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Maniatados
La lectura de la prensa internacional despierta inquietud e incertidumbre acerca del futuro de la especie humana. Un breve racconto de las últimas jornadas brinda algunas claves para reflexionar sobre lo antedicho. Recién ahora, luego de veintiún años, la premio Nobel de La Paz de 1991 pudo expresar en palabras su perspectiva acerca de las libertades y derechos individuales y sociales en su país Myanmar (Birmania), resulta extraño, pero es que la dictadura militar imperante en allí la tenía retenida y amenazada con el destierro.
En España, el gobierno del conservador Mariano Rajoy avanza cada día con el ajuste para cumplir las exigencias del Banco Central Europeo, y esto implica multiplicar el desempleo y lanzar a la pobreza a miles personas. Por eso es interesante preguntarse: ¿España salvataje o hundimiento? Rescate de los banqueros hundimiento de las personas de a pie, es decir las que producen todas las cosas. En Grecia: ¿son las elecciones la instancia decisoria del destino de todo un pueblo? Son la mascarada erigida por la elite dominante para persistir en sus maniobras.
Egipto y Siria son también cuestiones candentes que nos interpelan a pesar de la distancia geográfica, allí la disputa entre fracciones islámicas encubre el verdadero enfrentamiento entre potencias mundiales como EE UU, Inglaterra, Rusia y China, una guerra soterrada a veces, explícita otras por zonas estratégicas de importancia petrolera y geopolítica. Lo cierto es que cada jornada deja un saldo de muertos y heridos. Niños utilizados como escudos humanos frente a las armas de los bandos en pugna.
El poeta catalán José Agustín Goytisolo escribió estos versos que desde nuestra perspectiva mantienen vigencia y sintetizan aquello que nunca debemos olvidar y es nuestra pertenencia a la especie humana y la necesaria y activa solidaridad hacia los/las que padecen la opresión y resisten en las más diversas latitudes. Dice José Goytisolo: "En este mismo instante hay un hombre que sufre, un hombre torturado tan sólo por amar la libertad. Ignoro dónde vive, qué lengua habla, de qué color
tiene la piel, cómo se llama, pero en este mismo instante, cuando tus ojos leen mi pequeño poema, ese hombre existe, grita, se puede oír su llanto de animal acosado, mientras muerde sus labios para no denunciar a los amigos. ¿Oyes? Un hombre solo grita maniatado, existe en algún sitio. ¿He dicho solo? ¿No sientes, como yo, el dolor de su cuerpo repetido en el tuyo? ¿No te mana la sangre bajo los golpes ciegos? Nadie está solo. Ahora, en este mismo instante, también a ti y a mí nos tienen maniatados."
Carlos A. Solero
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