años de gobierno?
-Me resulta difícil encontrar un área donde hayamos fracasado. Hay temas más complejos de abordar y resolver, uno de ellos es el transporte por el nivel de inversión, la influencia de factores externos. Otro tema es la exclusión, donde no llega la reactivación económica.
-¿Cuál ha sido su principal satisfacción?
-No es una obra ni un proyecto. En estos años hemos logrado recuperar la autoestima y el orgullo de vivir en esta ciudad. Es un cambio cualitativo, intangible, difícil de mensurar pero con altísimo impacto en la vida social y cultural de Rosario.
-¿Qué proyección tiene Rosario?
-Rosario hoy no tiene techo. Por su puesto, vivimos en la Argentina y estamos sujetos a los vaivenes económicos, pero estamos pasando por un momento de gran expansión no sólo económico, también cultural, urbanístico, turístico. Hay buenas perspectivas, hay que saber aprovechar y conseguir un equilibrio entre crecimiento económico y calidad de vida e integración.
-En el 2007 inaugurará un moderno hospital, pondrá en marcha el nuevo sistema de transporte tras 20 años, es probable que adjudique 500 licencias de taxis también tras dos décadas. ¿Qué lugar cree le asignará la historia a su gobierno?
-Eso nadie lo sabe, sólo la historia lo dirá. Por supuesto que quienes trabajamos en una función como ésta lo hacemos para lograr la aprobación de la sociedad para la cual uno gobierna. El tiempo dirá.
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