CONTRATAPA
› Por Javier Chiabrando
La carta apareció debajo de mi puerta con el sigilo del que es capaz una institución que ha sobrevivido a doscientas guerras, pestes de todos los colores y una caterva de papas fiesteros. A pesar del sello oficial y la reconocible letra de mi amigo Panchito (yo le digo Panchito) la sometí a duras pruebas. Era auténtica. El ADN de la mancha amarilla en un rincón pertenecía a la crema pastelera de las bolas de fraile que una panadería de Piazza Navona hace a pedido del Vaticano desde hace cinco siglos. Ahora, entonces, hago pública la misiva. Que el cielo me acoja si cometo una infidencia. Me sacrifico por la paz de los pueblos. Firmado: Javier Chiabrando.
Ciudad del Vaticano, una noche de mayo, amén.
"Querido Tito (él me dice Tito). Este lío que se armó con la carta falsa que al fin no era falsa es por no haber seguido tu consejo de mandarte la carta a vos para que se la des en mano a la presidenta. Es que yo firmo tantos papeles que ya no sé bien para quién son. Un día voy a condenar a la hoguera a alguien sin darme cuenta. Igual, uno más, uno menos, no cambia las estadísticas.
Ahora más que nunca necesito de tus servicios. Ya no confío en nadie y no me queda otra que esperar que un bostero como vos me dé una mano. No te preocupes por los honorarios, en el depósito del Vaticano hay bolsas llenas de indulgencias del siglo XVI que te van a salvar del infierno. Una persona común necesita una; a vos te voy a mandar mil, ja, ja, por si están vencidas.
No sé cómo me vine a meter en este lío. Más allá de que San Lorenzo salga campeón, pocas cosas terrenales me interesan. Pero me invitaron a un picnic en el Vaticano, me tomé un moscato, cabeceé dos veces, y cuando me di cuenta estaba vestido de San Francisco y era papa.
El primer favor es que llames a Lilita y le digas que deje de ocuparme la línea con Dios. Cada vez que quiero hablar con él aparece el "tu tu tu" que me pone loco. Sabés que al fin es verdad que Dios es argentino. Me llama siempre cuando yo estoy durmiendo y él está cenando. Y se burla de que él come carne argentina de primera y yo carne de caballo. Y nada de responderle, que me manda al rincón a rezar padrenuestros hasta que se aburre de escucharme.
En Europa ya no se puede vivir. La cara de culo que arrastran todos te amarga el día desde que mirás por la ventana. Y se me ocurrió que podríamos mudarnos allá. Andá preguntando cuánto saldría hacer una catedral de San Pedro en la patria sojera. Y avisale a los muchachos de la mesa de enlace del campo que no la van a tener que pagar ellos. Que quede bien claro, porque de llorones estoy hasta el moño. No escatimes en el tamaño del terreno, pero eso sí, nada de obras de arte. Ponemos unas láminas detrás de unos vidrios baratos, y listo. Calculame también las mordidas y el costo de los asados que los muchachos de la UOCRA ponen en las paritarias. No es necesario que sea carne de exportación, pero agregale muchas achuras, que le da un toque autóctono.
También averiguame si por tu zona no hay alguna iglesia para Ratzinger. Si es en medio del campo, no importa, no creo que note la diferencia. Por ahí le ponemos feligreses contratados, como los que vivaban al patriarca de García Márquez. El pobre Ratzinger anda como jubilado sin cancha de bochas y se la pasa contando anécdotas. Que lo que le dijo Bush, que lo que le dijo Putin. El día menos pensado va a contar algo que no se puede contar y se arma la tercera guerra mundial; seguro que tengo que salir yo a mediar, como si me sobrara el tiempo.
Vos que andás seguido por Mar del Plata, mándame un pullover, que las habitaciones del Vaticano son heladas. No te puedo explicar las veces que me pierdo. A la noche me levanto al baño y termino en cualquier lugar. El otro día encontré una habitación con regalos de presidentes para otros papas. Había un mate que le había mandado Perón a un antecesor mío, ya ni recuerdo cuál. Es que me mareo con los números romanos.
Dicen que soy sonámbulo y hablan de hacerme un exorcismo. Aunque no sé si es porque me pierdo o porque a veces se me da por hacerme el revolucionario. Claro que para hacer una revolución en el Vaticano hay que ser algo más que Papa. Quizá Dios, pero Dios podría haberla hecho un montón de veces y minga. A veces cambio un jarrón de lugar nada más que para comprobar cuánto demoran en volver a ponerlo donde estaba.
