Mar 01.09.2009
rosario

CONTRATAPA

Imaginando un colectivo de mujeres

› Por Irene Ocampo

Un imaginario colectivo de mujeres. Pensando y observando el mundo para poder imaginar su cambio. Lo comenzaron a pensar así mujeres que veían que su situación, y la de sus compañeras, vecinas, amigas, podía mejorarse. Del pensar llegó el nombrar, para poder juntar de una buena vez lo que el sistema patriarcal en el que vivimos todavía, está separado en nuestro ser. Como dijo la historiadora española María Milagros Rivera Garretas: "Porque la separación entre palabra y cuerpo (entendiendo la palabra como obra del padre, el cuerpo, el de la madre) es inherente al orden patriarcal. Esta separación hace que las mujeres vivamos en un desorden simbólico casi permanente, desorden que nos empuja con especial urgencia a la búsqueda personal de sentido, del sentido de nuestro ser y de nuestro estar en el mundo".

Contaremos entonces nuestras vidas, aunque sea peligroso, como lo fue en la época de la Inquisición para algunas mujeres, o recibiendo la crítica de las élites con poder descreyendo de la rigurosidad que el arte "masculino" podría llegar a alcanzar si se lo propone.

Desde la primera persona revolucionamos entonces las tradiciones. Ese nombrarnos buscaba con quién, y con quiénes escucharnos, hablar, dialogar para liberar la palabra que nos nombre, la palabra que ama y lucha. El círculo se empezó a formar allá por los setenta y llegó acá por los años ochenta. Los encuentros de mujeres tomaron esa experiencia revolucionaria, de resistencia y de creación. La palabra circula y todas nos miramos, nos vemos las caras, y a veces, hablamos todas juntas. Barullo, ruido, gritos, risas, llantos.

Casi un cuarto de siglo llevan los Encuentros de Mujeres recorriendo el país. Miles y miles de mujeres se encontraron, llegaron unas y volvieron otras luego de participar de alguno de sus talleres, de la marcha, de celebrar con canto y danza en la peña. Esas experiencias se fueron multiplicando además en encuentros regionales, con cierta periodicidad. Muchas recuerdan los que se hicieron en nuestra región litoral con mucho cariño por todo lo que eso sumó a la construcción de los movimientos de mujeres y feminista en nuestra ciudad, en Santa Fe, en las ciudades del resto de la provincia, de las provincias vecinas, Entre Ríos y Corrientes.

El próximo octubre, el vigésimo cuarto Encuentro Nacional de Mujeres se va a desarrollar en la ciudad de San Miguel de Tucumán. Las expectativas son muchas. Se conocen ya algunas amenazas al buen desarrollo de los talleres en los que se debaten temas como identidades, feminismos, familias, salud, violencia hacia las mujeres, trabajo, sindicatos, entre otros. Y temas que convocan siempre mucho debate como son los de: anticoncepción y aborto, estrategias para el acceso al aborto legal, seguro y gratuito, derechos sexuales y reproductivos.

La convocatoria para participar, como todos los años, se viene trabajando en cada provincia, en cada ciudad, en los barrios, desde los grupos y espacios de mujeres y de género de agrupaciones políticas, sindicales, estudiantiles, vecinales, bibliotecas, centro comunitarios, y tantos grupos independientes. En Rosario, el próximo sábado 5 se realizará el Preencuentro, en la sede de ATE Rosario, en San Lorenzo 1879. Desde las 10 de la mañana se convoca a participar en cuatro talleres: feminismos, mujer y situación de violencia, mujer trabajadora, y lesbianismo. Desde la Multisectorial de Mujeres se organizó este día para juntarse, debatir, pensar en propuestas comunes para llevar al próximo Encuentro Nacional. Además este Preencuentro va a tener este año la impronta de los Juicios por los crímenes cometidos durante la última dictadura militar que están comenzando en estos días, por lo que también se va a realizar un Panel Memoria y Justicia. Y para celebrar tanto encuentro habrá un espacio para el movimiento expresivo. Y no faltará tampoco la música que va a estar a cargo del grupo "Condenadas al éxito".

"Nombrar el mundo en femenino no es un pasatiempo dorado que sirve para que se sienta mejor la gente privilegiada". Dice María Milagros Rivera Garretas, y continúa: "Es una necesidad común de vida que ayuda a que cada una o cada uno de nosotras tenga a raya la insensatez que acumulada, marca o puede marcar el umbral de la locura. Locura que, cuando es de mujer, ha sido denominada histeria, depresión, miedo indeterminado..."

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