CONTRATAPA › FOTOGRAFIANDO LA ZONA
› Por Adrián Abonizio
* Reflexiona sobre la cadena alimentaria: Los escorpiones matan a las cucarachas y estos son vulnerados por las arañas y caen allí, junto con los demás insectos. Hay que dejar entre los arbustos las telas. Se sorprende pensando en cómo envenenaría a su marido, llegado el caso. Le sirve un café sumisamente, por miedo irracional a que le lea los pensamientos y esa noche se entrega con pasión. Por la mañana, cuando él sale, omnubilado por el cariño, ella trama sin decidirse por el mercurio, la ricina o el cianuro.
* Ella compra estricnina para el perro matungo que está agonizando en cuenta cuotas. Las pastillas en un papelito quedan en el fondo de su cartera. Esa tarde se la arrebatan y en el tironeo las que usa para bajar de peso, rompen el blister y ruedan al fondo entre pelusas. Por la noche dos pibes bebiendo cerveza y repasando sobre la mesa el jornal sangriento descubren el tesoro. Son hallados duros y azules -Se mataron por un pacto, susurran los pibes. Y son declarados mártires.
* Los carros tapan las arterias como un coágulo. Llevan 15 días. Reclaman lo prometido: Planes sociales, becas. Entrar, de algún modo al mundo. No piden dinero. Para eso duermen afuera, con su caballos, perros e hijos. -Nos están chantajeando se quejan desde la provincia. La policía llega y encarcela. Todos sabemos que cuando esta gente chantajea lo sabe hacer: Han de tener ojivas nucleares o fotos comprometedoras de funcionarios sacadas con material de alto costo. Todos sabemos de lo que son capaces.
* Es un ángel que reparte muestras gratis de productos. En vez de donarla a la indolencia médica las regala. El tipo cirrótico no sabe en qué momento aparecieron sobre la mesa la pila de remedios caros que el ángel extrajo del baúl de su Xsara gris metalizado, igual al color de las galaxias más puras.
* Empezó a trabajar a los 16 o 17 castigado. Allá, por Ibarlucea. Para sacarse la furia trabajó empedernido y eficaz. Los capangas se le acercaban indefectiblemente para obligarlo a que trabaje menos, que no ponga de manifiesto lo correcto. Y robaban, lo hacían cómplice. El se negaba. Era un boludo. Así le decían. -Che Boludo Honesto, traeme eso, limpiá aquello, barreme lo otro. Cuando aprendió el juego prometió vengarse. Encontró su profesión, puso más empeño y abrió su negocito. Una mañana pidiendo un trabajo se presentó uno de aquellos capataces. Lo tomó. Le mostró una baldoza. -¿Brilla, no?. Dejalas a todas así. Y allí hay un depósito con cobre; llevate un poco para despuntar el vicio.
* El remise avanza y él mira las poblaciones. El que maneja está radiante y él, en cambio arrastra un humor oscuro. Lo deja, bajo un cielo gris en el negocio. Hay coronas en la puerta. Al chofer lo espera una anciana vivaz y un viaje cercano. A él una vieja muerta a la que debe maquillar para la ceremonia y una decoración con claveles. Ambos ayudan a viajar.
* Se encuentran en un cementerio. Bajo un naranjero ella extrae un termo y sanguiches. Están en el fin del mundo. En un planeta de sueño y silenciosas avenidas sin gente viva. Dobla un cortejo. Se besan suavemente. Luego, en la siesta harán el amor en un pabellón fresco con olor a húmedo, rouge y calas. Ah esto es vida, exclama él reclinándose sobre un ángel de bronce. Y ambos se largan a reir a carcajadas.
* Está detenido en Lagos y San Luis. Llora, humedecido con un poema de Alfonsina Storni que una chica lee con fervor. "Cinco sirenitas..." canta La Sosa por la radio. Tiene tatuajes, unos abdominales perfectos, brazos de tornero, mentón de gladiador. Le comenta a su novia, una instructora de danza con corazón de hielo lo conveniente que resulta llorar. Ella no lo admite. Se burla. Por eso, a pesar de los bocinazos que lo empujan termina de lagrimear, se toma su tiempo y se limpia los mocos con sus carilinas que nunca faltan.
* -Lloro cuando veo algunas pelis, exclama él con naturalidad. Tiene diez años. Su hermana le habla que el maoísmo prohíbe llorar. Lo llevan a un siquiatra. Vos llorás, ¿no?. A ver...contame sobre ese problema de la vista de tu mamá, le interroga. Su tío opina que es puto. Al fin una noche, imperturbable en la cena argumenta que llora porque le hace bien, porque se le aclaran la vista y los pensamientos.
* Al cementerio iban su abuela y su mamá regularmente. La familia Oblack era su guía; más allá estaba el panteón familiar. Mirá como conoce decía la abuela . -El también extraña. Luego, ambas se dedican a limpiar y repasar la loza como abrazando el más allá. El mira al sol, se aprieta los pelitos para largar una lágrima, al menos. Lo miran, conmovidas. A cambio siempre le compraban un regalito.
* Colegio nocturno. María lo persigue, está enamorada de él pero, como sucede en estos casos, él lo está de una que ni lo mira. Su primo, interviene y le dice a ella que a la salida la esperará para declarársele. Bajando la escalera, ya a la salida su primo le adelanta la noticia. El se queda helado. Caminan bajo una rada de arboledas y casas misteriosas.Está llegando el verano. El se anticipa y le habla de la trampa.-No te ofendas, pero mi primo armó esto. Ella dice que sí con la cabeza, que entiende, pero llora y él la acompaña en silencio a tomar su colectivo. Le ha roto el corazón sin saber. Todo parece estar bien hasta que la noticia que corre por todo el colegio es acerca de su confirmada homosexualidad.
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