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Alguien sintetizó su vida como una "pasión en una vida de compromiso"; un único compromiso: brindar su ser humilde, sencillo, capaz, a la causa del bien común pero en especial a la de los más desposeídos. Regino Maders nació en Córdoba el 9 de marzo de 1946. Su vocación por los estudios técnicos lo llevó a inscribirse en la carrera de Ingeniería Electrónica de la Universidad Tecnológica Nacional, donde se graduó en 1972. Junto a su formación profesional abrazó inmediatamente la labor docente, accediendo por concurso a la cátedra de Programación y Antenas en la Regional Córdoba de la Universidad Tecnológica Nacional, cátedra que también dictó en la Universidad Católica de Córdoba. Tras los años en que la actividad universitaria se vio constreñida por el último régimen militar, Regino Maders encabezó la etapa normalizadora cuando el país recuperó la vigencia de las instituciones democráticas. Fue decano normalizador de la Regional Córdoba entre 1984 y 1985, para ser electo en el mismo cargo por decisión de los representantes de los claustros, en la etapa comprendida entre 1985 y 1989. Regino conjugó la política con la docencia universitaria, pasiones que abrazó como ideal de vida. La plenitud de su capacidad intelectual, su calidad humana y el profundo sentido de la amistad actuaron como el sello que marcó su actuación pública, donde demostró que la honestidad de procedimientos era un ingrediente esencial para la transparencia de las acciones al servicio de la sociedad. Sus profundas convicciones políticas encontraron en la UCR el ámbito para el desarrollo de una intensa actividad. Fue senador provincial entre 1985 y 1989. Durante su desempeño, su corazón sensible y su mano extendida para aliviar y atender a todos, sin distinciones de ninguna especie y la plena conciencia de servicio que le exigía el cargo que detentaba, hizo que le apodaran "Senador del pueblo". Durante su permanencia en la Legislatura, fue presidente de la comisión de Industria, Ciencia y Tecnología y de la comisión de Educación y autor de infinidad de proyectos. Al finalizar su mandato, volvió a la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC), donde había ingresado en 1970, y a consecuencia de su enorme capacidad y conocimientos después de tan prolongado período, llegó a desempeñarse como subgerente de Movimiento de Energía, defendiendo apasionadamente el futuro de la empresa, oponiéndose a contratos leoninos, que podían llegar a ser negociados espúreos, que entre otras cuestiones se prestaba a denunciar. También tuvo gran actuación en el terreno gremial, llegando a organizar el Sindicato del Personal Jerárquico en la EPEC. El 6 de septiembre de 1991, al finalizar un acto de la UCR por el cierre de campaña, volvió a su casa y al llegar sesgaron su vida violentamente a fin de acallar sus futuras denuncias contra la corrupción generalizada. Con amargura, días antes, se había lamentado, diciendo: "mis amigos me traicionaron".
Norma Ríos, Graciela Paiz de Del Negro, Patricia Luján, Julio Fernández, Eliana Massegosa, Matilde Gatti, Marta Maders, Sigrid Dallosto, Susana Llera, Daniel Luna, Angel Seggiaro, Carlos Solero
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