Mié 26.03.2008
rosario

CONTRATAPA

Un venerable

› Por Daniel Greco

No se tenían muchos datos sobre este anciano que me endosaron para que tratara de insertar en el complicado engranaje de la civilización, sólo que vivía en una tapera desmantelada, mixturado entre los perros, dos, para ser exactos George, de un caracter horrible y aquejado de una hiperplacia prostática, chueco y malhumorado, y Tom, tildado como "el más viejito" por su caracter más taciturno. De tanto en tanto, masticaba unas hojas desagradables que lo alejaban aún más del beneplácito humano, se desplazaba con un trípode por todos lados y parecía que lo embargaba una inquietud exasperante. Se rumoreaba que había matado a su mujer de un palo porque le dió un mate frío, pero nadie estaba dispuesto a confirmar la historia en todo caso y se decía que rimaba unos "consejos" y unos "dichos" de lo más elegantes y por éso se me encomendó rescatarlo de su rústico hábitat.

Penetró esa mañana haciendo ruido con su bastón y profiriendo chistes ininteligibles de dudoso buen gusto y procedencia.

Decididamente tenía un problema de hiperkinesia y no podía ver que un mate quedara abandonado... desatendido. Salía de la oficina y se dirigía a buscar agua, a pesar de que estaba de lo más estropeado. Volvía a la hora más o menos, con su termo llenado por algún gaucho solidario, en su bolsito de cotín, tambaleando por todos lados y cambiándole la yerba al mate, volqueteando yerba usada por todos los escritorios. A la hora y media más o menos se salía con la suya y entonces se sentaba a saborear su obra y convidar a los ocasionales asistentes a la oficina, algún bocadillo mediante. A todo esto, nadie conocía sus "dichos" y los recitaba a quienes se pararan a escucharlo con su voz aguardentosa y cascada. "Hacéte amigo del juez....." recitaba y todos lo mirábamos como sapo de otro pozo, como escarabajo en la sopa, como sopapa en el yacuzzi, como decimonoveno soponcio nervioso, con supuesta atención, como un aparato, como un "Orbis Calorama", como el "Primus" no bulle la pava....como tecladista de Casablanca. Siempre (traía) bizcochitos / pa tomar con matecito /como si estuvieras vooooooos /el espejo está empañado / y parece que ha llorado / por la ausencia de tu amoooooooorr....." Ah no. Ese era Contursi....."el poeta de lo cursi". .....o el hijo. No sé bien a quien criticaba el Dr. Lugones. El de "la plebe ultramarina". Bueno, este era como una plebe mediterránea. Porque era de tierra adentro. Gente pa dentro. Y lo de "plebe" lo digo porque, aunque era uno solo, rompía las bolas como si fueran varios. Era un contingente de pibes de la Secundaria el "Día de la Primavera", era "como Estudiantes en el Día de la Primavera".....pero éste era más bien como la hinchada de Midland. Por cómo alentaba.....más bien por cómo hinchaba.

Hablando de alentar, nuestra María Flavia lo alentó a escribir sus "dichos". Pero eran intransferibles al papel. A veces creo que el viejo no sabía lo que decía. Que hablaba en castellano por fonética. Porque algunos de sus dichos eran inteligibles, aunque difícil de sindicar su origen como

"el buey lerdo bebe agua turbia".

Pero otros eran inexplicables o su verdadero significado se podía intuír, prestándole atención a la alteración que le imprimía el viejo, como

"los caminos de la Justicia

son inexorables"

era para él

los campitos de la Estulticia

son de Inés Sorable".

O éste, de orígen desconocido y peculiar pronunciación

"al toro que tiene mañas

ni el ucalitu florece".

"¡Miente el diccionario!", digo yo ante estos imponderables del idioma..

Así que finalmente nuestra María Flavia renunció. A darle status literario a los dichos del viejo, digo. A su empleo Dios no lo permita. Me recomendaron a un tal Tinievla ﷓un gaucho barbado y de pelambrera insurreccionada﷓ para poner en vereda tropical al viejo. Que le pegara unos fustazos. Que le contara unos chistes. Que lo llevara en sulky a su casa. Que le diera un par de sanos consejos.....o de asnos conejos. Cómo me tiene el trauma acústico. Que no sé por qué le llaman "trauma". Si yo no me hago problema en tenerlo. Solo que no escucho un soto. El otro día confundí un aria de Puccini con una tarantela. Me dijeron que estaba meando fuera del aria. Bueno, pero estábamos hablando de itálicos, y yo confundi una orquesta sinfónica.....con el organito de un "nación". Quién dice que la genealogía del nombre del legendario Pappo no venga del "Martín Fierro" con aquello de "pa﷓po﷓li﷓ta﷓no".

Así que le pagamos un "pequeño dispendio".....que en buen castellano es un "pequeño derroche". Está bien dicho. Ahora le pagan a cualquiera. Y lo sacamos poco. A ver si se nos oxida. Y hasta lo invitamos a comer. Que ya es un riesgo. Porque come como una lezama lima nueva. Sale más barato comprarle un traje nuevo. Que no le quedaría una cosa mejor. Le tiraría un poco de sisa. Además, a ver si se nos empeda y se nos cae.

El viejo es, bajo distintos aspectos, ingobernable.

Mi tarea ha resultado pués ciclópea (si la miran con un solo ojo) pero también difusa, árida, irritativa, frustrante, dispépsica, difícil (que el chancho chifle), cuestionable, hercúlea, con perdón, "una necia diligencia errada". Un error sintáctico, semántico, morfológico. Éso. Por como morfa y chupa nos vá a convenir abrirle una cuenta en los altos de "Doss".

Y, en cuanto al empeño de María Flavia resultó un "resguardo inútil para el hado".

Porque el viejo no sabe escribir.

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