Recuperación de la Esma

El 24 de marzo del 2004 cuando Néstor recuperó el edificio de la ex ESMA, bajó los cuadros de los presidentes golpistas y pidió perdón en nombre del Estado Nacional por la vergüenza de haber callado durante 20 años de democracia, nos despertamos todos de la pesadilla que parecía interminable. Así lo expresamos en el debate del proyecto de nacionalización del usufructo del edificio de la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), antes de votar a favor de la iniciativa.

Hablo no solo desde la política y mi ideología, sino también desde mis emociones. Porque sé de dónde vengo y quién soy gracias a la lucha incansable del amor a mi familia pero también a este proyecto nacional y popular que me dio la esperanza y la fuerza para no bajar los brazos, es que adelanto mi total acompañamiento a este proyecto de nuestra querida Cristina Fernández de Kirchner.

Muchos vivimos un calvario durante la dictadura cívico militar iniciada el 24 de marzo de 1976 y la posterior lucha de víctimas y familiares en los primeros años de la vuelta de la democracia: La teoría de los dos demonios, la ausencia de respuestas, los intentos de invisibilizar los alcances de lo ocurrido, hizo que llegaran las leyes de obediencia debida y el punto final para coronar todo con los indultos, todo esto en nombre de la pacificación del país, pero nadie se arrepintió, nadie pidió perdón.

Nuestro lugar estaba en la calle, haciendo marchas para intentar lograr que alguien nos escuche, que alguien nos dé respuestas, que alguien nos devuelva la dignidad. Recién en el año 2003 por iniciativa de Néstor Kirchner este Congreso echó por tierra las leyes que permitieron tantos años de impunidad, sin el acompañamiento del bloque que las había sancionado. Ese día la utopía del juicio y castigo se volvió una realidad.

Josefina González

diputada nacional

Frente para la Victoria