Así que los muchachos Ni Ni (ni radicales ni peronistas, ja, ja), se unieron en un solo partido? Volvería a Argentina nada más que para ver cómo resulta. Le dije a los de protocolo que me preparen un viaje porque ésta no me la quiero perder. Pero no creo que me den bola. Estos tipos sobrevivieron a Berlusconi, dos Bush y una Thatcher. No hay con qué amenazarlos.
Cambiando de tema. Sería hora de que dejes de escribir esas notas apoyando al gobierno y que hagas como nosotros, siempre con un pie en cada lado. Cuando llegue el momento de cambiar de bando es mejor que no sepan de dónde venís ni adónde vas. Fijate en Moyano, Lilita, Bullrich, Pino, Juez. Y en nosotros. Ya sabés que en eso nosotros somos unos maestros. Si tenemos que abrazar a Fidel y a Bush la misma semana, los abrazaremos; siempre se le puede echar la culpa a la Biblia.
Si andás con tiempo, preguntale a Tinelli o a Lanata si no me mandan a uno de esos imitadores que ellos tienen para que salgan al balcón por mí alguna que otra tarde así yo puedo dormir la siesta o seguir arreglando los líos que me dejaron dos mil años de joda. No es mucho lo que tienen que hacer. Salir, levantar las manos. Total, hagan lo que hagan, lo van a aplaudir.
No te puedo explicar el mareo ideológico que tengo. Lo primero que hice cuando asumí fue crear una "comisión de reformulación ideológica". Yo sugerí el eslogan "ni yanquis ni marxistas", pero no encontramos la forma de rematar la idea sin poner "peronistas". Hicimos una ronda de ideas como si jugáramos al scrabble, pero nada. La que quedó, "ni yanquis ni marxistas, amén" no rima pero al menos no es pecado.
Como me sugeriste, ya mandé a hacer 50 millones de estampitas con el eslogan "Dios es el otro". Se armó tal lío que tuve que agregarles una fe de erratas explicando que no estaba diciendo que nuestro Dios es el Dios de las otras religiones, sino que Dios es cada uno de nuestros hermanos. Al fin no salió mal, porque pusimos a las monjas a pegar la fe de erratas en cada estampita y estuvieron entretenidas durante semanas. Sabés lo que son doscientas monjas rezando al mismo tiempo. Creo que es por eso que Dios ya no me atiende el teléfono. Lo dejaron sordo.
Te envidio. Envidio que puedas vivir en nuestro país. De Argentina extraño los domingos de fútbol y los mafiosos patrios. Al menos cuando se reunían conmigo se disfrazaban de empresarios y bancarios. Los de acá son groseros, y cómo en algún momento le prestaron plata al Vaticano, se creen con derecho a entrar sin golpear y hasta me usan el baño. Pero lo que más extraño de Argentina es la novela de la tarde. Para colmo nadie la sube a Youtube. Suben a cada pibe que se mete en dedo en la nariz, pero la novela de la tarde no. Le mandé una carta a Obama para que interceda con los dueños de Youtube pero aún no me contestó. Seguro que no me da bolilla. El imperialismo no descansa. Son peores que nosotros, al menos nosotros garantizamos el cielo (y aún no hubo quejas por incumplimiento, ja, ja).
Por último, quiero hacerte una pregunta de amigo a amigo. Te parece que luego de terminar con esto podré presentarme a candidato a presidente de Argentina? Las encuestas no me dan mal. Y siempre puede darme una mano Dios. Aunque te digo que es más fácil acomodar esta bolsa de gatos que es el Vaticano que el peronismo.
Y no se te ocurra contar que cuando fui a Brasil dejé un muñeco de vudú escondido en el Maracaná para ver si esta vez nos traemos la copa. Tuve que improvisar, así que usé un muñequito de Pelé que encontré en un mercado. También recé, claro, pero por las dudas. Nunca se sabe por dónde va saltar la liebre.
En fin, querido amigo ateo, te mando un abrazo y agrego media docena de hostias bendecidas por si soñás con la novia u esposa de otro. Si el sueño dura más de media hora, comete dos. El efecto es instantáneo. Al menos eso dice en la caja. Aunque nunca se sabrá si es verdad porque son hostias chinas.
Tu amigo, Panchito."
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