Mordazas a la red

Ha sido una obsesión de los que ejercen los poderes y dominan, el pretender saberlo todo, oírlo todo, observarlo acerca de los súbditos, vasallos o bien de los ciudadanos, esta figura construida por la modernidad y que en el presente aparece tan turbia como ambigua. Este proceso de montar dispositivos de control viene desde la antigüedad, por ejemplo el filósofo Platón teorizaba sobre un mecanismo al que llamó "ojos y oídos del rey", ni más ni menos que una muy bien estructurada red de espías para dar cuenta de cualquier conspiración o disidencia con los poderes instituidos.

Recientemente en EEUU se ventiló el proyecto S.O.P.A de control de contenidos informáticos, una mega﷓iniciativa que busca hacerse con el flujo de mensajes que circulan por Internet y las redes sociales. Esta fenomenal invasión a loa comunicación interpersonal de cientos de millones de seres humanos pone en evidencia una vez más el talante paranoide y el paroxismo disciplinador y controlador de las tecno﷓burocracias que efectivamente gobiernan el mundo.

No va en saga de lo antedicho lo lanzado por el presidente español Mariano Rajoy de castigar con rigor inmisericorde a quienes se autoconvoquen a través de las redes sociales para concretar manifestaciones callejeras y actos de protesta contra el brutal ajuste económico, que arroja al abismo y la exclusión social a millones de personas.

Todo para que los banqueros sigan apropiándose del botín.

Pero, aun con estos proyectos en danza que buscan invadir, salas y alcobas, cercar con comandos de elite antimotines en distintas latitudes no podrán detener la oleada de insumisiones y revueltas.

Y más aun aunque se empecinen en fisgonear desde arriba a cuanto mortal circula por el orbe es sabido que el sol no se puede tapar con un colador el sol permanece y nuestras subjetividades hartas de la prepotencia de las mega﷓corporaciones, los banqueros y sus gerentes también.

Carlos A. Solero

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