Obama

El presidente de EEUU viene a felicitar a Mauricio Macri por "sus contribuciones a la defensa de los derechos humanos en la región". Anuncian que estará en nuestro país cuando se estén cumpliendo 40 años del golpe genocida que aún estamos juzgando.

Antes de analizar los méritos que se le podrían atribuir a Macri al respecto, y los propios antecedentes de Obama, sería oportuno considerar que el sistema de Derechos Humanos configura un mecanismo internacional, en el cual sus países participantes han firmado un conjunto de compromisos, y se someten a ciertos organismos supranacionales de análisis y de Justicia. Los acuerdos más relevantes son el Pacto de San José de Costa Rica y el Estatuto de Roma.

La Argentina adhirió a ambos tratados, y por lo tanto se somete a la jurisdicción de dos cortes internacionales. En cambio EEUU se mantiene afuera de ambos acuerdos. Puede violar derechos humanos y asesinar pueblos y personas, incluso fuera de sus fronteras, sin temor a ser sancionado, o que su presidente sea sentado en un banquillo de acusados. Además, puede acusar en los foros internacionales a quien le plazca, o le convenga. Puede torturar y ejecutar en forma sumaria, incluso hacer desaparecer los cuerpos de quienes señala como representantes del "eje del mal" en el mundo. Mencionemos también la prisión de Guantánamo.

Cuando hablamos de Derechos Humanos, nos referimos a un concepto de igualdad y dignidad de las personas, y a una serie de garantías enunciadas en los 30 artículos de la Declaración Universal de 1948.

A 40 años del golpe genocida, viene a la Argentina en visita oficial, el máximo representante del país que lo promovió. Y que además colaboró con el Reino Unido en la segunda ocupación de nuestras Islas Malvinas. No viene a pedir perdón, sino a respaldar a nuestro actual presidente, que se muestra como su servidor más complaciente, dispuesto a entregar nuestra soberanía en toda la línea.

Está claro entonces que en la elección del 24 de marzo para la visita de Obama, hay una intención de provocar, desviar la atención, ocultar y tergiversar la historia, para lo cual cuentan con un poderoso sistema mediático. Por eso desde los organismos de derechos humanos y desde las más diversas organizaciones sociales y políticas habrá que redoblar el esfuerzo para manifestarnos en la construcción de más Memoria, más Verdad y más Justicia.

Hugo Kofman

Integrante del Foro Contra la Impunidad y Por la Justicia de Santa Fe