Existo desde antes que la luz sea esto que se ve.

Soy la rabia. Un miedo blanco que se aparea en los tormentos del mamífero crepuscular.

Supersticiosos animales, de generación en generación, me perpetran en su hocico.

La belleza no ha cincelado sus tiznes en mis carices.

Las palabras gratas me eluden.

Fibroblastos, lyssavirus, parestesias, transcripstasa; toda una glosa de pústulas a mi paso se ceba.

Calambres que aterran anuncian mi llegada, alucinaciones espantosas son el natural modo de continuar...

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No sirve seguir midiendo en períodos prodrómicos y las formas en que la glicoproteína se traduce prestan una ayuda al flujo de la acepción más radical de obstáculo. Louis Pasteur, que hizo de la hidrofobia algo compatible con el agua, ha cometido un daño irreparable, no obstante lo cual es alabado en todos los manuales de género.

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Chorrear por la comisura de los labios, amén de delator, es en nada elegante. Muy pocas víctimas son capaces de llevarme con distinción. Si tuviese la posibilidad de alterar algo de tanto ayer, creo que eliminaría de mi sintomática manifestación ese gotear alarmista y pertinaz. Un error de juventud, puedo decir sin temor a arrebolarme. Y quien esté libre de pecado que arroje la primera piedra. La enfermedad reconoce los errores propios de su juventud... intuyo los titulares de las publicaciones científicas y a mi ánimo acude la risa...

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Saliva ajena que espuma en sangre, puentes mutuos, antes y hacia atrás, cuando las letras eran filigrana de cal viva.

Cartas que perdían rumbo a la segunda línea.

Sentimientos inconclusos.

"El pavor al agua nos mantiene impuros. Vectores, flujo, baba.

Bestias predisponiéndose a la rabia de esperar. De entre todas es la peor..."

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La rabia del cuadro tajea al pintor.

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Pesebre tóxico.

Pese al silencio que guardan las autoridades eclesiásticas, voces muy cercanas al Vaticano no desmienten el rumor que afirma el feroz ataque canino, en un campo vecino, a Papá Noel.

Lo puntual es que el Sumo Pontífice ordenó drásticas reestructuraciones sobre la inteligencia que rodea a la próxima perfomance de los Reyes Magos.

Ha trascendido un audio, atribuido al mismísimo Santo Padre, en el que el tema es abordado en un clima ciertamente ríspido.

Decidimos no alterar la baja calidad técnica del material para dar una idea del contexto en que se desarrolló la escena, tan explícita y a la vez extraña, que fuentes extraoficiales no cavilan en situar en la Capilla Sixtina.

"- Morder le inocula atributos racionales a la carne, y nosotros necesitamos que sigan creyendo ¡Viene sucediendo desde hace dos mil años! ¡Es de lo que vivimos! ¡De sus creencias! ¿Todos los aquí presentes son capaces de entender?

- ¿Qué es esa sombra entre los dedos de la Creación? ¿Acaso alguien más, aparte de ti, Señor, está oyéndonos?

- En nombre de Dios y de todas estas pinturas que nos han costado tanto dinero, ¡entregad esa grabadora o no responderemos por nuestros ángeles arcabuceros!".

Fin audio.