Lun 15.03.2010
rosario

CORREO

Deuda externa

Desde hace más de tres décadas los argentinos nos hemos acostumbrado a convivir con la deuda externa. Cada hijo que nace viene con una cuota parte de esa deuda ilegítima, impagable y eterna.

La dictadura realizó el trabajo sucio previo para convertir el endeudamiento en una enfermedad crónica que corroe desde entonces el organismo social y la vida de los argentinos, de forma tal que los gobiernos constitucionales posteriores han podido justificar el abandono de todo proyecto nacional con la supuesta imposibilidad de rehuir el cumplimiento puntual del pago de los "servicios de la deuda".

Otra solución -se nos viene diciendo desde 1983 es imposible.

Lo primero que se plantea en relación a la deuda es la ilegitimidad de su origen: una dictadura genocida contrajo esta deuda en beneficio del capital financiero internacional y de la gran burguesía terrateniente e industrial de nuestro país, y para que ello fuera posible impuso el terrorismo de Estado.

No sólo se trata de deuda pública, de empréstitos contraídos por el Estado, sino también de deuda privada de las grandes corporaciones que fuera convertida en deuda pública por la acción de un joven Domingo Cavallo que hizo sus primeras armas como Presidente del Directorio del Banco Central de la dictadura.

Pero hay otro aspecto, que no siempre se pone de relieve para demostrar la ilegitimidad de la deuda: el hecho de que ese dinero nunca fue utilizado en beneficio del desarrollo de nuestro país.

No es posible plantear una vía autónoma de desarrollo con la continuidad de estas políticas de convalidación de una deuda ilegítima.

Nunca dejamos de pagar esta deuda, y la pagamos -como alguna vez proclamó Avellaneda sobre el hambre y el sudor de los argentinos.

La deuda externa no disminuye, muy por el contrario, no deja de crecer. Desde 1983 se han pagado US$ 220.000 millones y se deben US$ 178.000 millones. Hay pagos programados hasta el año 2041.

Creemos que gobierno y oposición de derecha continúan planteando un falso dilema: pagar la deuda externa con ajuste o con reservas; cuando el problema consiste en resolver si se debe o no pagar una deuda que ha sido declarada ilegítima en virtud de la sentencia del Juez Ballesteros en el 2000.

Somos una gran Nación. La historia no perdona a los pueblos que no adoptan las decisiones necesarias para construir un país sin hambre, ni pobreza, ni exclusión, verdaderamente independiente y con justicia social.

Jorge Luis Elizondo.

Abogado. Profesor de la UNR.

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