CORREO
La pérdida de tres vidas por inhalación de pegamento son tres lamentables llamados de atención para la sociedad toda pero fundamentalmente para quienes tienen responsabilidad en la gestión de gobierno del Estado en sus distintos niveles. En los sectores más sumergidos de Rosario, los usuarios de pegamento se inician desde muy temprana edad en el consumo para enfrentar las notas distintivas de la pobreza: hambre, frío y cansancio.
Cabe consignar que el consumo de inhalantes no da satisfacción alguna sino que constituye un inhibidor de funciones cerebrales que genera daño físico y psíquico irreversible. Entre la oferta de estupefacientes el pegamento es el de más fácil acceso en el mercado, siendo las drogas más baratas las más usadas en los contextos de pobreza. Todo este cuadro se desarrolla ante un Estado indiferente o que da poca trascendencia a este problema de las adicciones. Las estadísticas en nuestra ciudad arrojan como datos de la realidad que Rosario registra una tasa fuerte de consumo de drogas y una edad temprana de inicio sin que a ello se anteponga una política sostenida de prevención de las adicciones ni atención especializada para la deshabituación. Ante el deceso de estos chicos se hace evidente la ausencia de políticas en el tema de las adicciones. Así, municipio, provincia y nación no cuentan con lugares de atención, tratamiento y contención para menores, adolescentes o jóvenes. Algunos esfuerzos individuales son insuficientes para la magnitud del problema, no obstante son los que intervienen ante las complicaciones clínicas que produce el pegamento en el Hospital, pero estas acciones se dispersan y no tienen continuidad en un tratamiento sostenido una vez dada el alta del menor.
Una de las demandas más claras que se formulan en los barrios es la articulación de las políticas de prevención de las adicciones con participación de la comunidad afectada, padres, educadores y jóvenes en situación de riesgo sanitario y social. No es ninguna novedad que ocuparse de el diagnóstico, tratamiento y prevención de las adicciones es también ocuparse de los potenciales conflictos para la seguridad ciudadana y o la integración comunitaria. Acaso no ha llegado el momento en que gobernantes, partidos políticos, universidades, organizaciones no gubernamentales, y expertos nos juntemos para abordar con madurez y responsabilidad semejante problemática que ya algunos profesionales caracterizan como una epidemia.
Carlos Vila
Presidente UCR Rosario
Fuentealba
Ya no estarán
las tizas entre tus manos
pero tu voz
clamará en cada reclamo docente.
Ya no verás
las miradas interrogantes
en las aulas
pero tu alma
entrará por las ventanas de las aulas
para iluminar más
los trazos en el papel.
Stella Maris Taboro
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