Socialistas

Es indignante que los que se hacen llamar socialistas hayan permitido que su representante en el senado, Rubén Giustiniani, se haya opuesto tanto al uso de reservas del Banco Central para el pago de deuda (con la liberación de dinero del presupuesto que eso supondría para políticas públicas) como a la designación de Marcó del Pont al frente del Banco Central, siendo manifiesta su orientación económica coincidente con los postulados ideológicos socialistas.

Podría haberse esperado, por ejemplo, que Giustiniani hubiera apoyado al gobierno en estas medidas, aunque fuera imponiendo condiciones, como que el dinero liberado por el pago con reservas se coparticipara en alguna medida y llegara a las provincias, lo cual permitiría ahora mismo asegurar los aumentos a los estatales, o presionar sobre cualquier otro asunto en el sentido de una profundización de las implicaciones verdaderamente socialistas de las políticas del Gobierno, sumando apoyo por izquierda y apostando a incrementar esa faceta del bloque oficialista, que sería inocente considerar homogéneo.

En cambio, hizo codo con codo con la derecha más evidente a fin de quedar bien con la oligarquía campestre de la provincia para asegurar un perfil despegado del oficialismo, previendo erróneamente un escenario electoral con un kirchnerismo en declive, apostando por retener al electorado potencialmente "reutemista".

Cuánto que les falta a estos para poder llamarse a sí mismos socialistas, quienes deberían poner muy por encima lo social de lo privado. Hay mucho que exigirles a los socialistas y a Pino Solanas, por lo que ellos mismos dicen que son: de izquierda.

Así en la provincia se ha vaciado completamente el significado del termino socialismo, identificándolo con un logo, antes que, por ejemplo, con la figura de Salvador Allende, por poner una referencia lógica.

El socialismo no es algo "cool", es apostar a la redistribución de la renta por medio del Estado.

Pancho Rizzotto