CONTRATAPA
› Por Luis Novaresio
"Omara y Bethania son hermanas. Son hijas del mismo negro, que pasó por el mismo proceso de esclavitud y que generó una música, a pesar de dispar en la forma, de complejidad muy similar"
Uno: ¿Tiene sentido el diálogo? ¿Hay? ¿Puede haberlo mañana? Golpeados por plazas favorables y cacerolas con miradas esquivas, la posibilidad de un encuentro en donde todos hablen pero en donde también todos se escuchen, es lejano. Me canso de voces impostadas que se desgañitan con cuidada actuación en donde se convoca humildemente y a los gritos, todo a la vez, a los argentinos y argentinas. Y no te creo. Nada. Todo eso, fatiga. Mucho.
Entonces es la música. ¿Idiota? Sea. Pero es menos nocivo, te lo aseguro. Es la música. Es sentarte sobre el cansancio de tus pies que vienen bancando la Argentina potencia, la nación de todos los climas y los paisajes, la constitución que da de comer, enseña y crece, la revolución productiva, el dicen que soy aburrido y el exorcista de infiernos que promete cielos a su medida. No te entiendo. Entonces es mejor la música. De eso quiero hablar. Aunque me digas, otra vez, que soy un idiota. Hoy quiero hablar de música.
Dos: La cantante cubana Omara Portuondo conoció a la brasileña Maria Bethania en el barcito más lindo del Hotel Copacabana Palace de Rio de Janeiro. Las dos confiesan saber de la otra desde siempre. Bethania le hizo una reverencia y Omara juntó sus manos como si fuese a rezar. De allí nació la idea de hacer un disco juntas. Es muy divertido escuchar al director del estudio de grabación cuando cuenta que las dos llegaron y nadie tenía claro qué cosa se iba a grabar. Había un plan, es cierto. Pero nada escrito en los papeles. Omara cantó una canción de cuna y Bethania otra nana en portugués. Y allí fue parido el disco que hoy podés escuchar.
Esta obra de arte es la unión del diálogo, dijo la bahiana cuando lo presentó en sociedad. El diálogo.
Tres: Mi diccionario dice que diálogo es la charla entre dos o más personas que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos. Sus afectos. Lo dice. Y te reís. Explica, en voces coloquiales, el diálogo de sordos y el diálogo de besugos. Es el que no tiene coherencia. Besugos.
Cuatro: Maria Bethania Vianna Telles Veloso nació en Santo Amaro da Purificasao, en Bahía, el 18 de junio de 1946. Tiene siete hermanos, dos adoptados, aunque el más célebre es Caetano Veloso. En 1960 viaja a Salvador para terminar sus estudios, y fue ahí donde se acercó al mundo artístico. En 1963 ya se estrena con "Boca de ouro", de Nelson Rodrigues. Conoció a Gilberto Gil, Gal Costa y Tom Zé, entre otros. Ahí interpretó "Carcará" que la marcó como cantante de protesta. Después vinieron Los Doce Bárbaros hasta que en 1978 se convierte en la primera cantante en vender más de un millón de copias con un disco. No es sencillo explicar qué significa esta mujer para la música popular brasilera. Es, otra vez, Caetano el que lo sintetiza mejor: Es él el que dice: "En Brasil cuando hablan Bethania y Chico, el resto escucha".
Omara Portuondo Peláez nació en octubre de 1930 el barrio de Cayo Hueso de La Habana, su madre pertenecía a una familia española rica y se esperaba de ella un casamiento que la uniera a otras familias de la sociedad. En cambio, escapó con el hombre que amaba, un jugador de Baseball del equipo nacional cubano. Tuvieron tres hijas y como en cualquier hogar cubano había música. No tenían dinero pero, pero tenían las voces de los padres de Omara, cantando en la cocina donde hacían sus vidas diarias. Cuando su hermana Haydée se convirtió en bailarina del famoso club Tropicana, Omara pronto la siguió, por accidente. De ahí vino el jazz y la música popular cubana. Siboney, Quiéreme, su participación en el Buena Vista Social Club. Omara es la realeza, dicen en Cuba.
