Amenaza

Semanas atrás señalamos en otra carta de lectores la posibilidad de que la "oposición" trabajara contra la política del gobierno nacional, oponiéndose a todo de cualquier manera y que esto podría presentarnos escenarios de quiebres institucionales, acciones destituyentes, y condicionamientos a cualquier precio.

Cuando no pueden evitarlo en el Congreso, apelan, recurren a la Justicia. Es decir, de ahora en más las acciones del gobierno de Cristina Fernández, sus atribuciones (como dictar decretos de necesidad y urgencia) serán cuestionados, y llevados al seno judicial.

En criollo, esto es no dejar gobernar, colocando palos en la rueda a través de todos los mecanismos que el estado de Derecho permite.

Lo esencial: desgastar al gobierno. Lo fundamental es evitar que se profundicen políticas sociales, justas, equitativas en beneficio de las mayorías nacionales y de los intereses del conjunto de la sociedad, a través del Estado

No hay dudas al respecto, los "opositores" de viejo y nuevo cuño se unen en pos de condicionar, trabar y si pueden eliminar la acción del gobierno que debe concluir con el mandato en 2011.

No hay inocentes en política, mucho menos a partir del 28 de junio pasado, lo han dicho de diversas maneras y a través de variados voceros, la intención final es evitar que el turno de éste gobierno electo por la voluntad popular no llegue a buen fin. Ante semejante posibilidad y con los acontecimientos que se producen hoy con la disputa que pretende generar un funcionario del Banco Central desconociendo la autoridad presidencial y la ley se puede entender mejor esa aspiración antidemocrática expresada por variados sectores de la oposición.

Ante esa posibilidad, ¿Qué se puede hacer? Actuar y tomar medidas políticas, sostener las políticas sociales e incrementarlas en dirección a los que aún esperan, poner a la Patria por encima de todo y avanzar decididamente en el cumplimiento de nuevas metas en bien de la Nación.

De esa manera el pueblo entenderá mejor quién es quién y qué quiere la dual oposición de derecha y "progresista", y por supuesto, inclinará la balanza por aquellos que sepan interpretar sus intereses, identificando a los noveles desestabilizadores serviles de los intereses del gran capital, los grandes medios, la gauchocracia y otras pestes neoliberales que hemos conocido con tanto dolor.

Hector Marinangeli