CONTRATAPA
› Por Irene Ocampo
Gracias Pachamama por el maíz y por la coca/ Por las gotas de lluvia que regaron la tierra que pisé./ Brindo en tu nombre con la chicha y la cerveza/ Y te damos en ofrenda las comidas más sabrosas/ porque de tu vientre, madre tierra, sacamos tantas cosas.
Rito ancestral, costumbre típica. Agradecer a la Pacha el primero de agosto es una celebración que se prepara con anticipación en las provincias del noroeste, y se la recordará durante todo el mes. Son muchas las ofrendas en bebidas, en comidas, algunas llevan semanas de preparación, como la chicha de maíz o la cerveza de cebada casera. Las lenguas se mezclan, y los dichos en quechua acompañan los actos. Respeto, amor, agradecimiento y dignidad es lo que principalmente se ofrece a la Pachamama en su día. En la Quebrada de Humahuaca, en Tilcara, en toda la puna jujeña se celebra este día como desde hace tanto tiempo, el culto católico no desplazó su rito, y en algunos casos la veneración a la virgen María se hace junto a la Pacha.
Pero venerar a la madre tierra está fuertemente vinculado a la tradición ancestral americana. Por eso se agradecen todos los frutos que de ella se obtienen, y se ofrecen los productos que se elaboran a partir de ellos. Y más allá de agosto, las ofrendas se repiten a lo largo del año, en la primera cosecha, en los nacimientos, y en la despedida a los difuntos. Fuente de vida, también lo que vuelve a su seno recibe la vida nuevamente.
Sin imagen que la represente, la Pachamama se hace presente en la vida cotidiana. Por eso se levantan apachetas, montículos hechos de pequeñas piedras apiladas, con la intención de recordarla, y pedirle su protección.
Trasplantado a la zona litoraleña, el recuerdo de la Pachamama pasa por tomar caña con ruda. Costumbre de origen guaraní, la bebida tenía el efecto de preparar a los habitantes de las tierras bajas para soportar las intensas lluvias invernales y sus posibles efectos en la salud, y esto fue mucho antes de la ahora más que famosa gripe. Los nuevos tiempos son testigos de la celebración y fiesta de la Caña con ruda que se celebra por tercer año consecutivo en nuestra ciudad.
Quechua, guaraní y castellano rioplatense se enredarán de nuevo en comidas regionales, danzas folclóricas y feria de artesanías. Un día que nos acerca a uno de los tantos mitos de origen que andan rondando por estos pagos.
Entre tantas ofrendas comestibles y bebibles, bien vale la pena, hacer un alto para ofrecer a la Pachamama, un poco de nuestro ser en la comunidad en la que vivimos.
ama sua/ ama quella/ ama llula/ ama llunk'u
Para que no le robemos nada a nadie, para que no aflojemos, para que no mintamos, y para que no seamos serviles.
Aprovecho el primero de agosto y agradezco a la Pachamama todo lo que salió de ella y me dio en abundancia, o en la medida justa, que me permitió comer, saciar mi sed, y seguir caminando por la vida. Le ofrezco no la chicha, ni el tabaco, ni el maíz, ni las hojas de coca, pero sí mis palabras.
Y le pido como tantos y tantas por aquí. Coplas con ritmo de hiphop. Un pedido sincero para que no nos falte de comer, ni de tomar. Pero que la vida que tengamos sea una buena vida. Que nos proteja de la violencia, del dolor, y la pobreza.
Y que no nos falte el amor. Amor para amar.
No hojas de coca/ no tengo para darte hoy/ querida Pacha/ Aquí te dejo mis palabras/ que salen de mis dedos/ para alabarte toda/ Y no dudan/ en decirte todo/ lo que vos/ con tu vida provocas.
Pero cuando bajas/ de tus cerros madrecita/ no te me olvides/ de tus pobres cabecitas/ y de tus hijas/ protégenos de la desgracia/ mamacita
de no tener nunca/ que rumbear para/ la gum ni la comisaría.
Yo te siento muy cerca/ diosa madre tierra/ y por eso es que te pido/ para mí y para mis hermanas/ no nos dejes solas/ comiendo el pan/ que no tiene alma.
Aquí te dejo mi canto/ querida Pachamama/ hoy no se parece tanto/ a un pedido angustiado/ porque al llanto/ lo dejé esperando.
Te quería contar, madrecita/ cuando pienso en ella/ el suelo se disuelve/ y doy una caminata lunar/ a lo Michael Jackson/ o no, mejor a lo Skywalker /pero sin guerra de las galaxias/ ni Oh capitán, mi capitán!/ sin posesión, ni yugulares mordidas/ sólo el darse de sí para la otra.
Madrecita, Pachamama querida/ yo hoy te pido/ por mi noble corazón/ porque un inoportuno/ golpe a la razón/ así me lo dejó/ Fijate cómo tengo mis manos/ temblando de sudor/ en grado cero del gesto/ Es el primero de agosto y/ Amor aquí es lo que sobra.
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