CORREO
El día internacional de la mujer no es una jornada de festejo, como tampoco una fecha que reviste fines comerciales, para promocionar cenas y reuniones sociales varias, dentro de un marco erróneo que tiende a exaltar una imagen ya perimida de un "ideal femenino". El 8 de marzo es una jornada eminentemente reivindicatoria y de conmemoración de todas aquellas mujeres, que de fines del S. XIX, y los albores del siglo XX, lucharon denodadamente, para lograr condiciones de igualdad con el hombre. Los antecedentes históricos de esta fecha para las mujeres de toda condición social y de todo el mundo, muchas veces se confunde o se desvirtúa.
No obstante, la atribuyen a dos hechos muy importantes, ambos eventos ocurrieron en la ciudad de Nueva York. El primero fue una gran marcha de trabajadores textiles en el año 1857. Miles de mujeres marcharon sobre los barrios adinerados de Nueva York en protesta por las miserables condiciones de las trabajadoras. El segundo, ocurrió en 1908. Ese año 40.000 costureras industriales de grandes factorías se declararon en huelga demandando el derecho a unirse a los sindicatos, mejores salarios, una jornada de trabajo menos larga, entrenamiento vocacional y el rechazo del trabajo infantil. Durante la huelga, 129 trabajadoras murieron quemadas en un incendio, ocurrió en la fábrica "Cotton Textile Factory ", en Washington Square. Los dueños de la fábrica habían encerrado a las trabajadoras para forzarlas a permanecer en el trabajo y no unirse a la huelga. Supuestamente estos dos hechos, ocurrieron alrededor de la fecha 8 de marzo. Como observamos esas históricas reivindicaciones, no obstante el tiempo transcurrido, en este 2006 del S. XXI, siguen vigentes. Por lo tanto, en este 8 de marzo, debemos, mujeres y hombres, continuar bregando por mejorar las condiciones laborales y sociales, en aras del progreso de toda la humanidad, exigiendo el respeto y el cumplimiento efectivo de los Derechos Fundamentales de todos los seres humanos, sin distinción de raza, sexos, nacionalidad, ni orígenes religiosos.
Susana Treviño Ghioldi
Quizás para millones de mujeres en la Argentina hoy sea un día más en sus
vidas. Para las mujeres legisladoras no puede serlo, estamos obligadas desde nuestras bancas a profundizar los esfuerzos por conseguir igualdad de oportunidades y de derechos entre mujeres y varones. Las políticas de discriminación positiva aún hacen falta, para que lleguen más mujeres a los cargos legislativos, para legislar por todas las trabajadoras, las desocupadas, las víctimas de violencia, las que no pueden acceder al medicamento, a la salud, las que no pueden elegir cuantos hijos
tener y las que no pueden darle de comer todos los días. Las que pudimos educarnos, acceder a la universidad, tuvimos familia y pan siempre en nuestra mesa no podemos dejar en el camino a quienes no gozaron
de estos derechos. Algunas mujeres no queremos flores el 8 de Marzo, queremos destinar este día a visualizar las desigualdades y marcar las violencias cotidianas a las que somos sometidas. Es un día de lucha.
Alicia Gutiérrez
Diputada Provincial ARI
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