Cinco: No hay diálogo entre los dogmas. ¿No? Nunca. No hay posibilidad de charla, encuentro, ni ánimo de besugos entre los que dicen la fe es la mía o la herejía es la tuya. ¿O no te alcanzan doscientos años de historia argentina? Te veo pensar. Porque no te alcanza.
Sí se puede. Basta mirar al Dios blanco que cree en el amor al prójimo como el mismo amor que te tenés a vos y a los dioses alegres de los que vienen del continente negro. ¿Dialoga Cristo con un Dios Umbanda? Dialoga. Como Omara de Cuba y Maria de Brasil.
La Santería es una religión que tiene sus orígenes en la tribu Yoruba del Africa. Los Yorubas vivían en lo que se conoce hoy como Nigeria, a lo largo del Río Niger. En un tiempo tuvieron una poderosa y compleja estructura organizada en una serie de reinos, de los cuales el más importante era Benin. Este duró por 12 siglos hasta el 1896.
A finales del siglo XVIII y principios del XIX, los Yoruba pelearon una serie de guerras con sus vecinos y entre ellos. Estas peleas internas y los ataques externos llevaron a la caída y esclavización del pueblo Yoruba. Entre 1820 y 1840, la mayoría de los esclavos enviados desde Benin eran Yorubas. Estos esclavos fueron llevados a Cuba y al Brasil a trabajar en las plantaciones de azúcar. Desde el mismo lugar. Los negros del Brasil. Los negros de Cuba.
Los Yoruba pronto fueron llamados los "Lucumi", debido a su saludo "oluku mi", "mi amigo". Es una religión dinámica, al contrario de la imaginación de muchas personas, por su variedad de dioses, es esencialmente monoteísta, cree en un único Dios y creador, Olorún (olo: dueño, señor; orún: cielo, espacio celeste sagrado), creador del cielo, la tierra, los orixás y el hombre.
Si uno recorre las calles de la Habana o de Salvador de Bahía siente lo mismo. Las Iglesias católicas no combaten a los orixás. En muchas se les da albergue. El sacerdote consagra el pan como el cuerpo de Cristo, bebe su sangre y luego conversa con una mujer que va a venerar a Xangó. Yo lo vi, me dijiste. El la saluda con unos golpecitos en su cabeza y le dice que no deje de rezarle a Santa Bárbara. Ella se seca sus lágrimas sobre los pómulos negros y le dice que sabe que Xangó jamás la va a abandonar. Santa Bárbara, por las dudas, es Xangó. Y eso pasó en Bahía. Pero bien podría haber pasado en cualquier ciudad de Cuba. Oxosi es San Norberto, Oxansin es San José o Agaxu es San Cristóbal.
El disco de estas dos mujeres es un templo. De diálogo.
Seis: Hay un "Tal vez" del legendario Juan Formell de los Van Van. Hay una versión de "Qué belleza, Marambaia" en portugués con Bethania que se sube a la salsa y con una Omara que hasta rapea. Sí, rapea. Hay "Palabras" de Marta Valdez que dice que quisiste engañarme fingiendo comprender mi sentimiento y "Palavras" de Gonzaguinha, contestando a Marta, que no entiende desde cuándo sonreír es ser feliz. Hay clases de canto de "Mil congojas" en donde llorar es obligatorio cuando lo dice la cubana y "Caipira de Fato" es todo lo que importa cuando la brasileña desafía al silencio. Y hay más. Es, probablemente el mejor disco que se haya editado en el último lustro en la música latinoamericana.
Hay. Hay diálogo. Sentadas en ceremonia de querer escuchar. Sin crispación. Sin acusar desconfianza en la mirada del otro. Sin ostentar condición de mujer. Sin que les cueste más.
Porque no les cuesta. Les sale. Sinceramente. Dialogan. Porque quieren.
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