CORREO
El intendente de la ciudad ocupa su cargo en forma legítima y lícita, avalado por la mayoría de los votos de los habitantes de la ciudad de Rosario. El intendente es un hombre capaz, honesto e inteligente, que conoce absolutamente todos los problemas de la ciudad, de sus ciudadanos y de sus instituciones. El intendente milita en las filas de un partido que ha luchado por la libertad, contra el autoritarismo, por la igualdad. En estos días, el intendente ha hecho público el acuerdo con lsa autoridades de facto del Club Newell's Old Boys, para ceder terrenos sociales a cambio de ampliar el estadio. El intendente sabe que las autoridades del club son ilegítimas, sabe que hace 14 años que no hay eleccionessabe que el presidente de facto del club tiene problemas judiciales por denuncias penales, sabe que hay una inminente decisión decisión judicial para destrabar el problema eleccionario, sabe de las amenazas que los hinchas padecen en el estadio cada domingo, sabe que se han hecho presentaciones ante los concejales para evitar la entrega del patrimonio social. El intendente no puede solucoinar los problemas institucionales del club, no es su competencia, pero no debe empeorarlos, acordndo con individuos que actúan sin legitimación. Este año, si hay justicia independiente, tiene que habre elecciones, por eso el intendente debería postergar su decisión para después del acto eleccionario. El intendente sabe, más allá de sus preferencia deportivas, que los hinchas de Ñuls somos muchísimos, y sabe también que por lo menos, y por ahora, en la ciudad, al menos sí votamos.
Gonzalo Raúl Monti
Vemos a menudo cómo ocurren transgresiones a ordenanzas autorizadas por la Secretaría correspondiente. Pondremos como ejemplo, si hablamos de los "verdes" (Las Delicias), que suben continuamente vendedores ambulantes. A esto se le deben sumar los inconvenientes de la total falta de frecuencia. Por ejemplo, tomar el 134 a las 10 de la mañana significa muchas veces 45 minutos de espera. Recordemos que hace unos días el titular de la empresa manifestó su desacuerdo con la ordenanza que, al actualizar los valores en los pases de mayores de 69 años, incrementa el número de franquicias. Entonces, este sufrido empresario, que se volvió a presentar en la nueva adjudicación del transporte, dijo que bajaría las frecuencias. Parece que empezó hace tiempo, y nadie se dio cuenta. Si hablamos de los "amarillos" en los barrios paran cada dos cuadras, como el 141 en calle Entre Ríos al 4100. En tanto, el 107 bandera negra no existe más y en su lugar cuando se traslada hacia la zona sur hay que esperar que el mismo se encuentre próximo y entonces ver el cartelito que dice el destino "barrio municipal", mucha gente lo ve cuando está muy cerca y entonces, el ómnibus no se detiene y hay que esperar 20 minutos más, si no falta ningún coche. La M, contrariando una ordenanza y hasta un decreto emanado del Concejo Municipal, sigue levantando pasajeros para viajes locales sin tener la máquina del cambio justo ni la de tarjetas magnéticas. Y por supuesto no acepta las franquicias... Cómo se permite todo este descontrol. Ahora resulta que al señor Rubén Rodríguez no le alcanzan sus ingresos y pide un valor mayor para el boleto. Recordemos que recibieron muchos beneficios de la Municipalidad. ¿Todo vale?
Carlos M. García
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