¿A la espera de Godot?

Con magna lucidez y un sarcasmo exasperante el escritor irlandés Samuel Beckett dejó como parte de su legado su magistral obra Esperando a Godot. Una síntesis extraordinaria del fenómeno de la incomunicación en las sociedades contemporáneas plasmado en diálogos que sugieren el desencuentro, la angustia existencial y en definitiva la soledad suprema a que condena la alienación en las sociedades contemporáneas. El absurdo y el sin sentido aparecen a través de los discursos de los protagonistas, por sobre todas las cosas la incomprensión mutua. Los datos demográficos difundidos recientemente que dan cuenta de una población de casi siete mil millones de habitantes en el planeta Tierra (de los cuales la mayoría vive en países empobrecidos por el capitalismo, carentes de los recursos materiales elementales como agua, atención sanitaria, educación básica, etc.), son la muestra contundente de la aplicación de políticas sociales excluyentes. En simultáneo la concentración de las riquezas surgidas de la explotación masiva y el sometimiento en diversas latitudes se incrementó de modo exponencial.

Situación imperante a nivel global digna de un guión beckettiano. Pero sobre todo, lo importante es también que en diversas latitudes la rebeldía aparece en las calles desafiando la represión y el miedo. Regiones durante décadas sometidas a los autócratas comienzan a movilizarse. No debemos aceptar mansamente vivir en sociedades a la espera de líderes providenciales y bienhechores. Godot nunca llegará, aunque el anuncio de su retorno lo haga omnipresente.

Carlos A. Solero