Importancia de leer

Días pasados, el periodista argentino Alberto Amato escribió que estuvo en París y observó que los franceses leen mucho y en cualquier sitio, en el Metro y los buses, en los barcos, en las plazas... Además, decía que la gente lee los diarios, los cuales cuentan con páginas cargadas de texto. Según el relato de Amato, la tendencia es más interpretación, opinión, descripción. Lo destacado es que los franceses leen más ediciones impresas que digitales, aunque por cierto la web no pasa inadvertida.

Otro dato importante del comentario del reconocido periodista es que la vieja librería Gilbert, ubicada en París, es hoy un complejo de cinco almacenes repletos de libros. Y hay gente de día y noche. Es más, los clásicos franceses en edición de bolsillo cuestan el precio de tres cafés.

Al leer esto, pensé si en Rosario o en toda la Argentina los habitantes hemos tomado conciencia de la importancia de la lectura de libros, diarios, revistas y de cualquier material escrito que tengamos a nuestro alcance. Intuyo que no. Aquí la gente no lee o lee poco, y cuando lo hace utiliza Internet. Creo que prevalece lo virtual por sobre los contenidos impresos.

La lectura no sólo proporciona información, también educa; crea hábitos de reflexión y análisis, entretiene. Pero, además, contribuye al desarrollo del lenguaje, mejora la expresión oral y escrita, aumenta el vocabulario, mejora la ortografía... Como fuente de socialización, puede formar a un individuo para que sea crítico con él mismo y con el mundo que le rodea. No es casual que los gobiernos autocráticos (autoritarios, arbitrarios) repudien a los lectores. Los regímenes dictatoriales quemaron libros y persiguieron a los intelectuales, recuérdese la década del 70 en Argentina y el nazismo en Alemania, por citar dos ejemplos.

A mí me parece que miles de argentinos no asumen un compromiso con la lectura de diarios o libros. Muchos creen que pasar exclusivamente la vista por Internet durante escasos minutos es suficiente. Y peor aun, aquellos que ni siquiera leen el periódico para estar, al menos, informados de la realidad. El desarrollo de una nación no solamente se mide por los números de la economía, sino también por la educación y formación de sus habitantes. De nada sirve un país con riquezas, con superávit fiscal, si prima la ignorancia, analfabetismo y falta de educación en los pobladores.

Marcelo Malvestitti

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