Sáb 23.02.2013
rosario

CONTRATAPA

Lo diverso no quita lo valiente

› Por Miriam Cairo

HORMIGA TERRESTRE: -¿A dónde quiere llegar?

HORMIGA LUNAR: -Sólo intento hacerle ver que si yo no tengo otra realidad más que la ilusión de mi existencia, no estaría de más que usted también desconfiara de su propia realidad.

HORMIGA TERRESTRE: -Ah, con que esas tenemos. Usted quiere hacerme creer que es tan verdadera como yo.

HORMIGA LUNAR: -Sólo digo que no todo es tan real ni todo tan imaginario.

HORMIGA TERRESTRE: -Comprendo, comprendo. Usted quiere que yo haga pie en sus arenas movedizas.

HORMIGA LUNAR: -¿Vio? Comprender es un acto de valentía.

HORMIGA TERRESTRE: -¿Y el amor? ¿Qué tiene para decir sobre el amor, ya que tiene respuesta para todo?

HORMIGA LUNAR:-Creo que es lo mismo para el amor.

HORMIGA TERRESTRE: -¿Otra arena movediza?

HORMIGA LUNAR: -Y acto de valentía.

HORMIGA TERRESTRE: -Claro. Para usted estos desvaríos son moneda corriente porque vive en la luna, pero aquí vivimos en la realidad. Trabajamos para la gente real a la que le pasan cosas reales. Gente que está con quien no ama o que ama a quien no está, por ejemplo. Y para qué voy a seguir hablando. Puedo estar todo el día dándole ejemplos, porque aunque usted viva en la luna, el mundo está lleno de banqueros cada vez más ricos, por el propio peso del dinero, y de obreros cada vez más obreros, por el mismo peso. El mundo está lleno de empleadores generosos y de desocupados insatisfechos, por un decir, y usted habla de la empleada municipal que amamanta con el dedo a sus cuatro dragones. El mundo tiene plagas, rutas en mal estado, aviones que caen en los océanos y usted habla de un bergantín navegando por mares y cielos, que tiene rumbo pero no destino. ¿Comprende? El mundo tiene estrellas de televisión. ¿Se da cuenta? íEstrellas de televisión! Y usted habla de constelaciones. No imagino una crónica de espectáculos hablando del romance de Orión con la Osa Mayor. Imposible que Júpiter conduzca un programa de la tarde. O que los Siete Cabritos salgan de gira en las vacaciones de invierno. ¿De qué va a hablar usted? Dígame. Por más buena voluntad que yo tenga, no hay modo de hacerla entrar en el medio.

HORMIGA LUNAR: -Comprendo señor.

HORMIGA TERRESTRE: -No comprende nada. Se le nota en la cara que no comprende nada.

HORMIGA LUNAR: -Lamento mucho mi cara, señor.

HORMIGA TERRESTRE: -Su cara es una de entre tantas cosas.

HORMIGA LUNAR: -Puedo usar anteojos grandes y oscuros, para disimularla.

HORMIGA TERRESTRE: -Acabo de decir que el problema no sólo está en su cara. También esté en su forma de hablar, en ese modo de decir que no entra en las casillas.

HORMIGA LUNAR: -Sin embargo usted me entiende. La gente me entiende. Las hormigas y los abejorros y los mosquitos me entienden.

HORMIGA TERRESTRE: -Le entienden pero no confían en usted. Todo lo que usted dice parece imposible. Parece ficticio. Irrealizable. Pura imaginación irresponsable.

HORMIGA LUNAR: -Disculpe, señor, pero le aseguro que mi imaginación no es irresponsable.

HORMIGA TERRESTRE: -Quisiera no haber escuchado eso.

HORMIGA LUNAR:-Pero lo escuchó.

HORMIGA TERRESTRE:-Porque usted lo dijo.

HORMIGA LUNAR:-Si mi imaginación fuera irresponsable me dedicaría a traer noticias felices pero usted ve que traigo noticias de mundos tan desparejos como el mundo en el que usted, y la gente, y los abejorros, y los mosquitos viven.

HORMIGA TERRESTRE:-Lo que usted llama gente no es gente. Lo que llama mosquitos no son mosquitos. Lo que llama hormiga no es hormiga. Lo que llama amor no es amor. Lo que llama vida no es vida. Lo que llama tierra no es tierra. Lo que llama luna no es luna. Más aún. Dígame cómo la incluyo en la nómina de personal: ¿corresponsal de qué? ¿Y de dónde? ¿Abro la categoría "corresponsal itinerante"?

HORMIGA LUNAR: -Oh, qué gran idea. No se me hubiera ocurrido.

HORMIGA TERRESTRE: -Vea dónde me ha hecho llegar.

HORMIGA LUNAR:-Le tenía mucha fe.

HORMIGA TERRESTRE: -¿Cómo imagina su trabajo? ¿Tiene un perfil de lector más o menos interesado en sus crónicas?

HORMIGA LUNAR: -Es un lector hormiga (de cualquier planeta), con capacidad para ser lector mosquito, lector humano, lector imaginario. Creo que me especializo en lectores imaginarios. Digamos que allí tengo un amplio campo de acción.

HORMIGA TERRESTRE: -La verdad, debo admitir que es posible que haya mercado para lectores irresponsables.

HORMIGA LUNAR: -Sí, creo que hay un extenso mercado al que puedo satisfacer.

HORMIGA TERRESTRE:-Muy a mi pesar voy a darle una oportunidad, porque una vez que olfateo dinero, aunque sean miguitas, tengo la obligación de hacer exploraciones en el territorio.

HORMIGA LUNAR: Me siento un futuro pozo petrolero.

HORMIGA TERRESTRE: -Tampoco tanto. Desde ya le digo que no puedo tomarla en relación de dependencia.

HORMIGA LUNAR: -Soy monotributista.

HORMIGA TERRESTRE: -Entonces ni hablar.

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